EL MAL COMIENZO DE MIREYA CÁRDENAS IleanaAlmeida
La nueva Secretaria de Pueblos y Participación Ciudadana (SPPC), Mireya Cárdenas, ha comenzado mal el desempeño de las labores asignadas a su cargo. Esto se nota ya en sus primeras declaraciones. Los indígenas no se asomen como “comunidades campesinas”, como los definió la ministra en su discurso de posesión del cargo. Gran parte de ellos, por supuesto, son campesinos por ocupación laboral, sin embargo, son mucho más que eso. No solo en la Constitución ecuatoriana, sino en los Organismos internacionales, como la OIT y las Naciones Unidas al aceptar el valor histórico de estas colectividades con todo lo que esto implica: lengua, cultura, referencias territoriales, vínculos económicos, características psicológicas propias. Además, al aceptar también sus derechos políticos, es decir su derecho a la autonomía y la autodeterminación, se les reconoce como lo que son, pueblos o nacionalidades, colectividades históricamente conformadas. Años de años de lucha y sacrificio ha costado a los indígenas recuperar sus raíces y conformar sus instituciones a pesar de las prohibiciones o impedimentos oficiales. Y les sigue costando. Ayer mismo vimos, por curiosa casualidad, que mientras se posesionaba en su nuevo cargo a Mireya Cárdenas, los indígenas lograban con sus organizaciones políticas la libertad de Marco Guatemal, Presidente de la Federación de Pueblos Kichwas de la Sierra Norte del Ecuador (FICI), filial de la CONAIE.
Guatemal, expresó Marlon Santi, expresidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, “ fue detenido por reclamar por una Ley de Aguas que iba en contra de los ecuatorianos en general”. Los indígenas vuelven a hacer valer su poder moral, ya no están privados de voz en el ejercicio de la justicia. La política de gobierno del presidente Correa afanada en explotar los recursos naturales en nombre del “progreso” y no del futuro, y la idea de las organizaciones indígenas por respetar el equilibrio de las fuerzas naturales, resultan irreconciliables. Los indígenas por su propia manera de ser, no están de acuerdo con la ideología materialista que se ha extendido por todo el mundo.
Ademas, Mireya, flamante Secretaria de Pueblos y “orgulosamente alfarista”, debe recordar que el concertaje se constituyó en forma de trabajo servil en provecho de los terratenientes, que para mantenerlo se imponía el endeudamiento de los indígenas y la prisión por deudas, las cuales se traspasaban de una generación a otra, con lo cual los indígenas quedaban atados indefinidamente a las haciendas. El gobierno de Eloy Alfaro, no eliminó el concertaje y solo estableció leyes para controlar los abusos de los terratenientes. Decretó la confiscación de las haciendas de las órdenes religiosas, pero sin afectar a los terratenientes privados, parte de los cuales apoyaban al liberalismo.