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domingo, diciembre 22, 2024

Los candidotes, los “me fui a volver” y los declinadores

Por Hugo, El Búho

Muero del asco y de la rabia, vecina. ¡Quédecreer tanto candidote que quiere ser Presidente! Ni que irse a vivir al Carondelet fuera la gran cosa. Uno más chimbo que otro. Yo qué le dije, vecina. Si usted pensaba que este gobierno era lo peor que le pudo haber pasado al país, never. Las desgracias nunca vienen solas y para muestra diecinueve botones. ¿Revisó la papeleta de tanto graviche que se postuló? ¡Madre de todos los santos! ¡Puro rascuache!

Muero vecina, ¿no sabrá lo que es graviche? ¿Jamás le dijeron rascuache? Uhh, hijita, cómo se ve la ausencia de calle, la falta de roce social con la guambreada de la esnaqui. Yo, de tanto escucharles a mis hijos ya me puedo graduar de mamá de la jerga. ¡Ay, usted! Por eso mismo le meten gato por liebre cada que aparece algún dizque salvador de la patria. ¡Cómo le hago entender que no hay mesías ni supermanes que nos salven! Toditos son puro eslogan de campaña. Pura lengua de abanico; y, el rato de gobernar: ¡toma tu voto, pendejo!

Como le iba diciendo… He visto candidatos a la presidencia feos, horribles, rataflowers, oportunistas, figuretis, mitómanos, calcebragas, de todo, pero lo de hoy no tiene nombre ni apellido. No le digo que es un circo, porque mi esposo me hizo entender que los payasos son gente noble, preparada, de otro nivel. Habría que buscarle una frase que les calce… no sé: farsantes con licencia para delinquir. No. Eso es poco. Chuchimarquis de manos buigrallas. Ese les queda pepa. No se bien qué significa, pero mijo le gritaba así a los rupturas que ahora gobiernan. Bien feo debe ser lo que significa porque hasta escupió la pantalla de la tele a la hora del noticiero en el lindo canal. ¿O fue porque sonrió la Shanet? Da igual.

¿En qué estaba? Ah, sí. Pondrá atención para que luego no le vean la cara de shunsha. Primero los declinadores de candidatura. Verá. De entrada, un mazazo en la cabeza: el Abdalá. Ya no se lanza de Presidente, pero dice que sí de asambleísta. ¡Jesús! Ese se va llevando hasta las bancas del Pleno. ¿No vio lo de los hospitales? Esa familia es capaz de llevarse el Banco Central en avioneta. Terribles son. 

Otro que quiso pero no pudo es el Andrés Páez. A ese no hay cómo verle más de dos segundos a la cara porque le sale sarpullido. Es un saltimbanquis de lujo. Primero era ID, no dije idiota. De ese partido que un día fue y luego chao y luego volví y ahora es como que no hubiera vuelto. Hoy le hace los mandados al banquero quéchucha. No, si yo no dije. Él mismo se anda promocionando como el mejor quéchuchista de la farándula electoral. Cuando se enoja, el Andrés se pone la camisa negra, se bebe un wiscacho, o dos o diez, y firma autógrafos en el libro de los valientes y denunciadores de pasta gruesa.

El tercero en declive es el Otto. Más lo que se mandó a tomar fotos en plena pandemia para nada. Alguien le susurró al oído: o te bajas o te bajamos. Y el otro que no puede ni alzar la vista porque le pesan las cejas, dijo bueno, ya nada.., ta’luego! 

El cuarto declinador es el ídolo de su jefa del trabajo: El Alvarito pues! ¿Qué nomás habrá negociado con el quéchuchas para hacerse el sacrificado? Eso huele a bonos por bananos. El eterno meme dijo nones.

Y espere, que no acabo. ¿Se acuerda del Balda? Ese parachifle que quería poner una bandera con un murciélago en Carondelet y declararle la guerra a los chinos. Ese mismo. También se autoeliminó. Se dio cuenta que ni la mamá votaba por él, y mejor le obsequiaba un baldazo en la cabeza por bien del todo.

Aguante que recién empiezo, vecina. Esto es mejor que la telenovela de las ocho. Le cuento que el Yaku se lanzó ganándole las primarias al mismo Yaku. Pero bueno: que aparece una señora de buen apellido que quería destruir la papa a punta de banano y privatizar lo que se le cruce. Luego, a la media hora le dijo mejor no, mucho joden en redes. Ya nadie creo le toma en serio al pobre.

Pero espere… ¡Ya se que se va a enojar! Ni que no supiera que hasta tiene una estampita del Mashi en la cartera. Sí le he visto también a su ojiverde adornando el espejo de la sala. Que como le tienen jodido con eso de la influencia psíquica para delinquir, le nombra a un guambrito de cuatro títulos, cuatro idiomas, cuatro todo. Me va a disculpar pero no se le ve con personalidad. Podrá tener todos los títulos que quiera pero blandengue el chico, recién salidito de la hoja de humita a medio hervir. Su Mashi le escribe el guión y hasta le instruye en cómo debe respirar. ¿Ya se enojó? Usted sí que es dramática. Le topan al líder y se le revuelve el hígado. 

Mejor cambiemos de candidato. Susceptible hasta el tuétano usted, ¿no? El banquero Lasso. El quéchuchista con cara de cajero automático sin sistema. Ese matripuchero no va a descansar hasta sentarse en Carondelet. Pero ni con los millones que tiene será Presidente. El tipejo piensa a largo plazo y escupe en efectivo. ¿Qué nomás les irá a ofrecer a los otros candidatos para que se le junten? Esas negociaciones han de ser con harto tufo a lléname el bolsillo. 

Ya del resto mejor ni hablemos vea. Con solo pronunciar los nombres ya una se asquea. El Lucio llega extirpado medio cerebro. La Cristina Reyes hará lo que diga el bigotes. El Isidro Romero, fantoche alucinógeno con plata. El César Montúfar es como tomarse leche cortada en ayunas. El Gustavo Larrea, amiguis del ruedas hasta la muerte, ahora hecho el crítico. Ese es el prototipo de mafioso calvo al que le apestan los pies desde los quince años. La Ximena Peña ni para dar pena. El Juanfer Velasco es un eructo musical de la María Paula con desarmonía neuronal. Ese tal Carrasco, vomitivo a gran escala. Y por ahí un pastorcillo evangélico que necesita exorcismo urgente. Y el Pesántez, tatay. Y, el Celi, gemelo putativo del (Mauri) Rodas, guácala.

Ya mejor vamos, vecina. No vaya ser que me acuerde del hermano del Correa, el Fabricio. A ese le sacaron de alguna letrina empresarial, seguro. Y por ahí otros dos o tres que solo buscan la foto. ¿Se da cuenta? Es o no como para santiguarse setenta veces siete. Dios nos guarde y ampare con estos candidotes. Ta’ luego vecina. Ojalá pueda dormir…

Le cuento que el Yaku se lanzó ganándole las primarias al mismo Yaku. Pero bueno: que aparece una señora de buen apellido que quería destruir la papa a punta de banano y privatizar lo que se le cruce.

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