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viernes, noviembre 22, 2024

Los guambianos, entre lo mágico y la necesidad práctica

Por Ileana Almeida*

Conocer a los guambianos interesa al estudio  de los pueblos indígenas anteriores a la llegada de los incas. Los cuzqueños incursionaron en la zona pupense (así se llamaba la Confederación de los wampi-misak), pero no pasaron del río Angasmayo. La Confederación, con sede en Popayán, se extendió por el norte de Ecuador. En la Colonia, hasta 1793, la región de Popayán integró la Real Audiencia de Quito.  Últimas investigaciones han comprobado la relación genética de la lengua wampi  con las del norte del Ecuador, y con la tsachila o colorado.  

El territorio de la comunidad guambiana ha sido cercenado durante la Colonia y la República.  Ahora es un limitado territorio donde sus habitantes conforman una colectividad con conciencia de su pasado y una firme decisión de proyectarlo al futuro. Al aproximarse, lo primero que se admira es el río, de aguas oscuras pero transparentes con reflejos plateados, producidos por los residuos metálicos que arrastran desde las lagunas de la alta montaña. Los pobladores lo llaman doctor Piendamó por las cualidades curativas que tiene. En el cauce han construido diques para formar estanques donde crían truchas de exportación. 

La visión del mundo guambiano fluctúa entre lo mágico y la necesidad práctica. Las mujeres, preferentemente, llevan dos sombreros: uno habitual y otro de forma espiral, de carácter sagrado, el kuari potøque eleva la existencia humana hacia el cosmos. (Es significativo que en algunas comunidades de Chimborazo  también se mantenga el uso del doble sombrero).

La Línea de Fuego
El sombrero ‘de pandereta’ representa el ciclo de la vida y la conexión con su tierra.

A la vera del camino, junto al río, se ve una edificación helicoidal de tres pisos, inspirada en el mítico caracol guambiano, se trata de la universidad wampi. El paisaje es  hermoso, de verde intenso, con cerros, matorrales espesos y grandes rocas. De pronto surge un mundo estrenado hace poco: el hospital, el jardín botánico de plantas curativas, la emisora radial que transmite en wampi y en español, escuelas y colegios, el instituto del deporte.

La comunidad se ha implantado en dos sectores: el alto y el bajo.  En la cima de la colina se levanta la casa circular del Taita Payán, que marca la hora solar. La casa “habla con la gente” y guarda  los   conocimientos de la arqueología, etnología y lingüística locales. Ahí se reúnen las asambleas políticas y se imparte la justicia comunal.

Pude visitar esta asombrosa comunidad indígena colombiana un 22 de septiembre, día del equinoccio boreal, cuando la luna se acerca al horizonte y se aleja del sol. A las 15h30,  hora precisa del fenómeno astral, un numeroso grupo de hombres, vestidos con sus ponchos de color oscuro, animados por coloridos rayos, recorre los senderos en procesión, llevan la imagen de la Luna transmutada en la Virgen María,  que  anuncia ya las lluvias, la fertilidad y la maternidad, en suma, el agua y la vida.

Cuanta dignidad y espiritualidad hay en este pueblo tan cercano a la antigua historia del Ecuador. 

“Las mujeres, preferentemente, llevan dos sombreros: uno habitual y otro de forma espiral, de carácter sagrado, el kuari potøque eleva la existencia humana hacia el cosmos”.


*Ileana Almeida, filóloga graduada en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, docente universitaria. Estudiosa de la etnogeografía de los pueblos y nacionalidades indígenas.


La Línea de FuegoBibliografía digital básica:

https//google.com.ec.= Instituto+ caro+cuervo%26+Santafe de Bogotá+Beatriz +Vásquez +de Ruiz=I (algunos aspectos sobre Morfología nominal del guambiano…) 2.OOO

https//google.com.ec./search?q/ Guillermo + Vasco Uribe%2C+ Avelino Dagua&riz= 01C1CHBO_2ª7…,1995


La Línea de FuegoFotografías: Jaime Ocampo-Rangel.

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