18 de Agosto 2015
UNO
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) realizó la semana pasada movilizaciones en diversas provincias del país para finalmente llegar a Quito. Si bien las manifestaciones no tuvieron la fuerza de un levantamiento, mostraron una importante adhesión.
Paralelamente, el 13 de agosto, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) convocó a un Paro Nacional, que no logró ser un paro pero generó una multitudinaria marcha en la capital ecuatoriana, integrada por sindicatos, indígenas y algunos sectores de clase media quiteña que se sumaron por su oposición al gobierno pero no por reivindicar la lucha histórica de indígenas y trabajadores. También en Guayaquil el banquero Guillermo Laso, el empresario bananero Álvaro Noboa y otros sectores de derecha se manifestaron en apoyo a la movilización de la Conaie y el FUT, lo que no se había dado en anteriores movilizaciones o levantamientos indígenas.
La protesta mostró una Conaie con cierta capacidad de respuesta, basada en algunas organizaciones provinciales, pero quedó en evidencia la debilidad y poca convocatoria de Ecuarrunari, que en otros momentos fue un eje fundamental de la Confederación.
Por su parte, el gobierno recibió el apoyo de las organizaciones vinculadas a su proyecto político, como la Central Única de Trabajadores y la Alianza indígena, creadas hace poco tiempo, y otras reconocidas históricamente como la Fenocin, así como de organizaciones políticas afines.
DOS
Más allá del discurso maniqueo de vencedores y vencidos, y la incapacidad de un lado y del otro para establecer un diálogo hacia el futuro, no hay duda que si un movimiento social tan importante como el indígena se moviliza, cualquier gobierno debe tener en cuenta sus reivindicaciones para dialogar, más allá de que finalmente pueda llegar a acuerdos en algunos puntos y en otros no. El discurso de no dialogar con la Conaie fortalece una postura interna de derecha y cierra la posibilidad de separar al Movimiento Indígena y a sectores sindicales de la influencia de la derecha externa.
La Conaie por su parte, debería asumir su estrategia histórica de movilización-diálogo y estar dispuesta a abrir un canal de conversación con el gobierno, así finalmente pueda llegar a algunos acuerdos o no. Los triunfos de la Conaie a lo largo de su historia se han dado utilizando esa estrategia desde lo indígena, sin que otros sectores intenten manipular desde afuera. La estrategia del todo o nada en este momento, ayuda a que se siga consolidando la hegemonía política y simbólica de la derecha que está fuera del gobierno. La apertura de un diálogo serio, distanciaría al Movimiento Indígena de la derecha y no permitiría que finalmente su movilización sea utilizada por este sector como se vislumbra. La izquierda que hoy rodea al movimiento indígena no tiene la capacidad para llevar adelante un proyecto colectivo, como no la tuvo para pelear la correlación de fuerzas en la Asamblea Constituyente.
TRES
Un hecho lamentable han sido las actitudes racistas y xenófobas que se evidenciaron en sectores a favor del gobierno y opuestos a la movilización. Algo similar a lo que se vio en ciertos sectores de clase media en algunos levantamientos o en las movilizaciones de los forajidos, cuando les gritaban a los indígenas traidores. También se evidenció mucho más la xenofobia de sectores de derecha que están a favor del TLC con la Unión Europea pero hoy apoyan las movilizaciones, los que desde hace tiempo a través de redes sociales llevan adelante campañas xenófobas y fascistas.
La detención y posible deportación de Manuela Picq, novia del presidente de Ecuarrunari Carlos Pérez, más allá de las versiones de uno y otro lado, es una acción que va contra la ciudadanía universal, a la cual se oponen los sectores de derecha que hoy apoyan las movilizaciones, y no ayuda a establecer el necesario clima para un diálogo.
Si no hay cambios urgentes en el accionar político de un lado y otro, se abre la puerta a la derecha más retrógrada. Lo que tal vez obligue que en el futuro las organizaciones sociales que hoy apoyan al gobierno y las que se oponen, tengan que volver a luchar juntas, pero tal vez ya mucho más debilitadas.
Para llegar a un diálogo, se necesita una capacidad política para analizar con mirada estratégica el momento y las perspectivas de futuro, un poco de racionalidad y algo de sentido común, lo que por ahora no se ve en ninguno de los dos lados. Una lástima, pero así están las cosas.
Fuente: http://kintto.blogspot.com/
No hay derecha más retrograda que el gobierno de Correa, el cual no quiere dialogar, sino que clase de dialogo es decir: “dialoguemos sobre la ley de herencias para demostrarles que tengo la verdad”, es como cuando un profesor al terminar una clase magistral dice: “preguntas, alguien no entendió?”, es decir el gobierno propone un seudo-dialogo maniquéo y seudo-pedagogico, así no es posible ningún diálogo. La “izquierda del todo o nada” prefiere el seudo-diálogo con Correa que una convergencia temporal con la derecha democrática.
Es increible, ahora hasta quieren asomar como legítimos intermediarios, aquellos que son parte de la debacle del Ecuador, Kinto Lucas es uno de los mentalizadores del fascismo correista, ahora se muestra conmovido porque los indígenas no quieren dialogar, el dialogo es un ejercicio democrático en igualdad de condiciones, no es una imposición unilateral de una parte, por más gobierno que sea. Si el “proyecto” es neocolonial, como dialogar con los colonizadores, aquellos que desprecian al otro, por nada más ser el otro. Nunca más ni por cinco, ni por diez lucas, el pueblo se va a vender a los portavoces del colonialismo en el Ecuador.
Tatay, estos acomodados. Evadir el tema de una detención ilegal, maltrato e intento de deportación con forja de documentos de por medio con un “más allá de las versiones de uno y otro lado” es miserable. Y disfrazar de análisis esta distorción ineteresada de la realidad es cinismo. ¿Quién se está jugando al todo o nada? Hasta donde yo he oído una y otra vez, tanto a los dirigentes indígenas como a otros sectores que participan en la movilización, lo que se exige es el archivo de las enmiendas. Y ni eso fuera necesario: estoy seguro de que si Correa sale a decir, renuncio a cualquier posibilidad de reelegirme en el 2017, se desactiva toda o gran parte de la tensión. Entonces, parece claro que es de un lado el bloqueo. Pero Lucas adopta la misma lógica falaz del presidente:
1) lo que pretenden las movilizaciones es botarme. 2) Aquí sigo, no me han botado. 3) Por lo tanto, las movilizaciones han fracasado.
Y sigue con la coartada risible de los que siguen ahí acomodados: que “una postura interna de derecha” que pierde o gana fuerza dependiendo de los discursos o las circunstancias. Lo que fortalece a la argolla, que no es de izquierda o de derecha sino de dónde convenga, son los eufemismos y las medias tintas frente a la infamia.
Ahora pasa que hasta la palabra dialogar es conflicto. ¿Así están las cosas?. Entonces la cuestión es el poder ¿o qué queda?. ¿Pero el poder bajo las aventuras que siempre la izquierda aventuró, incluídas algunas organizaciones indígenas? Salta a la memoria la aventura irresponsable de ofrecer a Gutierrez la presidencia y después sentirse traicionados (justificación que más habla de oportunismo que a valor en reconocer errores, y una persona o una organización que no tiene la valentía de reconocer errores no tiene la autoridad moral para criticar a nadie. Justamente lo que parece imposible que este gobierno también lo reconozca. De por medio esta ese pendiente en todas las organizaciones también, está en todos). Y, después, Correa… ¿Qué esperaban entonces?. Y con el siguiente será lo mismo, y el eterno círculo vicioso que juega en los mismos términos: gobierno-oposición, disputa del poder, “liderazgos con sus carreras políticas dentro y fuera individuales que depredan al movimiento social y son la principal represión al potencial de abajo. Derecha entronizada en las mentes y en las prácticas . !Qué fácil autodenominarme de izquierda y al otro de derecha! “Por los hechos los conoceréis” y por esos hechos, de una u otra forma, todos tienen rabo que les cuelgue y mejor no seguir rascando… Todos machos patriarcales con diversidad de estilos y a nombre del pueblo. Así que, a no ser que la oligarquía se les adelante, y usando el principio de que dialogo es voluntad de las partes aunque se llenen la boca autoproclamándose poseedores de la verdad, no hay otro camino. Y cada uno después puede cinicamente decir que la voluntad de diálogo del otro nunca hubo o que fue mi idea… y etc.
Otra cosa. ¿Quienes deciden dialogar o no? ¿Los enardecidos por conciencia o por egos? o ¿no es lo uno ni lo otro sino todo lo contrario? El uno (Correa) grita y vocifera, los otros le gritan que deje de gritar. Egos malditos que el sistema posee como las mejores armas de destrucción masiva.
Dialogar con el “dueño de la verdad” no es nunca dialogo. Lo demás es cuento.
El señor Kintto Lucas es extranjero y tiene todo el derecho a opinar.En lo que no estamos de acuerdo con el señor Lucas,es que no se haya aplicado el mismo racero con Manuela Picq y en vez de ello se la haya apresado,maltratado y vejado como a una delincuente común por expresar su pensamiento y caminar por las calles de la ciudad de Quito.De otra parte,no estoy de acuerdo con sus criterios relativos al dialogo entre movimiento indígena y gobierno ,no porque los crea desacertados.No estoy de acuerdo, porque esta totalmente desinformado de lo que ocurre en el país y esto si es imperdonable en un ciudadano extranjero que llegó a ser Vicemininistro de Relaciones Exteriores del Ecuador. El señor Lucas, propone el dialogo de los indígenas con la persona que acaba de calificarlos como “indios fracasados”.En efecto Rafael Correa en un exabrupto sin presentes en la historia del país,haciendo acopio del mas puro racismo e intolerancia, acaba de proferir este insulto a los lideres indígenas que encabezaron la marcha por la dignidad y la vida
Por ética señor Lucas, póngase en los zapatos de los indígenas y juzgue si es posible el dialogo entre ellos y el presidente Correa