“El significado de paz es la ausencia de oposición al socialismo.”
K Marx
“Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean.”
M Bakunin
El 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil, la clase obrera porteña hizo su primera huelga general, la convocatoria fue realizada por la unión sindical FTRE, de inspiración anarcosindicalista. Para entonces, el antecedente próximo estaría representado por dos factores que determinarían la suerte de los acontecimientos; el primero la reciente experiencia revolucionaria liberal que comprometió la vida de la ciudad y el segundo su condición de puerto de paso a la migración europea rumbo al sur, migración fundamentalmente de Italia y España sobre todo de la región Catalana.
Los marinos de inspiración anarquista por el influjo migratorio, pocos liberales avanzados evolucionando al socialismo, la masonería y los primeros discípulos de la revolución de octubre en Rusia, se dieron a la tarea de construir organizaciones y edificios para la clase obrera. Así se fundaron la sociedad de carpinteros, la sociedad hijos del trabajo, la sociedad obrera del Guayas, la sociedad de cacahueros Tomas Briones, el movimiento de mujeres Ros Luxemburgo, entre otras organizaciones. La fundación del Barcelona Sporting Club, también es un hecho notorio, barrio porteño por excelencia, el Astillero ve nacer al Barcelona, inspiración de 6 catalanes y dos ecuatorianos, club de obreros portuarios y armadores que se oponen al equipo “millonario” de altos empleados de la empresa eléctrica Emelec que, apadrinados por el gringo George Capwel, fundarían el club del mismo nombre. El astillero será el territorio de la conspiración, ahí estará la panadería de Baldeon y muchos anarquistas reconocidos
La huelga tuvo su asonada inicial en la acción de los trabajadores ferroviarios de la Guayaquil and Quito Railway. Los trabajadores ferroviarios de los carros urbanos de la ciudad paralizan sus actividades el 7 de noviembre, siguieron los de la empresa eléctrica que se sumaron a los reclamos y reivindicaciones como el cumplimiento de las 8 horas de trabajo, mejora salarial, aviso en caso de despido con 30 días de anticipación, etc. La noche del 13 de noviembre Guayaquil quedó a oscuras. El movimiento huelguístico se extiende. La FTRE logró hacerse con el control del casco urbano el día 13 de noviembre organizando el tránsito y la seguridad, la simpatía de la población se pone de manifiesto.La FTRE no pensó en el abastecimiento de armas al tomarse la ciudad ¡error estratégico¡ la fuerza de la clase obrera movilizada, obligó a la retirada de la fuerza pública y el control de la ciudad por el movimiento huelguístico fue total. ¡La comuna de Guayaquil¡ para los anarquistas, el Soviet de Guayaquil para los primeros bolcheviques leninistas.
La ciudad establecía la dualidad de poderes”. Nadie se movía, ningún carro transitaba sin el salvoconducto de las asambleas de trabajadores.
A las dos de la tarde del martes 14 de noviembre de 1922, más de treinta mil obreros huelguistas desfilaron hacia la Gobernación, y le entregaron a Jorge Pareja, el gobernador, un manifiesto con sus peticiones dando un plazo de 24 horas para la respuesta del presidente José Luis Tamayo.
El día 15 de noviembre la huelga fue reprimida violentamente luego del reingreso en la ciudad de la policía por órdenes directas del presidente de la república José Luis Tamayo, quien ordenó al General Barriga, Comandante de la Zona de Guayaquil, mediante un telegrama : “Espero que mañana a las seis de la tarde me informará que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste, para lo cual queda usted autorizado”, causando una masacre (la mayoría estaban desarmados) en la que murieron un número incierto de guayaquileños (los cálculos varían de entre unos centenares a unas 1.500 personas), cuyos cuerpos fueron arrojados mayoritariamente al río Guayas con los vientres abiertos para evitar que flotaran.
Los responsables de la masacre nunca fueron sancionados, impunidad histórica de un crimen del estado donde los liberales fueron ideológica y políticamente culpables. El propio Tamayo era del partido liberal, el jefe de las tropas asesinas fue el Coronel Pedro Concha Torres, hermano de Carlos Concha héroe alfarista y hermano también de la primera dama, doña Esther Concha Torres, esposa del Presidente José Luis Tamayo. Otro liberal, Arroyo del Rio se expreso: “Si la chusma hoy se levantó riendo, mañana se recogerá llorando”.
La historia sagrada del Guayaquil rebelde y heroico se reedita en nuevos momentos de acción: el 28 de mayo, el 2 y 3 de junio, el 29 de mayo y en el movimiento huelguístico del 83 y se reeditara contra el fraudulento proceso de engaño que pretende burlarse del proletariado, acallando con la represión y la ley la “pésima conducta” de insumisión y desobediencia del obrero porteño. El obrero anarquista y comunista vive aun y es él quien bien sabe, que es revolución socialista y que es caricatura de revolución.
La nuevas generaciones deben leer para la eternización de la gloria y la educación veraz; “las cruces sobre el agua”, “la semilla estéril”·, “los trabajadores”, “historia del movimiento obrero”
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