Uno de los éxitos del gobierno del presidente Guillermo Lasso, que empezó su nuevo mandato el 24 de mayo 2021, ha sido la pronta vacunación de la población, luego de un acceso lento y privilegiado durante el gobierno predecesor de Lenín Moreno.
Este logro ha sido opacado por la débil recuperación de la economía en relación al promedio de la región y los descuidos a los que se ha sometido a la salud pública, su personal y sus hospitales. Si bien el nuevo gobierno ha apostado por la vacunación para rescatar la economía, en la práctica el 2021 cerró con un crecimiento de la economía en torno al 3%, muy por debajo de la caída de casi 8% en el 2020.
Esto se explica, en gran parte, porque siguiendo el libreto anterior en materia económica, en el 2021 se aprobaron dos normas importantes: la Ley de Desarrollo Económico que aumenta los ingresos fiscales y permite el blanqueo de capitales y otra, llamada, Defensa de la Dolarización, que los esteriliza para la acumulación de reservas.
Por lo que, a pesar de que se cuentan con recursos, estos no se destinan a la salud pública. Esto repercute contra la prioridad definida por el gobierno, ya que no se puede solo vacunar, olvidando que habrá contagios y otras enfermedades y descuidando su atención, su personal, la dotación de medicamentos, entre otros.
A esto se suman anuncios de medidas en el sector externo (reducción de ISD y eliminación para transacciones con tarjetas de crédito, reducción de aranceles, cambios en el coeficiente de liquidez doméstica) que desconocen que a partir de julio 2021 la balanza comercial no petrolera empieza nuevamente a ser negativa. Parece que vuelve a dejarse de lado al sector externo y las políticas económicas del Ejecutivo tienen una mala comprensión del mismo.
El gobierno cumple con el acuerdo con el FMI, pero el indicador de éxito definido por ellos no baja. El riesgo país cerró el 2021 en 871 puntos básicos. En medio de nuevos procesos migratorios de ecuatorianos que se invisibilizan y de los que no se habla, el panorama no es alentador, somos menos y nos morimos de sed junto a la fuente.
La balanza comercial no petrolera empieza nuevamente a ser negativa. Parece que vuelve a dejarse de lado al sector externo y las políticas económicas del Ejecutivo tienen una mala comprensión del mismo.
*Katiuska King, Economista latinoamericana comprometida con un mundo más justo. Profesora de la UCE. Ex ministra de Política económica de Ecuador.
Texto tomado de https://www.katiuskaking.com