EL ALCALDE QUE NUNCA FUE
Gerard Coffey
Dicen que a Augusto Barrera le interesa ser reelegido alcalde de Quito, que incluso piensa en lanzarse algún día de estos a la Presidencia de la República. Y según las declaraciones del Vice Alcalde Jorge Albán su jefe goza de una alta popularidad. Sin embargo resulta difícil cuadrar todo esto con la indiferencia que se siente en las calles, en los cafés, en el Facebook.
El gran problema para el Sr. Alcalde es que en la práctica no se ve como representante de la población quiteña, sino del gobierno central. Se ve como un pastiche del Presidente Correa sin la misma capacidad comunicacional, una suerte de Mago de Oz invertido…
No es que Barrera sea malo, ni mal administrador. No es que tenga deficiencias serias, o que haya cometido el gran error. Se puede señalar la cuestionada renegociación del aeropuerto, o el poco efectivo pico y placa, temas que hasta ahora no parecen pesar tanto. O tal vez el muy preocupante incremento de la delincuencia, pero en realidad esto es visto más como tema del gobierno central. Por otro lado hay aspectos buenos de su administración, la reconstrucción del carril exclusivo del Trole, otra obra mal hecho de Mahuad, las extensiones del sistema de transporte, la construcción del Metro (ver Metros y Malentendidos) con que se espera invertir una tremenda cantidad de dinero en la economía local.
No es esto, es que su campaña nació bajo una mala estrella. Dijeron que no debía ser el alcalde. Circulaban fuertes rumores de que Galo Chiriboga había ganado las eliminatorias de Alianza País, pero no fue el candidato favorecido por el gobierno central. Según la calle, lo que buscaban era una persona menos fuerte, menos independiente, fiel a la línea central, que no provoque problemas, como Jaime Nebot en Guayaquil, que representa el partido. Y lo consiguieron.
No es que necesitamos un Jaime Nebot en Quito, ni siquiera si no es, como han dicho sus hijas, ´tan bravo como parece´. Tampoco un Galo Chiriboga, cuyo papel en la entrega del campo petrolero palo azul ha sido fuertemente cuestionado, y quien, después de tanta maniobra dentro del proceso de selección para el nuevo Fiscal, podría estar (rumores nada mas) a punto de sufrir otro auto da fe, para que el verdadero candidato del régimen entre sin problemas. Pero co-partidarios o no, los posibles problemas de Chiriboga a lo mejor no quitan mucho sueno al alcalde.
Dejando de un lado al chisme y volviendo al tema central, es evidente que lo que le falta a Barrera es protagonismo político. Por su desgracia, es lo que no tiene. Ni, ironía de ironías, no puede tener en las circunstancias actuales. Aunque muchos quiteños apoyan a Rafael Correa, esperan otras cosas de su alcalde. Es decir, defender sus intereses frente al gobierno central. ¿Había, quizás, otro alcalde que no estuvo consciente de esto? De que, si bien cooperar con el Carondelet es fundamental, pelearse de vez en cuando es políticamente muy ventajoso, y hasta imprescindible.
Es exactamente lo que Augusto Barrera no puede hacer. Y si en las próximas elecciones metropolitanas surge un o una rival fuerte, por ejemplo de Ruptura de los 25, el alcalde puede encontrarse en una pelea muy complicada.
Nos ha sorprendido singularmente la actuación a Augusto Barrera, quien ha sido concejal de Quito anteriormente, suponiendo esto, una cuota de experiencia en la gestión. También sorprende, puesto que en Quito, y en el país, él como profesional era un refente de los cientistas sociales en temas ocmo descentralización y municipalismo, al menos hay algunos libros, ponencias y seminarios. Es entonces allí cuando nos preguntamos esta es otra persona? dónde está el que pregonaba la participación, la planificación,etc..etc y todo lo que debe hacerse en una ciudad cosmopolita moderna? Es triste ver como ha desperdiciado la oportunidad de enfrentar los grandes problemas de la ciudad, en solitario, quién sabe con quién, con profesionales importantes, seguramente, pero sin la legitimidad que le daría la ciudadanía al ser partícipe de aquellos cambios.
Administrar ciudades que no planificaron adecuadamente su futuro, es complicado, pero más complicado es no “agarrar al toro por los cuernos”. Cuando una persona aspira a una dignidad de representación popular, conoce los problemas propios que debe enfrentar y los que generarán opositores políticos. Ahora, se requieren soluciones pragmáticas para los desechos sólidos, la contaminación de los ríos y del ambiente, la inseguridad y el mejoramiento de los sistemas de transportación.De nuevo las calles con cientos de vendedores ambulantes y los robos y asaltos a los estudiantes, inseguridad en las vias y pasos peatonales y la autopista Gral. Rumiñahui, sin la atención debida. Demasiados problemas, sin soluciones visibles.
Cuando se habla de Quito, podemos ver que el advenimiento de un Señor Alcalde Barrera, los quiteños aspirábamos en volver a ser el referente, de dinamismo, re ordenamiento urbano, planificación del sistema caótico del transporte, ser un protagonista de la política de planificación que requiere de los suficientes fondos para realizar la obra vial de grandes transformaciones para la movilidad ciudadana, mas no tratar de ser el “alcalde de los impuestos, el alcalde que soluciona la crisis del transporte urbano con la adquisición de bicicletas, que combate la informalidad dotandoles a los vendedores ambulantes de un chaleco y de su RUC, para realizar la venta de sus “productos”, el alcalde que ve en los pobres ciudadanos que tienen algún vehículo para sancionarlos ya sea por “el sistema de PICO Y PLACA, copiado a Colombia o por supuesta mente realizar transporte informal”, bueno no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, Señor Alcalde Barrera para Quito.