Faltan pocos días para que concluya el plazo de recolección de firmas que no solo permitirán que se realice la consulta al pueblo ecuatoriano sobre la pertinencia o no de la explotación petrolera en el Yasuní, sino que posibilitará un ejercicio de democracia fundamental para la salud política del país, sobre todo cuando una de las implicaciones de este proceso, impulsado por la ciudadanía auto organizada y liderada por los actores más preciados de la sociedad, sus hijos, sus jóvenes; sería la de renovar la idea de que el poder político está supeditado a la voluntad de un pueblo organizado. Que la coherencia con los representados es la principal función de los representantes, y que el mandatario depende en efecto, del pueblo mandante. El proceso de consulta por el Yasuní entonces, es una oportunidad de robustecimiento político de la ciudadanía, que desborda la institucionalidad para reestructurarla con la vista puesta en una ETICA que no se limita al restablecimiento de la coherencia y la honestidad, sino que busca además, posicionar realmente esas otras prioridades sociales que fueron consagradas en la Constitución de Montecristi, me refiero a la importancia de la Naturaleza como sustento de la vida, concepto hallado así mismo, escuchando la voz ciudadana que dio pistas para la superación cualitativa de un orden social que produce mal vivir, asumiendo el simple hecho del RESPETO por la Naturaleza y por el ser humano. Esa es, me parece, una de las motivaciones más loables que pueden darse en un contexto de aparente desaparición de la ciudadanía, y que contribuirían a explicar la fuerza y simpatía que despierta el movimiento yasunido, explicación absolutamente lejana e incompatible con aquellas posturas que pudieran ver en este proceso, lógicas de la desestabilización e intriga.
Para los habitantes de Cuenca y sus lugares cercanos, el proceso de recolección de firmas y la posible consulta, también abre la posibilidad de impugnar la decisión de establecer minas a cielo abierto en lugares vulnerables y fundamentales para la vida, como las fuentes de agua. A propósito, ¿Ya firmó por el Yasuní?
