EL RETORNO DEL ESTADO O EL OTOÑO DEL ESTADO PATRIARCAL
Neoliberales y bien capitalistas
Tomas Rodríguez León
“volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán…, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin c…”
Gabriel García Márquez El Otoño del patriarca
Todavía no logra Alberto Acosta desprenderse de su pecado original o del pecado de culpa por coautoría del proceso “ciudadano”. Como intelectual fino, cuando se trata de exponer argumentos críticos le apuesta siempre a la objetividad, aunque arriesgue en dicho trance su objetividad sentida, lo que a la postre da pie a una original descripción-interpretación muy subjetiva de la realidad. Así mientras se desentiende del mundo concreto al analizar la política e incluso la política económica caracterizando sus componentes, al revisar la economía acierta con la mejor exposición de variables. El problema de si al pensamiento humano le es atribuible una verdad objetiva no es un problema teórico sino un problema practico. (Marx)
A estas orillas pensar que la RC tuvo un origen revolucionario es la peor subjetividad, desde los mandatos constitucionales estos proyectaban una ruptura con el estado democrático liberal y un alejamiento vertiginoso de los preceptos esenciales del socialismo proletario. El régimen de sangre forajida en el poder, se exponía como disciplinador, anti obrero y desmovilizador. Acaso no recordamos la llamada eliminación de privilegios y la ruptura del principio universal de la contratación colectiva, mandatos como escalas de remuneraciones e indemnizaciones, estabilidad laboral y … Dayuma … una opositora; izquierdista, mujer y líder social encarcelada por un año con la complicidad de la Gironda… Los despidos voluntarios obligatorios invención semántica del gobierno para la expulsión de trabajadores y profesionales tiene un cordón umbilical monte cristiano
Cierto, Acosta ha sido un demócrata afrancesado y jacobino, Larrea también un poco lo es, los jacobinos de nuestra asamblea y de PAIS fueron arrasados por “excesos de democracia” se decretó el arresto de Marat y Acosta se salvo de la muerte política por moderación consecuente.
Hablemos claro, desde 2006 se instaló un proceso contrarrevolucionario en el país, el antecedente un pueblo majadero votando gobiernos a tropel, la preocupación derechista muy convocante a la obediencia civil y a la recomposición institucional del estado burgués… ¡algo diseñó¡ Un proceso reaccionario en el contexto descrito sería aquel que elimine el factor de riesgo “desestabilizador”, la impostura era una necesidad política y el discurso un recurso de control. Una pléyade de caminantes sin camino, de claudicantes sin disciplina y de contusos traumatizados por la caída del muro de Berlín, se adhirieron a una supuesta Revolución que de plano portaba consignas antimarxistas: “partidocracia”, “participativo” “diálogo social”. Los partidos y no las clases, causa y no efecto de la crisis para nuestros ciudadanos. La agraciada descomposición institucional encontró sus reparadores que llamando a la inclusión socializaban los procesos y privatizaban las decisiones. Los trabajadores siempre participes en la sobreexplotación capitalista y también en la lucha clasista… no cuentan en la llamada convocatoria, el estado los omite. El estado burgués al consolidarse consolida el problema. Toda recuperación totalitaria le es agradable a la burguesía si se garantizan sus intereses. El estado fuerte afirma el terror económico y político
En efecto, el reposicionamiento burgués no es exclusivo de Ecuador, pero en nuestro país se gesta una estrategia institucional anti insurreccional y contrarrevolucionaria de estado “recuperado” para un nuevo consenso capitalista. Ecuador con un movimiento obrero campesino y popular de tradición callejera, con historia de paros cantonales, con luchas sobresalientes del movimiento indígena, con barricadas juveniles y sobre todo con expresiones contra institucionales derrotando gobiernos; Febres Cordero, Mahuad, Dahik, Bucaram y Lucio, hoy es el Ecuador del silencio y el miedo intencionado desde el estado. En Ecuador el antifaz arrugado no admite más sorpresas.
El neoliberalismo si bien fue consiga de aglutinación política también fue un pretexto que asimiló un contexto neo capitalista, casi como consignando la tesis de capitalistas buenos y capitalistas malos (los neoliberales) una senda “postneoliberal” es una autentica exageración verbal que puede repetir el mismo diseño económico con discurso mal pintado de rojo (como hoy pintado con escoba en verde pared) ningún transito, ninguna innovación, hoy la vieja burguesía conservadora cumple sus sueños de un país pobre pero sin luchas, santificado en el crecimiento morboso de cuerpos legales, institucionalizado hasta la barbarie y desmovilizado por un terror digno de las pestes pardas del militarismo gorila y fascista. La modernización del estado es modernización de la explotación y represión a toda forma de insumisión, la lubricada penetración imperialista ingresa rapaz a las entrañas a la de la tierra ¿post neoliberalismo Alberto?
Lo que cuenta para Alberto Acosta es que el Estado ha recuperado espacios de gestión perdidos en los años neoliberales y se proyecta como un actor importante de la economía ecuatoriana. Eso que para Acosta es merito para la concepción marxista plena y para la concepción libertaria ácrata es una perdida de espacio revolucionario porque un estado fuerte y des movilizador que respeta el capital y golpea al pueblo no es socialista ni progresista, es nacional socialista. Tampoco es merito la política fiscal ni tributaria destinada no solo a ser herramienta de política económica sino de represión franca a los sectores medios.
En lo que respecta a la segunda parte del ensayo de Acosta; inobjetable, técnicamente demostrativo y académicamente didáctico. Alberto Acosta, una figura considerable para un nuevo consenso sin sectarismos en la izquierda verdadera, debería de una vez desprenderse de toda clemencia emocional y empatarse con el discurso de la izquierda popular y proletaria porque no es justo que mientras las izquierdas ya han caracterizado al régimen como neo liberal y represivo, él justamente en esta caracterización encuentre post neoliberalismos
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