Internet y computadoras para tod@s
Cuenca, 27 de noviembre de 2012
Aún cuando ha mejorado la cantidad de usuarios de Internet en Ecuador, este servicio sigue concentrado en los segmentos más acomodados de la población y es todavía, una de las tecnologías con menos difusión en el país. Además, estos avances tecnológicos han entrado de forma sofocante y descontrolada en la vida de ciertos segmentos de la población como parte de una pedagogía que fomenta el individualismo y la competencia a ultranza, provocando que incluso la comunicación entre seres humanos se vea restringida.
A pesar de esta constatación, las nuevas tecnologías son una realidad para cada vez más personas en el país. Negarlo o tratar de impedirlo sería una necedad. Lo que se requiere es entender el porqué de esta situación y cómo aprovechar adecuadamente los avances tecnológicos.
Si bien en Ecuador, la televisión y los celulares se han expandido rápidamente, el Internet sigue siendo considerado como una fuente de dinero para grandes corporaciones, sean éstas estatales o privadas, sin una real comprensión de su potencial para la vida cotidiana y comunitaria. En este contexto, nuevamente es el mercado quien regula el acceso y en nuestro país, las tecnologías se venden solamente donde resultan rentables.
Adicionalmente, no ha existido una propuesta nacional para potenciar estas tecnologías con miras a promover el pensamiento crítico, la investigación innovadora y creativa, e inclusive nuestras culturas.
La Constitución de Montecriste dispone en el artículo 16 el “acceso universal a las tecnologías de información y comunicación” y el Internet es, sin lugar a dudas, una de ellas. En términos concretos, los mecanismos regulatorios para asegurar el acceso a este derecho son insuficientes y pobremente llevados por el gobierno de Rafael Correa.
Nuestro compromiso por el real cumplimiento de este mandato constitucional se funda una estrategia de des-elitización tecnológica desde una política de derechos sociales.
Internet para todos y todas
Frente a la visión del gobierno de Rafael Correa que comprende a la tecnología nada más desde la técnica, para nosotros, la tecnología es una herramienta de poder que debe ser democratizada para impulsar procesos de denuncia y transformación de los grupos oprimidos.
En este sentido y como parte de una política de educación emancipadora, creemos en la urgencia de multiplicar el acceso a las nuevas tecnologías Las razones son múltiples: fortalecer las relaciones entre los seres humanos, entre las familias y las comunidades; propiciar la generación de conocimientos y de contenidos para las redes virtuales; mejorar la capacidad tecnológica de los emprendimientos productivos, particularmente de los pequeños, comunitarios, cooperativos y asociativos; pero, sobre todo, garantizar el flujo libre de la información para hacer realidad la democracia radical, que es la base del programa de gobierno de la Unidad Plurinacional.
Este empeño, en suma, tiende a mejorar también los niveles del gobierno electrónico, empezando por las juntas parroquiales y los municipios, pues nuestro empeño se orienta a profundizar las autonomías y la descentralización.
El gran reto radica en integrar estas nuevas tecnologías en la pedagogía del Sumak Kawsay o Buen Vivir, es decir la búsqueda de las armonías en las relaciones de los seres humanos entre sí, de los pueblos y las comunidades entre sí, y por supuesto de individuos y colectividades con la Naturaleza.
Sabemos que en las comunidades, la escuela se constituye como el espacio articulador y movilizador, pieza fundamental para la organización, resistencia y denuncia, por ello, en nuestro empeño por la universalización de las tecnologías, jugarán un papel preponderante los maestros y las maestras, los profesores y las profesoras (actualmente marginados por el gobierno de Correa), tanto como las familias y los mismos estudiantes. No queremos actores pasivos en tanto usuarios de estas tecnologías.
No solo se trata de mejorar el nivel tecnológico de la educación. Si bien, eso es importante, mucho más nos interesa crear las condiciones para que estas nuevas tecnologías se integren como parte de una pedagogía liberadora, sustentada en la construcción de un pensamiento crítico y rebelde, como base para enfrentar el poder y superar el capitalismo, en tanto civilización que “vive de sofocar a la vida y al mundo de la vida”, como afirmaba acertadamente nuestro filósofo Bolívar Echeverría.
Tenemos, entonces, el reto y el compromiso de comprender a la educación como una oportunidad política de emancipación, liberación y transformación de las realidades sociales y de poner la tecnología al servicio de estos procesos.
A pesar de estas complicaciones y retos, el Internet tiene que ser asumido como un derecho ciudadano. El Estado debe asegurar su acceso en el campo y en la ciudad en tanto política real del Estado. Esto implica resolver los problemas económicos y técnicos que condicionan el cumplimiento de este derecho.
Para empezar hay que descorporativizar el acceso a Internet. Este servicio no debe ser provisto solo por grandes corporaciones (privadas o estatales), sino por pequeñas y medianas empresas e inclusive por cooperativas tecnológicas, así como por el pueblo organizado.
Para hacerlo hay que usar, si es necesario, las redes de acceso no empleadas por las grandes corporaciones. A las grandes corporaciones privadas se les debe exigir que un porcentaje del total de sus ventas sean realizadas en la zona rural. Habrá que establecer la obligación para las grandes corporaciones de cubrir todo el territorio nacional con señal de Internet (banda ancha) en forma progresiva hasta el 2017. Si determinado lugar, no es rentable para las grandes corporaciones, entonces inmediatamente ese lugar deberá ser declarado de libre acceso y se podrá usar las bandas libres para la distribución de Internet.
Esto exige también la dinamización de la oferta estatal. La empresa estatal debe aliarse con micro empresas rurales y urbano marginales para la distribución y cobro del Internet. Urgen alianzas con los municipios para la distribución de internet gratuito en zonas de interés de cada municipio (hospitales, escuelas, zonas de turismo, inclusive barrios populares, etc).
Así también, algunos de los problemas técnicos que debemos superar son los siguientes:
– La geografía del país; demasiadas montañas en la sierra, pocas elevaciones en la costa.
– Amplia dispersión poblacional en las zonas rurales (lo que eleva costos).
– Recién hasta ahora, el país tiene una red nacional de transmisión, que es como una red troncal de carreteras, a partir de la cual se puede ir derivando redes de acceso a los hogares. (dicho sea de paso, se perdió una oportunidad enorme al haber construido miles de kilómetros de carreteras sin haber tendido fibra óptica por debajo).
– No se ha invertido en sistemas de distribución de “última milla” (acceso al Internet a través de la red de energía eléctrica).
En nuestro gobierno se impondrá la obligación legal de que toda infraestructura energética o de transporte deba contar con tendido de fibra óptica, el cuál debe ser entregado al Estado. Esto implica la obligación legal de que toda operadora de telecomunicaciones cuente con planes de expansión de la fibra óptica en la zona rural para cubrir todo el país (a nivel provincial) hasta el 2017.
También será necesario liberar el acceso al espectro de radiofrecuencias a empresas que quieran distribuir Internet en zonas rurales deprimidas. Para nosotros el Internet es primero un derecho, luego un posible negocio.
Por eso, en las zonas cuyos hogares no tienen un acceso mayoritario al Internet (zonas rurales y urbano marginales con menos de 5% de hogares conectados), este servicio será distribuido gratuitamente vía inalámbrica por el Estado durante los primeros 3 años. Luego se irá cobrando el acceso de manera progresiva hasta alcanzar el 50% del valor del mercado.
Para ampliar y mejorar este servicio se propone establecer una red nacional de radio bases del Estado para asegurar el 100% del territorio rural nacional con posibilidad de acceso a internet inalámbrico para el 2016. Dichas bases, en manos del Estado, podrán ser usadas indistintamente por el operador estatal, operadores comunitarios, cooperativas tecnológicas, ONGs que quieran brindar servicio de Internet en las zonas rurales (a través de un mecanismo de subasta o concesión directa).
Para reducir costos se hará uso efectivo de la regulación que obliga a las operadoras privadas a compartir infraestructura (es decir en las zonas rurales y urbano marginales donde existan antenas de las operadoras, el Estado colocará equipos de acceso inalámbrico).
Computadoras para todos y todas
Para cumplir con lo expuesto anteriormente se requiere masificar el acceso a los computadores. Para lograrlo no solo impulsaremos una importación masiva de las mismas, sino sobre todo la fabricación desconcentrada del “computador popular” que no deberá costar más de 200,- (dos cientos) dólares por unidad al público.
Estas computadoras en una primera fase se entregarán a los y las estudiantes de los dos últimos años de bachillerato, cuyos padres no tengan ingresos superiores a los 500,- dólares mensuales. El pago se hará a través de módicas cuotas a ser descontadas del Bono de Desarrollo Humano o a través de las planillas de electricidad (no más de 5 dólares por mes, dependiendo de cada caso).
Adicionalmente, se entregarán computadoras, en condiciones ventajosas, a los y las jóvenes que no cursan estudios, a los que, además, se les ofrecerá cursos para adiestrarlos en el uso de estas tecnologías.
Para que las computadoras no cuesten valores inalcanzables para la población habrá que considerar lo siguiente:
– El Estado empezará importando directamente las computadoras.
– Comprará masivamente partes y piezas reduciendo el costo al mínimo.
– También venderá partes a través de portal de compras públicas a los miles de proveedores a nivel nacional registrados.
– El software será libre para evitar costos de licencias.
– En algunos casos se introducirá computadoras que básicamente sirven para conectarse al internet.
(- De ser conveniente y para abaratar costos, el computador se conectará al televisor, evitando así el costo del monitor.)
En síntesis, el Estado garantizará el acceso progresivo al Internet de toda la población.
Campaña nacional de alfabetización digital.
El Internet, el celular, la TV y los otros medios de las nuevas tecnologías ciertamente traen beneficios enormes: más eficiencia en las comunicaciones, acceso a la biblioteca más grande de la historia, acceso a noticias, acceso a música, cultura, cine, etc. Mucha gente está conectada al Internet, al celular, a la tableta, en general conectada a alguna pantalla.
Sin embargo, con frecuencia nos sentimos agobiados por subirnos a una lancha en movimiento que no sabemos ni cómo funciona ni a dónde nos lleva. Si no sabemos cómo usar las tecnologías los peligros pueden estar asechándonos.
Con la revolución verde aprendimos que la tecnología por sí sola, sin un proceso de formación y discusión, puede devenir en desastres masivos, como ejemplo ilustrativo tenemos el manejo de la tecnología de los químicos en el agro, su uso y abuso generó graves consecuencias para el medio ambiente, la salud y las economías locales. La gente no sabe usarlos y a las grandes empresas distribuidoras de químicos les conviene que así sea para vender cada vez más.
El avance de las tecnologías de la comunicación es ciertamente mucho más rápido que las capacidades de la gran colectividad de manejarlas. Muchas personas no tienen acceso a ella y conforman una suerte de analfabetos tecnológicos, amenazados de niveles crecientes de exclusión. Estas personas sin conocimiento de las nuevas tecnologías resultan desplazadas y marginadas. Pero el tema es aún más preocupante si vemos que inclusive los que están insertos en el mundo digital, no conocen sus peligros y reales beneficios. En síntesis, podríamos hasta hablar de una nueva forma de analfabetismo funcional.
De nada sirve tener Internet si no sabemos cómo usarlo adecuadamente, de nada sirve que nuestros jóvenes tengan celulares si han generado dependencia a ellos, de nada sirve que nuestros niños/as accedan a facebook para ser acosados.
Por lo tanto, si queremos que el Internet sea para todas y todos una herramienta de liberación, tenemos que organizar una campaña nacional masiva y permanente de alfabetización informática o de alfabetización digital. Más allá del manejo de los botones, se trata de entender la tecnología, sus implicaciones, potenciales y desafíos. Se trata de que la gente aprenda a interactuar con la tecnología, a entenderla, a dominarla de forma autónoma, sin miedos. Se trata de que los que no han accedido a la tecnología por desconocimiento pierdan los recelos y lleguen a acceder a todo lo que el resto accede a través del Internet y los celulares.
La campaña debe llegar con distintos mensajes y distintos contenidos a distintas comunidades:
– Los digitalmente excluidos estructurales, aquellos que nunca han usado el Internet (mayores de 50-60 años que usualmente su ubican en el agro y zonas urbano marginales).
-Los y las jóvenes de estos mismos sectores, quienes conocen algo del manejo tecnológico pero cuyo acceso se limita a pagar negocios cibernéticos para unas pocas horas de acceso, generalmente dedicado a lo recreativo.
-Los pequeños empresarios, los actores de la economía popular y solidaria, que además necesitan conectividad y saber usar las herramientas para mejorar su capacidad económica.
– Los usuarios “migrantes” al mundo digital, que nacieron en una era industrial y que sabiendo usar algunas herramientas, no conocen ni todo el potencial ni todos los peligros.
– Finalmente, está el grupo más vulnerable: los niños y niñas, los adolescentes, los “nativos digitales” que nacieron en un mundo digital que manejan excelentemente bien a nivel instrumental, pero que están a merced de todos los peligros por ausencia de adecuadas políticas y por una visión apolítica de la tecnología.
Por eso proponemos una campaña permanente de alfabetización digital -especialmente en el agro y las zonas urbano-marginales- acompañada de un programa intensivo de acceso comunitario a las computadoras y celulares. Uno de los puntos fuertes es la alfabetización digital y conectividad para la economía popular y solidaria. Igualmente será indispensable impulsar la educación digital, es decir ir más allá del manejo instrumental de la tecnología, saber manejar la tecnología para manejarla, y no, para que ésta nos maneje.
Uno de los puntos medulares para mejorar la conectividad radica en la reducción de las tarifas de la telefonía celular, del Internet y en general de las telecomunicaciones. Para lograrlo se requiere algunas acciones:
– Habrá que ponerle metas agresivas de crecimiento a la empresa pública de telecomunicaciones, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT); exigiéndole plazos en crecimiento de su participación de mercado y manteniendo precios siempre por debajo de la media del mercado. Para lograr mejorar el cupo de mercado de la CNT se requiere muchas acciones y habrá que pensar por ejemplo en asociar a CNT con alguna empresa (estatal) extranjera que le permita acceder a costos de infraestructura y terminales (equipos) más baratos.
– Es indispensable bajar los costos de interconexión a favor de la CNT y en general de la gente. ¿Qué es el costo de interconexión? La tasa o tarifa que cobra un operador (Movistar, Porta, CNT) por que una llamada originada en un operador “termine” en el celular de otro operador.
– Se requiere urgentemente una nueva ley de telecomunicaciones, que debe:
a. Estar centrada en el usuario y pensando en el usuario, y entendiendo que las telecomunicaciones son un bien público y un derecho antes que un negocio.
b. Estar orientada a fortalecer la arquitectura institucional de control que por el momento es débil. Esto significa que hay que fortalecer la capacidad de regulación y control del Estado sobre los operadores para asegurar que los servicios sean más asequibles y más baratos y lleguen a más lugares.
c. Establecer mecanismos de control más eficientes sobre las tarifas de telecomunicaciones.
d. Instrumentar tecnologías para reducir costos; por ejemplo desplegando un portal (cuya tecnología ya existe) que le permita a cada ciudadan@ usuario en tiempo real verificar el número de minutos usados, costos por minuto y tiempo restante en su plan o tarjeta. Este portal será obligatorio para los operadores y permitirá llevar control a cada ciudadan@. Así también se reducen costos.
e. Revisaremos los contratos con las empresas telefónicas y, de ser del caso, los renegociaremos (las empresas de comunicación e información están obteniendo enormes utilidades, que incluso superan el 38,5% en relación a su patrimonio).
En resumen, se pueden bajar los costos de las telecomunicaciones con voluntad política para hacerlo, pensando siempre en el bienestar de tod@s, que es lo que le sobrará a nuestro gobierno.
Los servicios de Internet y telefonía, con tarifas preferentes en el área rural, al igual que las de la electricidad, garantizarán el acceso a nuevas tecnologías con el fin de mejorar la condición de vida de los campesinos y las campesinas y así mantener la juventud en el campo.
El gran reto es como resolvemos el asunto del conocimiento, que se produce como parte de un proceso de construcción social. Si sólo apoyamos las tendencias individualizantes estaremos contribuyendo aún más a la destrucción de la cohesión social, que ha sido uno de los propósitos centrales del capitalismo.
En el caso de las comunidades rurales, existe un conocimiento compartido que es el que posibilita la resistencia. El acceso descontrolado a Internet podría llegar incluso a fraccionar ese conocimiento colectivo y facilitará la penetración del mercado sin ningún beneficio de inventario. En este sentido, debemos impedir que el Internet sea una instrumentos que aliente la profundización del extractivismo y que por el contrario se convierta en una herramienta más que fortalezca procesos de denuncia informados, el intercambio con otros afectados y el contacto cercano para la denuncia inmediata.
Por todas esas razones es indispensable impulsar una política de Estado para que el accedo a las nuevas tecnologías sea una herramienta de emancipación y no de alienación.-
Por supuesto que el acceso al internet es importante, el potencial de la información que allí existe para convertirse en conocimiento es igual que el que existe para que simplemente sea , diría actualmente ya es, otro medio de radicalizalización del capitalismo. Más importante que el medio de acceso es el medio de uso.