¡Lo advertimos!

Por Natalia Sierra

El 19 de mayo de 2022, día que allanaron 10 domicilios en 3 provincias del país y detuvieron a 6 militantes guevarista y 2 dirigentes indígenas, advertimos que se venía una política  agresiva de criminalización de la lucha social.

Ha pasado un año, y ahora el gobierno lanza el decreto 730 con el cual se legaliza el uso  letal de la fuerza en contra “los actos terroristas”.  ¿Quién define que es un acto terrorista?  “Un acto que atente contra el progreso y desarrollo de la sociedad”, dijo el general Paco Moncayo. ¿Habla de los paros? ¿de los levantamientos? ¿de las huelgas? ¿Qué tiene que ver estos actos de resistencia social con la violencia desatada por el crimen organizado? ¿No era acaso las masacres carcelarias, las extorsiones, los sicariatos, los asesinatos en barrios populares, los secuestros lo que se tenía que combatir? De “repente” las redes se llenan de discursos de odio en contra de organizaciones y dirigentes sociales, principalmente del mundo indígena. “Acaben con los indios terroristas”, “Usen la fuerza letal y maten  a los terroristas” “metan preso a Iza” y una serie de frases que destilan agresividad y promueven el crimen estatal.

El grupo de propaganda gubernamental que crea opinión en las redes – la Data, Red  de Tuitetos Democráticos, Ecuavisa, Teleamazonas, Expreso, El Comercio y personajes como Oswaldo Hurtado, Emilio Palacios y varios liberales entre otros propagandistas del odio racista y clasista – no señalan como terroristas al crimen organizado, a la mafia albanesa, a Danilo Carrera, a Rubén Cherrez y demás presuntos capos de las mafias responsables del terror que vive el país. No. Todo su odio apunta a las organizaciones sociales, al movimiento indígena, a Leonidas Iza,  a los guevaristas, a los progresistas, a los que ellos llaman “los zurdos”. Los que salen a los paros y levantamientos y “destrozan su hermosa, blanca y colonial ciudad de Quito”, los enemigos del progreso y el desarrollo, los que quisieran hacer desaparecer.

Obviamente, también, señalan a los miles de jóvenes empobrecidos y lanzados a las garras del capital criminal, a quienes quieren exterminar con sus proyectos de “limpieza social”. No les interesa exterminar a los señores del capital criminal: banqueros, grandes constructores,  comerciantes de armas, narco presidentes, narco generales, etc. No a ellos se los defiende como generadores de progreso y desarrollo aunque usen capitales ilegales que se legalizan en grandes negocios.

Lo advertimos. Vinieron por los guevaristas,  por todos y todas las que mostremos resistencia al despliegue del capital salvaje y sus funcionarios. Sobre todo vienen por el mundo de vida  campesino comunitario que es la única alternativa real a la barbarie del capitalismo en su deriva mafiosa.