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lunes, diciembre 23, 2024

FADUA. por Tomas Rodríguez león

 

La justicia de las clases burguesas fue nuevamente como una red que permitió escapar a los tiburones voraces, atrapando únicamente a las pequeñas sardinas. La … libertad es siempre la libertad de los disidentes.

Rosa Luxemburgo-

 

A casa  de mujeres militantes del MIR, llega a Guayaquil  una niña mujer encausada por sabotaje y terrorismo…en el mismo grupo esta  Mónica Chuji  y la madre de Marcelo Rivera. Todas ellas invitadas por el  buen ex ministro Fco Andino y el Frente de profesionales Alberto Acosta, para recibir  el  homenaje a la mujer perseguida por el poder.

 La belleza de Mónica y su inteligencia se compaginan muy bien, su charla académica es amena y sus largos cabellos se dan un espacio para dejarse contemplar con sobra de merecimientos… la mirada me traiciona, titubeo entre la política y la poética…pero llega emergente   a la realidad  Fadua acompañada por sus sueños y sus pesadillas y tambien por su esposo,  un obrero joven que en sus brazos  carga una maravillosa bebe de cinco meses, ojos inquietos y manitos agitando al viento…luego arriba, la madre de Marcelo Rivera, francamente ingresa como en una marcha mas, es ella una mujer esencial de pueblo y del pueblo;  rebelde, con las huellas de madre trabajadora..emepedista a carta cabal,  hasta en la mirada … confiesa; “tengo  seis hijos, el Marcelo es el mas revolucionario y mi hijo me hizo militante del MPD  …está  tres años preso…Pero yo lo acompaño, viajo a Lago Agrio todas las semanas, y estoy orgullosa de él…” le digo que me recuerda a la madre de Máximo Gorki, la misma Madre escenificada por Bertolt Bretch…la madre…

 Nuevamente Fadua…La madre casi adolescente de 19 años… hija de un obrero de izquierda, enemiga jurada del poder. Es la esposa joven, la encausada por sabotaje y terrorismo…Fadua, no deja de sonreír y de hablar… ni deja  de dar mimos a su niña…al tiempo que ordena jefa  e instruye comandante a su compañero esposo que cumple a cabalidad los pequeños requerimientos de amor y cuidado para la bebe·”pásame la teta…alcánzame el pañal…no no esa maleta no…” y el obrero cumple y Fadua instruye…comandante jefa ordene…

Fadua    terrorista para el poder,  tiene  nombre  de revolucionaria palestina, Fadua suena a fedayína y  se lo digo.  Fadua,  me recuerda  a mi hija a quien quise inscribir con el nombre de Victoria Palestina…  derecho, que me lo negó el reaccionario registro civil…Fadua y el grupo sonríe y  el café en la sobremesa se vuelve urgente

Fadua saboteadora para el poder,  tiene una ternura infinita, sus ojos dicen rebeldía y al mismo tiempo dan amor a su bebe y simultáneamente al mundo…Fadua tiene esencia de lecturas libertarias en su sonrisa; es militante, mujer, compañera. Fadua  habla con la dialéctica de los convencidos que perdieren el miedo…Fadua hace que mis sensibles ojos se llenen de lagrimas, lagrimas  que trato de  arrimar a la clandestinidad…alguien se da cuenta y  con un gesto de comprensión y una caricia a mi panza derrotista me encubren en “delito” coadyuvante.

 Cuando salimos para el evento,   mi carro viejo, pero melancólico, nostálgico y necio como su dueño….expone la desactualizada y nada postmoderna  casetera que  hace vociferar  una canción también de  vieja data , se   rompe el silencio en la voz de Isabel Parra y  los versos de Benedetti  “si  te quiero es porque sos, mi amor, mi cómplice y todo y en la calle codo a codo… somos mucho mas que dos… Por  el retrovisor  veo que Fadua inclina su cabeza a los hombros de su obrero y entre los dos abrazan  al producto del  acto mas subversivo de la vida…su hija, que  ha empezado a militar en los brazos de su madre joven y perseguida.

 El maravilloso acto, de mayoría absoluta de mujeres, permite recordar la máxima de un revolucionario “cuando las mujeres están activas, la revolución esta próxima” y la voz de la mujer de izquierda se expresa con fuerza incontenible en: María Leonor Jiménez, Mónica Chuji, Fadua Tapia, Martha Roldos, la madre de Marcelo y las madres de Luluncoto. Al final…la izquierda unida siente el espíritu de Luluncoto y un aroma suave de rosas distribuidas en la sala, se disemina en la esperanza colectiva de amor y de justicia

lalineadefuego
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PENSAMIENTO CRÍTICO
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