30 Abril 2014
Los ecuatorianos y las ecuatorianas no estamos de acuerdo; ni nos acostumbramos, al maltrato, deshonra y judicialización.
Nuevamente, en sus cansonas sabatinas, el presidente hizo gala de la mentira y prepotencia en su intento de restaurar su imagen luego de la derrota electoral y el insistente llamado a que el gobierno de Ecuador respete la libertad de expresión.
Participar en reuniones, plantones, seminarios u otras formas entre quienes tenemos un punto de vista diferente al gobierno, particularmente, al presidente, es legítimo y constitucional. La consideración del régimen a declarar delito o pretender judicializar toda forma de participación democrática, raya en la prepotencia y en la incapacidad del poder a aceptar propuestas que contradigan su dictamen, o en el temor a enfrentar una posible consulta popular.
Los que participamos en la recolección de firmas – los jóvenes Yasunidos, las organizaciones ecológicas, personalidades, artistas, profesionales, hombres y mujeres de izquierda, los 10 de Luluncoto – lo hicimos por la convicción de defender la vida de los grupos no contactados y varios ecosistemas existentes en el parque nacional Yasuni. Nos unificamos en esta idea y desplegamos una fiesta dentro de las normas “democráticas” del Estado de derecho que exalta el presidente.
¿Porque ahora el presidente expresa su temor y lanza una campaña mediática para desnaturalizar, deshonrar y cuestionar a los Yasunidos, las organizaciones ecológicas, los militantes de la izquierda y los 10 de Luluncoto?
Acaso se pretende convertir la defensa de la vida en un delito, así como, se hizo con una reunión.
Es necesario puntualizar, ninguna actividad realizada por las fuerzas y colectivos que permitió alcanzar las firmas y la posterior defensa de las mismas, constituyen, actos contrarios a la ley.
Exigir que no se obstaculice la realización de la consulta popular, porque no queremos miles de ecuatorianos y ecuatorianas la explotación petrolera en el Yasuni, no es violencia. Proponer que el gobierno valore otras fuentes de financiamiento para cubrir el déficit presupuestario, no es violencia.
Pensar distinto y ser responsables con los derechos de la naturaleza y el hombre, es nuestra decisión.
