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FRENTE A IDEAS HOMÓFOBAS, LA ACCION DE LAS AUDIENCIAS CRÍTICAS. Observatorio de Medios de CIESPAL

FRENTE A IDEAS HOMÓFOBAS, LA ACCION DE LAS AUDIENCIAS CRÍTICAS

Observatorio de Medios de CIESPAL <www.ciespal.net/medicaciones>

28 mayo2012

El 24 de mayo de 2012, Miguel Macías Carmigniani, columnista de El Comercio, publicó un artículo de opinión titulado “¿Familia alternativa?” en el que expresa ideas homófobas y descalificadoras respecto de la diversidad sexual así como de los diversos tipos de familias, aspectos que están amparados por la Constitución de la República y son parte insoslayable del ámbito más amplio de la libertad y los derechos humanos.

Las opiniones de Macías Carmigniani provocaron la reacción y la protesta de cientos de lectores por diversos medios, especialmente por las redes sociales. Entre el gran volumen de opiniones al respecto, destaca una carta de autoría colectiva, en la que los lectores exigen al columnista una disculpa pública y piden al diario quiteño la separación de éste de su equipo de colaboradores. Un primer resultado es que El Comercio aceptó las críticas y retiró el texto de su edición digital, aunque no ha dicho si hará algo más.

La sociedad tiene con ello una muestra del enorme valor social de las audiencias críticas independientes. En este caso, la suma de voces y de pensamientos, que no aceptaron una visión excluyente, homófoba y, por tanto, violenta, logró una respuesta del medio y, probablemente, una revisión de sus políticas en el delicado terreno de la opinión.

El Observatorio de Medios de CIESPAL, una de cuyas líneas de trabajo es precisamente la formación de audiencias críticas, apoya y destaca este tipo de acciones que se inscriben dentro de la necesaria participación social en la lucha por la transformación de las prácticas mediáticas. Creemos en la acción ciudadana, libre de tutelajes políticos o económicos coyunturales, como elemento fundamental para construir un periodismo con responsabilidad social y enfoque de derechos.

A continuación, reproducimos el artículo de Macías Carmigniani, así como la mencionada carta pública impulsada por un grupo de personas, no necesariamente ligadas al movimiento GLBTI ni a la institucionalidad formal.

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¿Familia alternativa?
Miguel Macías Carmigniani
El Comercio 24/05/2012

El Día de la Madre fue motivo de gran discusión en varios hogares, un reportaje sobre las denominadas “familias alternativas” que publicó ese mismo día un importante diario nacional, donde en grandes titulares, entre otros, se destacó lo siguiente: “Helen y Nicola libran batalla jurídica por la “verdadera paz”, “Pareja de lesbianas crió a un bebe que ahora tiene 14 años”, “Transexual acogió al hijo de su ex pareja y aún lo cuida”, “Una niña llama “papi” al transexual que la concibió”, “Adolescente optó por vivir con su padre homosexual”.

Titulares como estos causan mucho daño y confusión a jóvenes que no están bien formados, pues al leer su contenido, ellos pueden creer que es normal que los homosexuales y las lesbianas se casen entre sí, que formen una familia, o que adopten niños, lo cual es inconcebible y repugnante. ¿Y la moral a dónde queda? Destacar que dos extranjeras han iniciado una “batalla jurídica” para intentar inscribir a la hija de una de ellas, como hija de ambas, sin manifestar que ello es ilegal e inconstitucional, y que es contra natura, es criticable.

En el mundo loco en que vivimos, tenemos que aceptar -a regañadientes- que los homosexuales hayan “salido del clóset” y que estos al igual que las lesbianas y transexuales se paseen cogidos de la mano por las calles de nuestras ciudades, lo cual es repugnante. Pero lo que jamás debemos aceptar, es que esta clase de desadaptados sociales críe a hijos. Los medios de comunicación deben destacar que es anormal, que homosexuales se casen entre sí y que lesbianas hagan lo propio.

El Reverendo Padre Paulino Toral, con R y P mayúscula, Director de la Fundación Casa de la Vida (Iglesia Santa Teresita) del cantón Samborondón, provincia del Guayas, con justa razón califica a la homosexualidad como un estado síquico anormal. Sólo cabe el matrimonio entre un hombre y una mujer. Es inaceptable que parejas del mismo sexo y/o transexuales puedan adoptar y/o criar a un niño o a una niña, y no cabe que Constitución ni ley alguna conceda derechos para ello, a parejas que no sean formadas por un varón y una mujer. Es aberrante que algunos medios de comunicación colectiva, sin “querer queriendo”, exalten el homosexualismo y el lesbianismo, lo cual debe ser rechazado por la sociedad.

El matrimonio, como lo establece nuestra Constitución, es la unión entre un hombre y una mujer y no entre personas del mismo sexo, como se ha aprobado en otros países. Ni siquiera la unión de hecho cual es la unión estable y monogámica entre dos personas, libres de vínculo matrimonial, podría aceptarse que sea formada entre personas del mismo sexo, ya que de acuerdo a la naturaleza humana y a la moral, esto es inconcebible.

No caben familias alternativas. Los legisladores deberían rever esta situación en la Constitución mediante una consulta popular

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Carta abierta a diario El Comercio
Iniciativa ciudadana

El Sr. Macías se refiere al colectivo GLBTI utilizando términos denigrantes (“desadaptados sociales”, “anormales”, etc.) que atentan contra los Derechos aprobados en el año 2008 en la Constitución Ecuatoriana, la cual promulga principios de no discriminación por orientación sexual e identidad de género, a la vez que condena cualquier tipo de actividad, práctica u opinión que promueva actitudes homófobas e intolerantes. En este sentido, consideramos que las opiniones vertidas por el Sr. Miguel Macías son inconstitucionales y son un claro llamado al odio y la violencia.

Por otro lado, las reflexiones del Sr. Macías, quien se proclama defensor de la moral y que se asume calificado para criticar y emitir juicios basados en sus propias creencias y en las palabras de un sacerdote (Paulino Toral, de la Iglesia Santa Teresita) –representante de una institución acusada de tapar y encubrir durante años los abusos sexuales y violaciones cometidos por curas y sacerdotes– son insostenibles en la medida en la que se trata de opiniones desinformadas, homófobas e ignorantes. Ni el señor Macías ni el sacerdote mencionado ni ninguna persona o institución tiene derecho de imponer su propia moral a nadie. Pero principalmente, deben respetar los derechos consagrados en la Constitución y muchos otros instrumentos internacionales que son resultado de luchas históricas de miles de personas que incluso han dado su vida para construir sociedades en las que la imposición de proyectos de vida por medio de la violencia no se repita.

Es importante que en una sociedad democrática como la ecuatoriana, todos y todas, pero con más razón los periodistas y las personas que tienen el deber de informar y crear una opinión pública, respeten los principios fundamentales de nuestra Constitución y respeten la Carta Magna, la cual, debemos recordar, reconoce a “la familia en sus diversos tipos” y garantiza los mismos derechos para las familias constituidas en matrimonio o unión de hecho. Afortunadamente, y por lo menos en el papel, ha sido superada hace mucho tiempo ya la nefasta idea de que cierto tipo de personas pueden tener derechos y otras no. Le recordamos al Sr. Macías que la Declaración Universal de Derechos Humanos y nuestra Constitución son para todos los seres humanos, no solo para quienes a él le gusten más. El Sr. Macías afirma que no caben familias alternativas. Nosotros consideramos que en el Ecuador no caben ni deben caber personas cuyas opiniones pongan en peligro la paz, el respeto y la dignidad de los seres humanos.

Exigimos que, en cumplimiento de la Constitución, diario El Comercio y el Sr. Macías rectifiquen de manera pública los comentarios vertidos en el medio de información referido. Además, exigimos que el Padre Paulino Toral explique a la opinión pública sus palabras. El respeto a las diferencias, la paz y la conciencia de que vivimos en sociedades múltiples, heterogéneas y diversas van, por otro lado, más allá de lo reconocido como un derecho por los sistemas políticos. La legitimación de la violencia por medio de la ignorancia, el dogma y una voz pública desinformada y maldicente, como la de Miguel Macías, atenta contra la ciudadanía pero también contra lo humano.

Al aprobar este artículo, El Comercio es cómplice de la violencia social, la intolerancia, y se vuelve corresponsable de los crímenes de odio. Medios que reproducen textos que promueven la discriminación deben ser seriamente cuestionados. Por esa razón, además de la rectificación del medio y del articulista, exigimos que se separe a Miguel Macías de El Comercio. Si se mantiene su columna homófoba, violenta e ignorante, el periódico en mención estaría contribuyendo a generar violencia y no reflexión. Reiteramos la idea anteriormente mencionada: en el Ecuador no caben ni deben caber personas cuyas opiniones pongan en peligro la paz, el respeto y la dignidad de los seres humanos.

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