“Es mas breve y rápido escribir herejías que responder a ellas”
Tomas Moro Utopía
Una contundencia; el poder es una realidad, una constatación sin verdades, pero deposito fétido de concreciones y certidumbres. El poder es evidente, presente, reaccionario ¿Entonces el presente es reaccionario? ¿La realidad es reaccionaria? Si el presente no es reaccionario la intención modificatoria seria vacía, porque todo revolucionario renuncia al presente. Si la realidad no es reaccionaria no se requeriría cambiarla sino contemplarla justificándolo todo. Siempre los reaccionarios en toda revolución o “revolución” adulan y silencian las injusticias. Primera conclusión, el presente no nos complace, la realidad tampoco.
Pero de la realidad surgimos y a la realidad enfrentamos, ahí la esencia del acto y el actor revolucionario. Es conservador, querer evadirse de la realidad o camuflar los hechos entre ensueños y cadenas de ilusión, entre pírricas conductas o creencias fútiles que aplauden el ahora para llegar al paraíso prometido. Un peculiar sendero luminoso se toma la comedia y se enfatiza la diferencia entre la utopía y la ilusión. La utopía es encuentro con los sueños, la ilusión, mistificación alienante de la realidad. Nadie puede pretender ser utópico (y hay quien se lo impida) cuando se es complaciente con la realidad; densa vulgar, mecanicista, “pragmática” o quien festeja el orden de las cosas viejas con cantos plañideros de sirenas para vivir en somnolencia.
Los acontecimientos del presente son marcadores de trincheras y barricadas, la época del intelectual comprometido y su espacio será siempre la crítica al poder, porque el derecho de pensar extrajudicialmente al margen de burda disciplina del estado o de la norma oficial, es insoslayable para crear y creer. Los intelectuales que bajaron la cerviz ante el poder, renunciaron a su esencia, me recuerdo de Malraux. Doctrinario o carente de racionalidad puede ser el sesgo de la utopía decente, de cualquier manera vale el intento, porque el otro esfuerzo de promover utopía arrimándose al poder es una farsa de rincón y más lo es, cuando prima “lo posible” y no lo soñable ¿utopías carcelarias? ¿Utopías extractivistas de los que defienden la gran minería? ¿Utopías realistas?
La libertad y sus utopías no tienen nada que hablar con las pesadillas, la andanada superficial de los monólogos ya no quieren ni requieren ningún esfuerzo para la reflexión. Entonces queda poco tiempo para que los últimos intelectuales embarcados en el Arca de la alianza nueva y eterna, dejen de ceder y conceder y cumplan realmente su papel con la conciencia, la historia, la imprudencia de los sueños, el espíritu de crítica.
Ultima conclusión: Se ha formado un nuevo status quo con fuerza conservadora y nuevos reaccionarios jóvenes confunden a ingenuos entusiastas, ya están, ya se apostan militantes, prestos, cual defensores y defensoras de un autoritarismo derechista (porque todo autoritarismo es de derecha) con sus desalojos, sus códigos penales y tributarios, sus ganas de suprimir los sueños y las utopías no calificadas en la bondad del poder