LA CADENAS DE LA ILUSION
Tomas Rodríguez león
“Una Prensa censurada es la depravación de la vida pública y significa que el gobierno sólo escucha su propia voz. La Libertad no necesita argumentos para justificarla, ya que es una parte, una parcela, de la vida espiritual del hombre”
Carlos Marx
“Creo en la perfectibilidad del hombre, pero dudo que logre alcanzar su elevada meta a menos que despierte pronto”
Eric Fromm
Fromm, exponente neo marxista de la escuela de Frankfurt desde el enfoque del psicoanálisis es iniciador clave de la aproximación entre Freud y Marx. Dos conceptos inquietos y sustanciales según Fromm aproximan a los dos genios; verdad e ilusión. Para llegar al estado de neurosis individual y al grado de enajenación social se establecen condicionantes personales o histórico-sociales- materiales que mixtifican la realidad o simplemente la suprimen.
El paciente neurótico llega a esa condición de perdida de valor de la realidad por factores de riesgo inherentes a su biología o a efecto de su precedente historial traumático. En el caso de la enajenación social, esta es producida por la apropiación objetiva del resultante subjetivo del mundo de la creatividad.
Para Marx, La clase obrera produce un bien colectivamente en condiciones segmentarias y ese bien de producción colectiva es apropiado por una clase con poder, que no participó en su creación, el producto terminado en su estética, valor de uso y de cambio le es ajena a quienes lo construyeron. La burguesía con el poder político imprime desde la superestructura, una ideología de dominación que suma otras formas establecientes de las cadenas de la ilusión “la ideología de la sociedad es la ideología de la clase dominante”
El ejercicio de rupturas de la realidad se vuelven consistentes desde la demagogia encaramada en la ilusión, o desde el encadenamiento neurótico con el mundo fantástico que ideológicamente y /o psicológicamente se recrean con enclaves verbales dominantes que al ser reiterativos generan una ficción de verdad aparente. La sociedad burguesa o toda sociedad con planos de dominación y poderes sobre individuos y pueblos convocan persistentemente a fantasmas risueños para presentarlos a los subordinados o subalternos y hacer llevadero los objetivos, subjetivos y materiales dolores existenciales.
Las ilusiones, como opio clerical o político, tendrán el efecto de supresión deliberada de la realidad, porque propician el no querer despertar. Sin sentido ni reconocimiento de la realidad, serán precarias las energías humanas de respuesta y en esa indefensión reactiva se consolida el eje dominador. Todo régimen totalitario juega el ardid de la desmovilización también espiritual.
Cuando Marx propone trasformar la realidad, convoca de urgencia a descubrir la realidad atrás de las ilusiones y de las ideologías que la ocultan y ahí emerge lo que él considera el estado de conciencia de clase como factor liberador o el paso de la clase en si a clase para si. Para Freud desde el individuo, se trata de romper el dinamismo que resulta de la liberación esporádica de las tensiones que se mueven del dolor al placer y del placer al dolor para instalar la habilitabilidad del individuo en la realidad. Marx y Freud se proyectan a la liberación no como evasión narcótica de la realidad sino que, desde su reconocimiento pleno (plano de lo real) encontrar en sus entrañas, los ejes de su trasformación.
Siendo el factor ilusión el sustrato esencial del discurso político, lo político como expresión del poder siempre osara oponerse a la realidad vendiendo fantasías presentes o futuras. El único espacio que tendrán los políticos revolucionarios siempre será revolucionarse permanentemente para no depravarse, la revolución permanente y anti conservadora será su obligación.
La realidad a ser liberada no puede ser trasformada jamás desde el poder establecido o desde su perspectiva, porque libertad y poder se excluyen, cuando ello ocurre en apariencia engendrará no un proceso liberador sino mistificador.
Todos los poderes buscan la enajenación y este ejercicio dominante hará que la existencia individual sea existencia ajena, es decir deje de ser propia y pase a pertenecer al otro. En este caso el poder que domina, sea simbólicamente como ilusión o políticamente como represión trabajara por la sumisión colectiva, por la disciplina uniforme y por la falsa equidad del orden.
*Las cadenas de la ilusión, titulo del libro de Eric Fromm y libreto de un guion de rutina semanal.
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