03 de octubre de 2015
El señor Juan Francisco Torres, “Secretario Ideológico del Partido Comunista Ecuatoriano” condena – como lo hacemos todos quienes aspiramos a un cese de la violencia en la hermana Colombia – la reacción típica de la derecha fascista en contra de las Conversaciones de Paz entre el gobierno de ese país y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Nadie, desde el centro político cuerdo hasta la militancia de la izquierda puede oponerse al proceso serio que se lleva a cabo en La Habana. Pero he aquí que el señor Torres aprovecha la oportunidad para atacar a la izquierda revolucionaria – sin duda a la que se opone a las medidas represivas y anti populares del gobierno ecuatoriano – afirmando: “sin embargo, el infantilismo de izquierda o ultra izquierdismo también juega un rol perjudicial y peligroso para alcanzar este anhelado objetivo”. (FARC-EP y la para-política del izquierdismo, El Telégrafo. 2.10.2015. Pág. 15).
Habría sido bueno que el autor de la nota sustente sus aseveraciones citando casos. Lo de la derecha, por supuesto, es bien conocido. Álvaro Uribe, el ex presidente colombiano vinculado al narcotráfico y obsecuente sirviente del imperio, lo viene afirmando desde el inicio de las conversaciones de paz. Pero, diga el señor Torres ¿quiénes, desde la izquierda que él moteja de “infantil”, echando mano de la retórica del caudillo, ha descalificado el proceso de paz colombiano?
Por supuesto que quienes miramos con objetividad los hechos históricos señalamos, entre otras cosas, las siguientes:
1. Es legítimo dudar de la sinceridad del gobernante colombiano, quien, por ejemplo, afirmó desconocer la existencia de los famosos “falsos positivos” – según los cuales el ejército colombiano asesinó a campesinos tildándolos de guerrilleros “muertos en combate”- y expresando su confianza en sus FFAA. No es desdeñable, por lo demás, señalar que el señor Santos fue ministro de defensa en el gobierno del “señor de las tinieblas” y que ordenó el ataque a los guerrilleros de las FARC en Angostura, territorio ecuatoriano, incursión en la que virtualmente se asesinó a los guerrilleros.
2. La duda respecto de la seriedad del gobierno colombiano para garantizar la vida y la seguridad de los guerrilleros, tras la firma de un armisticio. Lo cual es perfectamente legítimo, tras la experiencia histórica que, hace décadas, luego de la entrega de las armas por los guerrilleros y la creación de la Unión Patriótica, la oligarquía colombiana asesinó a miles de ex guerrilleros integrados a la legalidad en esa organización progresista, cuyo vigor y prestigio le auguraba triunfos electorales.
Diga, pues, el señor Torres, ¿quién afirma que las conversaciones de paz FARC-gobierno son cosas del “revisionismo”, como afirma en su nota periodística. Y si tal cosa existe, no dudaremos en pensar que eso responde a algún trasnochado, dogmático él sí, y nunca al pensamiento revolucionario de la izquierda que combate la traición de quienes manejan la política del Estado Ecuatoriano, instrumento del poder económico de PRONACA, Eljuri, cadena de supermercados, telefónicas celulares y de los agroexportadores e importadores para quienes firma el inicuo tratado de libre comercio con la UE.