En los páramos andinos la naturaleza se esfuerza por mostrar sus maravillas. Un ejemplo es la planta llamada tumbuso (voz posiblemente puruhá) que tiene “sabiduría” propia y sabe como retener y distribuir el agua de los glaciares, de la lluvia y la neblina, de manera mesurada y equitativa. Crece pegada a la tierra y se extiende a manera de alfombra por la montaña configurando bolsones que se hinchan poco a poco con el líquido que reciben. Uno a uno revientan los bolsones y dejan escapar hilitos de agua. Cuando ya se han formado lagunitas y riachuelos, los quichuas de la comunidad de Llangahua (Tungurahua) encausan los caudales hacia la acequia que llevan el agua a las comunidades. La naturaleza y la gente se dan la mano. César Tixilema, dirigente de la comunidad, cuenta que a pesar de necesitar el terreno para el ganado, se ha desistido del pastoreo a fin de salvar el agua. ¿Se contemplará en la Ley de Aguas la simbiosis que se establece entre la gente y el medio ambiente, o se impondrán las exigencias de privatizar el agua, contempladas en planes de desarrollo poco reflexivos?
Unhja se llama la casa que habitan los huaorani (Luis Montaluisa). Está hecha de materiales de la selva y se adapta perfectamente a la ecología amazónica. Se construye con cuatro troncos de árboles que no se degradan fácilmente; se los entierra en las esquinas para soportar el techo y se los amarra con bejucos; las paredes se entretejen con especies maderables que dejan pasar el aire, y para el techo se utilizan hojas de plátano o ramaje de palma primorosamente trenzados. Las puertas permanecen abiertas para asegurar la ventilación. La estructura del conjunto reproduce la idea cuadrangular del cosmos y las columnas de madera representan los ejes del mundo. Pero, ahora, el Ministerio de la Vivienda ha anunciado un plan de vivienda para los huaorani, consistente en casas que se edificarán con bloques de hormigón y cemento. ¿Será esta, tal vez, una broma de mal gusto del gobierno?
De plumas del tucán se hace la tahuasap, corona de los shuar-achuar, que es un símbolo condensador de sentidos: revela rasgos solares por su forma y color y está ligada a Etsa, el hermano sol y principal héroe cultural de este pueblo. Etsa permite relacionar el cosmos y la cultura, el derecho y la moral. Etsa, según el mito, es el más hábil lancero y el adalid de la guerra. Accedió a compartir su esposa con su hermano gemelo Nandu (la luna); habían acordado un pacto equitativo, pero Nandu se mostró mezquino y excluyente, lo que provocó la ira de Etsa, que lo persiguió sin tregua. Nandu, temeroso de Etsa, huyó al cielo, pero Etsa nunca dejó de acosarlo. En el cielo, la luna huye del sol. La tahuasap la han lucido los más diestros cazadores, los más aguerridos guerreros y los más sabios dirigentes. El quichua amazónico Carlos Viteri, candidato del partido de gobierno, sabe que la tahuasap no es quichua, pero no tiene inconveniente en ostentarla en la campaña electoral. ¿Será posible construir un Estado Plurinacional usurpando símbolos ajenos?
Estupendo el relato de la vida de los materiales y los símbolos. Es una pena que no haya cabida para el arquitecto y la buena arquitectura en los planes de vivienda del gobierno, el inmediatismo y una falta enorme de sentido común se imponen en los proyectos emprendidos solo desde la construcción inerte, una edificación sin su hábitat.
En Ecuador la arquitectura vernácula es exquisita y una manera de ponerla en valor es desde las edificaciones públicas donde esa nueva caña o ese nuevo muro de adobe va a significar progreso, con una nueva cara constructiva estética y con un riguroso control técnico de durabilidad calar en el paradigma de desarrollo de nuestros pueblos rurales de todas las regiones.
Es hora de valorizar la arquitectura vernácula !!, tierra, caña, madera materiales que no van de la mano con el “desarrollo” son mal vistos porque no hay una oportunidad seria para mostrarlos, la tecnificación de estos materiales, el perfeccionamiento de los sistemas constructivos es una responsabilidad de los arquitectos y una tarea lindisima.
En fin me sabe un poco mal dejarte este comentario tan técnico despues de haber leído la descripción de la arquitectura desde la profundidad del hábitat y la inmensidad del cosmos, un gusto leer esta entrada!
Saludos
Carlos