“EL REMEDIO PEOR QUE LA ENFERMEDAD”
Henry Llanes*
Es indignante lo que está sucediendo en el país en materia electoral, se repite lo que ya sucedió el 7 de mayo de 2011, nuevamente la coreografía electoral acude a un coliseo para exhibir de cuerpo entero su incapacidad de administrar uno de los procesos más sensibles de la actividad política, esto es, garantizar la expresión de la voluntad popular; pero así mismo como la vez pasada, quedarán en el camino una secuela de dudas y sospechas generadas por un organismo electoral que no ha sabido mantener en reserva, custodia y sigilo la base de datos personales de los votantes, de los afiliados y adherentes de las organizaciones políticas.
El viernes 3 de agosto de 2012, un grupo de compañeros de IZQUIERDA DEMOCRÁTICA acompañamos a los dirigentes y militantes de CONCERTACIÓN a la verificación de firmas en el coliseo del colegio Benalcázar. Una vez que ingresamos al recinto del centro de estudios, nos asignaron a cada delegado de la organización política la supervisión de cinco verificadores de firmas que hacían clic en cada computador, y lo primero que observamos en varios casos, es que no coincidían los nombres ni tampoco las firmas, a lo que preguntamos ¿a qué se debía eso? si el CNE ya había revisado anteriormente dichos formularios, no tuvimos respuesta, en seguida hicimos otras preguntas ¿quién analizó el software del CNE? ¿quién supervisó el ingreso de datos al sistema informático? tampoco nos dieron respuesta. El organismo electoral debe responder estas preguntas de manera fundamentada antes de que pierdan toda credibilidad frente a la opinión pública.
Pero en esta materia surgen otras preguntas ¿quién controla al CNE? El organismo electoral no puede controlarse así mismo, al hacerlo, es como encargar a drácula a que cuide el banco de sangre, pero alguien lo debe hacer, antes de que se produzcan otros hechos denigrantes que pongan en mayor riesgo la débil estabilidad política del país, lo podrían hacer la OEA, Naciones Unidas o algún organismo internacional especializado en materia electoral, especialmente en auditoría informática.
Pero aparte del organismo electoral, quién mas tiene directa responsabilidad en el manejo de la política electoral, por supuesto el régimen gubernamental, las organizaciones políticas y también los electores. Pero en el caso del régimen de Correa, éste no ha sabido diferenciar entre lo que es la arenga política para ganar las elecciones y lo que significa conducir la política de un Estado, mas bien lo que ha hecho, es poner en mayor riesgo la débil institucionalidad que cohesiona a la sociedad ecuatoriana.
En sustitución del multipartidismo, el régimen de Correa se ha propuesto constituir el partido único, un movimiento político electoral que supuestamente presentó al CNE un millón quinientas mil adhesiones, de las cuales le han anulado cerca de quinientas mil ¿por qué le anularon tantas adhesiones? ¿también presentó firmas falsas? ¿cuál fue el motivo para presentar tantas adhesiones si únicamente se requerían 160 mil para ser reconocida como organización política? La estrategia ha sido cerrar todo espacio para que no se registren las organizaciones políticas de oposición al régimen, sino aquellas que son afines, con el objetivo de aparentar de que existe en el país pluralismo ideológico.
En las respuestas afirmativas de aquellas preguntas, se encontrará el origen del problema, la actitud antidemocrática del régimen, sus prácticas concentradoras de poder, su intolerancia política, el control social y la manipulación propagandística de las ideas, que no son otra cosa que engaño y mentira.
La sustitución de la “partidocracia” –palabra cliché- por la “revolución ciudadana”, resultó que el “remedio es peor que la enfermedad”.
Pero lo que no se debe perder de vista, es que la democracia no puede estar bajo la tutela de un régimen autoritario, que carece de toda ética en el manejo de los recursos públicos.
*Presidente Nacional Izquierda Democrática
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