Tanto la “izquierda” en el gobierno cuanto la derecha fuera de él, hablan de la derrota de lo que los primeros denominan la izquierda infantil y los segundo la izquierda decimonónica. Curiosa coincidencia entre dos tendencias ideológicas supuestamente contrarias, lo interesante es que el acuerdo de su lectura dice sobre la cercanía de sus proyectos políticos.
De que se acusa a la izquierda “derrotada”, de que sus planteamientos son infantiles o decimonónicos que para el caso es lo mismo, digamos que está fuera de época. Según José Hernández: “La derrota no delata solamente una estrategia equivocada: pone en evidencia la naturaleza profunda de los programas políticos, sobre todo de la Conaie y del MPD: un radicalismo revolucionario (ese sí extraído de las prácticas de Lenin y Castro) que no encuentra curso en el país. Acosta se equivocó porque en vez de ir hacia la sociedad más progresista, trató de conectarla con las visiones más jurásicas. Esto muestra el desencuentro que tienen esos partidos y movimientos con los postulados mínimos de la democracia liberal. ” Según Correa, la derrota de la izquierda tiene que ver con su carácter infantil, falso y fundamentalista, una izquierda con la que no le interesa debatir pues, dice, que es Lasso la oposición que él reconoce legítima para debatir, curiosa apreciación que dice mucho de su “izquierda ciudadana”.
Cuáles son los planteamientos infantiles- jurásicos de los que se acusa a la izquierda. De defender la naturaleza de la depredación extractivista, de defender los derechos de los trabajadores, de la necesidad de hacer la reforma agraria, de desprivatizar el acceso al agua y a la tierra, de construir una economía social y solidaria, pero fundamentalmente de transitar hacia una nueva forma de civilización donde poder desplegar un buenconvivir. Estos son los planteamientos de la izquierda “jurásica” e “infantil”, planteamientos que obviamente no están entonados con el proyecto de modernización capitalista vía re-primarización de la economía que está aplicando Alianza País, y con el cual coincide la derecha fuera del gobierno.
La primera pregunta claro está es ¿por qué la población mayoritaria no apoyó estos planteamientos? La razón no es porque sean jurásicos ni infantiles sino, todo lo contrario, porque son propuestas absolutamente presentes y maduras, si por madurez entendemos reconocer los desafíos actuales del transitar humano. Lo que resulta jurásico sí que es querer repetir lo que en otras regiones del planeta ya ha fracasado (solo basta mirar la crisis del capitalismo en los países centrales, o no hace menos de una década España festejaba el triunfo de su crecimiento económico), lo que sí e infantil es querer reencauchar un sistema que ya es decadente como el capitalismo dándole un rostro humano, lo que sí es infantil y absurdo es querer acabar con el Estado Burgués gobernando para los grupos burgueses. Lo que sí es jurásico es reprimarizar la economía abriendo el extractivismo salvaje.
La segunda pregunta es ¿por qué una parte importante del pueblo no logra ubicar la necesidad histórica que le plantea la izquierda? La respuesta es simple pero no por ello evidente. Tenemos: 1) Un momento económico favorable por los altos precios del petróleo y un contexto político regional también favorable para el proyecto de modernización del sistema, que permite que la vieja ilusión colonial de crecimiento y desarrollo capitalista se reactive en la población. 2) Parte de esto es la implementación de ciertas políticas neokeynesianas (pago de deuda social, recuperación del Estado) y claro está, la aplicación de una fuerte política clientelar y asistencialista del gobierno de A.P. expresada básicamente en el incremento del número de beneficiarios del bono de la pobreza. Todo esto crea un relativo crecimiento económico que convierte a la población en potenciales consumidores. 3) Como nunca antes en la histórica política del país, somos objeto de una sofisticada estrategia mediática de control ideológico de la población, a través de la aplanadora publicitaria del gobierno. 6) Se viene ejecutando una política autoritaria de amedrentamiento y criminalización de la protesta social. 7) Hay un manejo absoluto de todos los poderes del Estado por parte del gobierno. 8) El proceso electoral se ha caracterizado más que nunca por la absoluta desigualdad en la participación, favorable cínicamente a la candidatura de Alianza País. 9) Se impuso un Código de la Democracia dedicado a asegurar las candidaturas del régimen. Por todo esto es obvio que los candidatos de Alianza País logren un porcentaje considerable de apoyo de la población, de una población que por todas las razones anotadas no logra mirar lo que está en juego en el planteamiento de la izquierda.
De hecho, como ya algunos dirigentes lo han planteado las elecciones sirven para medir la conciencia social y estás han mostrado que hay un importante porcentaje de la población ecuatoriana que apoya, consciente o no, los procesos de modernización capitalista que está ejecutando el gobierno de la Revolución Ciudadana. Apoyo que revela un proceso de conservadurismo de la población, entendiendo por conservadurismo la voluntad de una parte del pueblo de conservar el sistema capitalista. Esta situación ya se la ha vivido en otros momentos de la historia última, basta recordar la Alemania de Hitler, quien puede negar que el líder nazi tuviera el apoyo masivo de la población alemana y no por ello se puede legitimar el holocausto. Sin irnos tan lejos, Álvaro Uribe contó con la aprobación de la mayoría del pueblo Colombiano y no por ello es posible decir que llevaba adelante un proceso de transformación social en beneficio de los pobres. El mismo Bush fue reelegido por la mayoría del pueblo norteamericano y no creo que su política genocida de intervenir militarmente en otros pueblos tenga nada de revolucionaria. La razón histórica emancipadora no siempre se encuentra del lado de las mayorías, menos aun cuando éstas se hallan atrapadas en la ideología de los grupos dominantes.
Por todo lo mencionado, creo que el gran error de la izquierda es no haber leído correctamente el momento adverso que vive la conciencia crítica del pueblo ecuatoriano. Creo que, siendo autocríticos, hay que reconocer que los grupos de jóvenes que planteaban el voto nulo pudieron ver mejor, por y más allá de su radical crítica a las elecciones burguesas, que ésta ha sido la peor época para intentar posicionar el planteamiento de la izquierda a través de la participación electoral. El problema real, sin embargo, es que tanto la izquierda que se lanzó a las elecciones, como la izquierda que se abstuvo de entrar en las mismas ha sido derrotada, pues el asunto no es haber perdido en las urnas, sino la constatación de que los planteamientos de la izquierda no logran inscribirse en la conciencia de la mayoría de la población ecuatoriana.
Algo que es importante tomar en cuenta en esta evaluación crítica es que la situación de la izquierda en el país es similar, sino igual, a la situación de la izquierda en toda América latina, y fundamentalmente en los países cuyos Estados están dirigidos por los llamados gobiernos progresistas. Por todo el subcontinente, sea en los países de los gobiernos progresistas y en los que gobierna la derecha neoliberal como es el caso de Colombia, Chile o México la resistencia legítima al avance depredador del capitalismo está actuando. A pesar de que los grupos que resisten no expresen porcentajes mayoritarios de la población, su lucha es legítima, pues la razón histórica no es única y exclusivamente un asunto de cantidad, sino básicamente de cualidades históricas y éticas. De hecho las minorías que resisten en América latina tienen la legitimidad de la defensa de su vida y de la vida, la legitimidad de desear un mundo donde sea ciertamente posible vivir.
Aunque seamos la minoría que dicen que somos, como sostiene Johm Brown, hablando de la crisis europea, que es lo mismo que hablar del despojo del extractivismo en América Latina:
Si queremos que no puedan “quitárnoslo todo”, tenemos que garantizar la existencia de bienes y recursos comunes inalienables. No basta para ello que sean de titularidad estatal, pues los Estados pueden comportarse como cualquier propietario y privatizarlos (es lo que están haciendo): es necesario que los bienes comunes estén inscritos en la constitución, tanto en la constitución material como elementos fundamentales de las relaciones características de un modo de producción comunista que no tiene nada que ver con los socialismos de Estado, como en la constitución formal que debe establecer las instituciones políticas y las leyes de un mundo libre más allá de la propiedad. El comunismo hoy no es ninguna utopía, sino una necesidad vital para las sociedades y los individuos.
ºUN PUNTO DE VISTA MUY INTERESANTE. ES NECESARIO IDENTIFICAR CLARAMERNTE ENTRE LA SOCIEFDAD COMUNISTA QUE MARX Y ENGEL PLANTEABAN, DEL SOCIALISMO DE TRANSICIÒN Y NECESARIO DE AQUE CAPITALISMO DE ESTADO QUE PRETENDEN PASARLE COMO SOCIALISMO.
Suscribo el análisis de la comparñera Natalia. Lo comparto plenamente. Sólo añado que el tema pasa por diseñar las acciones, fuera de los desgastados métodos y políticas de violencia innecesaria, provocadora. Más en momentos en que debemos iniciar la acumulación de fuerzas, en el proceso de la organización popular, para la discusión, el estudio, el análisis de la realidad objetiva. No quiere ello decir que nos inmovilicemos en el encierro previo a la acción en las calles, en la protesta. Deben ir paralelas.
En cuanto a la estrategia, creemos en la socialización de los medios e intstrumentos de producción. No en la estatización. Esta última, punto de partida para el derrumbe del llamado “socialismo real”.
Por que la Unidad Plurinacional no tomo en cuenta esos nueve elementos de la coyuntura electoral que señala la compañera Natalia ?. Por que si no podemos responder electoralmente podiamos hacer muchas cosas creativas para deslegitimar: “la estafa confirmada en las urnas”
Querida Natalia,
Aparte de la mala sintaxis y los errores que comete en su construcción argumental, se puede notar una severa falta de conocimientos históricos (Alemania apoyaba a Hitler debido al desafortunado resultado del Tratado de Versalles. Bush fue reelegido, aunque se comprobó fraude y el verdadero ganador fue Al Gore. Ninguno de estos gobiernos se basaba en el conservadurismo, peor el gobierno del presidente Correa.) y una ausencia de lectura marxista. Si usted hubiera leído detalladamente a Hegel (Filosofía del derecho, Fenomenología del espíritu), usted podría apreciar más los movimientos dialécticos que se están dando en nuestro país. Por otro lado su “izquierda” es infantil y carece de un carácter crítico, ¿Ha leído Adorno, Horkheimer o Habermas?
Otra izquierda que colabore con el gobierno tiene que ser posible. Además resulta gracioso que la “izquierda” use los mismos argumentos que la derecha para criticar al gobierno actual.
Me imagino que usted viene de una familia perteneciente de clase media o alta, usted siente culpa por no haber nacido como proletariado (Louis Althusser , Para Marx, Introducción). Entiendo que la lectura de verdaderos marxistas como Korsch, Kautsky, Marx o Labriola resulta complicado. Evidentemente más complicado que Lacan, Derrida o Foucalt.
Revise mis comentarios por favor y espero una respuesta amable y franca.
SALUDOS DEL PUEBLO ECUATORIANO
¡LOS HONESTOS SOMOS MÁS!