17 de Agosto 2015
Expresamos nuestro apoyo a la lucha que impulsan los pueblos indígenas, los trabajadores, mujeres y hombres de nuestra Patria, para recuperar el camino de un cambio democrático y popular del Ecuador.
Estamos conscientes de que vivimos tiempos decisivos. Después del fracaso del neoliberalismo, asistimos al fracaso del modelo modernizante y autoritario de Alianza País. Después de haber desaprovechado el período de abundancia para sentar las bases de un cambio del patrón de acumulación y de una democracia participativa, ahora implanta un modelo de modernización capitalista con el retorno del Estado, sin abandonar las viejas recetas fracasadas, aunque las vista con un nuevo ropaje: endeudamiento agresivo, retorno del FMI y el Banco Mundial, despilfarro, privatizaciones, corrupción, autoritarismo.
El descontento social se expresa de diferentes formas y se ha ido ampliando. Nos sumamos a estas voces de indignación. Respaldamos el Mandato de defensa de la vida, la tierra y el agua; y las exigencias de retirar las enmiendas constitucionales, desconocer el TLC con la Unión Europea, cesar la persecución y criminalización de los movimientos sociales, parar el modelo rentista-extractivista, superar las medidas patriarcales, respetar el carácter laico del Estado, derogar las leyes y reglamentos antiobreros, reinstituir la educación intercultural bilingüe, y respetar el derecho a la libertad de expresión y comunicación.
El régimen del Eco. Rafael Correa, en lugar de responder a las demandas sociales, ha atacado, desprestigiado y dividido a las organizaciones de los trabajadores y de los pueblos indígenas. Al mismo tiempo ha buscado un acuerdo arriba, con nuevas concesiones a los banqueros, a los grandes empresarios y a las transnacionales.
Somos docentes, estudiantes y trabajadores, comprometidos con una educación democrática y liberadora. Por ello, nos duele la destrucción de la educación, en todos los niveles, y la instauración de una nueva contrarreforma conservadora que ha impulsado el Gobierno de Alianza País, en nombre del cambio, la calidad y la meritocracia. Ha destruido la educación intercultural bilingüe, que es un pilar de la cultura no sólo de los pueblos indígenas, sino de toda la nación. Ha introducido un sistema vertical, tecnocrático y disciplinario de modernización funcional a modelos neocoloniales, con el control desde una red tecnocrática de funcionarios que no conocen nuestra historia, ni respetan nuestra realidad ni la participación de los actores de la educación. Ha destruido la autonomía y la identidad de la universidad, sobre todo pública. Ha introducido un sistema antidemocrático de ingreso, que ha provocado la exclusión de decenas de miles de estudiantes que han terminado el bachillerato. Ha sustituido la reforma con sistemas de evaluación destinados, no a la mejora de la educación, sino a la homogeneización disciplinaria. Yachay es el símbolo del fracaso: un modelo excluyente, neocolonizador, con altos niveles de ineficacia, nepotismo y corrupción.
Exigimos la renuncia del Eco. René Ramírez, como el principal responsable del fracaso del experimento elitista y la rendición de cuentas académicas y financieras de sus manejos.
Sabemos que no es suficiente la denuncia. Hasta ahora se ha silenciado la voz de la Universidad, de los educadores en todos los niveles. Por ello nos comprometemos a abrir un DIALOGO POR LA EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA Y LIBERADORA, sin mediación del Estado ni del mercado, por la recuperación de la autonomía universitaria, la adopción de mecanismos democráticos de ingreso, la construcción de epistemologías y pedagogías desde el Sur, la reforma a la Ley de Educación Superior y sus Reglamentos.
Tenemos tres responsabilidades fundamentales: la producción y difusión de conocimiento, cultura y ciencia; la formación de los estudiantes como ciudadanos comprometidos con los sectores populares, la justicia y la liberación; y la vinculación, investigación y el compromiso con la sociedad, la humanidad y los pueblos en un diálogo de la diversidad de saberes.
Estamos conscientes que la educación requiere un cambio profundo en todos los niveles y aspectos. Pero el sujeto no puede ser el Estado ni el mercado, sino la comunidad educativa. El país cuenta con una base importante para este cambio. Defendemos la educación pública, democrática, equitativa, laica, gratuita y liberadora.
Estos cambios no podemos realizarlos en forma aislada, se requiere un gran acuerdo nacional. Las Movilizaciones del 13 de Agosto amplian puntos de referencia para construir la unidad de todos los hombres y mujeres que luchamos por una transformación profunda de nuestro país.
Quito, 12 de agosto de 2015
Nelson Reascos
Edison Paredes
Francisco Jaramillo
Natalia Sierra
Andrés Rosero
Diego Velasco
Alfredo Perez
Rubén Moreno
Fabián Carrión
Arturo Villavicencio
Paola Sanchez
Juan Duran
Napoleon Saltos
Rafael Polo
Silvia Vega
Tomas Quevedo
Francisco Hidalgo
Lisset Coba
Kati Alvarez
Juan Pablo Mera
Maria Belen Acuña
Pablo Ospina
Mónica Mancero
Mario Unda
Edgar Isch
Cecilia Jaramillo
Viviana Velasco
me sumo al manfiesto
La mejor forma de decir es hacer, ustedes solo dicen y dicen y dicen