¿Qué les hicimos para que nos insulten así? ¿Somos malos, mamá? ¿Por qué quemaron nuestro colchón si no era de ellos? ¿Por qué tenemos que salir corriendo como si fuéramos ladrones, mamá? Dime mamá, no entiendo. ¿Yo también soy un niño malo? Te juro que no hice nada, yo solo dormía contigo y mi hermanita. ¿Es porque no les gusta lo que vendemos? ¿Nos tenemos que ir también de este país? ¿A dónde nos vamos ahora? ¿Por qué no nos quieren? ¿Qué les hicimos, mamá? ¿Qué les hicimos?
Me acuerdo cuando jugaba con Andrecito, el de piernas largas; Alberto, el dueño del balón de fútbol; y con María, la niña que nos gustaba a todos. Era tan feliz. Y la escuelita y los primos. ¡Ah! y Tarzán, el mejor perro del mundo que se dormía en mis pies. ¿Por qué tuvieron que arrancarme de mi casa? Hasta ahora no entiendo, mamá. Y acá no tenemos nada, solo gente que nos mira mal. ¿Es por ser pobres como dice el tío René? ¿Es por eso? ¿O es por haber nacido en Venezuela? No entiendo, mamá. ¿Te duele todavía ese piedrazo en la espalda, mamá? Yo sí vi quién la tiró. Fue un señor grande que nos gritaba: ¡Fuera venezolanos! Yo quería defenderte mamá pero era muy noche y me jalabas de la mano y el señor era muy grande.
Nunca había corrido tanto. Nunca había llorado tanto. ¿Te acuerdas cuando te conté que vi esa película de terror con mis primos y no pude dormir una semana del miedo? Fue peor mamá, porque sentí que el monstruo era yo, que hacía mucho daño a las personas y ellos se vengaban de mí. No llores, mamá. Solo te cuento porque tengo tanto miedo de salir a la calle y que nos tiren piedras y nos griten cosas feas. ¿Hoy no vamos a comer, mamá? No hemos vendido nada. ¿Quieres que salga a vender? No importa, no hablo, solo hago señas para que no me reconozcan. No llores, mamá. Ves, a mí ya se me pasó. Yo les voy a cuidar.
Ya mejor vamos a dormir. No importa si no hay colchón. Mañana hará mucho sol y la gente se olvidará de nosotros. Y venderemos como nunca. Cuando sea grande voy a ser médico para curarles las heridas a todos o bombero para no dejar que quemen nunca más ningún colchón. Ves mamá, ya te hice sonreír. Hasta mañana, abrazaditos no se siente el miedo. Hasta mañana.