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domingo, diciembre 22, 2024

El milagro económico boliviano

Por Tomás Rodríguez León*

Los 14 años del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el poder fueron un sueño para su pueblo y para su necia izquierda centenaria, vieja y consecuente escuadra revolucionaria americana. Sueño que solo se interrumpió con una pesadilla criminal que duró menos que la pandemia y que ya terminó.

Bolivia, la del Che y sus guerrillas, la de sus mineros combativos y dinamiteros, la de sus democracias débiles y sus militares asesinos, cuna de Juana Azurduy y de Marcelo Quiroga convertida con Evo Morales en la envidia de los gobiernos de izquierda y de derecha. Más de una década creciendo a un promedio anual de 5 % estableció un indicador superior al de Estados Unidos y al de todos los países latinoamericanos. Crecimiento  que sorteó  la crisis del precio de las materias primas, no fue afectada por la caída de los llamados comodities. A diferencia de Venezuela y Ecuador, Bolivia logró ahorrar recursos, burlando a la derecha propia y ajena cuyo discurso del despilfarro se quedó sin piso. El MAS después de la caída de los precios del crudo y el gas llegó a poseer una reserva superior a los 15.000 millones de dólares, caja de ahorro construida curiosamente con la nacionalización de los hidrocarburos.

Pero Bolivia ha enfrentado no solo la voracidad de las oligarquías militarizadas ancestrales sino también la oposición de ecologistas subdesarrollistas que han osado acusar al gobierno de extractivista sin reparar que, nunca desde el descubrimiento de las minas de Potosí, cuatro siglos atrás el extractivismo de las oligarquías coloniales solo sembraron hambre, miseria y racismo. Sus ricas tierras hicieron de Bolivia uno de los países más pobres de América y  del mundo.

Su programa de diversificar la economía para sostener un  modelo de desarrollo, no es una apuesta fortuita sino una bien pensada estrategia con un fuerte marco teórico donde destacan dos marxistas de altura: García Linera y Luis Arce, herederos del pensamiento de Marcelo Quiroga Santa Cruz, el joven socialista mártir de la democracia y también de Guillermo Lora un intelectual orgánico de la clase obrera.

 “El MAS considera que la mejor política social es el empleo y así  en Bolivia la pobreza bajó un tercio”.

–Tomás Rodríguez León

Tierra de sueños, proyectos y pesadillas donde los asesinos del Che se ensañaron contra revolucionarios y revolucionarias de oro como Inti y Coco Peredo, como Tania y Monika Erl, fascistas con nombre y apellido; Barrientos, Banzer, García Meza y sus acólitos a los que se suma la usurpadora, Jeanine Añez. El pensamiento de Marcelo Quiroga, el desarrollo del pensamiento crítico de García Linera y del actual presidente Luis Arce mantienen la coherencia de la triple proyección estratégica; nacionalización de la riqueza, crecimiento económico y equidad social. Luis Arce en una entrevista a la TV europea indica los riesgos de inmovilidad social de la política populista y propone inyectar capacidad creativa y productiva en cada ciudadano dignificado por la revolución

“El milagro económico boliviano”, destaca por sus reformas inclusivas, y su integridad cultural, destaca por su modernización que habla incluso de industrialización porque  a decir de García Linera se trata más que de industrializar de proletarizar la sociedad boliviana para construir junto a los campesinos un sujeto histórico para el socialismo. García presentado por la CNN como un fino intelectual marxista, responde casi como defendiéndose “soy un comunista total” y sí que lo es. Lo logrado es evaluado por expertos internacionales, quienes coinciden en calificar los buenos resultados de la gestión del equipo de comunistas e indios levantados. Basta señalar que luego de la caída de Evo el propio Banco Mundial y el FMI tentaron a Luis Arce para que se haga funcionario técnico pero Luchito, como le dice su pueblo, decidió quedarse  a resistir y a vencer.

Bolivia con el MAS creció al 6%, Paraguay (4,1%), Perú (4%), Colombia (2%), Chile (1,6%) y Uruguay (1,5%). Venezuela, Ecuador y Argentina decrecieron. Latinoamérica en su conjunto sufrió una contracción de 0,9%. Destaca además que Bolivia es uno de los países que más inversión extranjera directa recibió en la región (Ecuador fue el de más baja inversión ya en el gobierno de Rafael Correa). Aun con petróleo nacionalizado, Bolivia recibió una docena de multinacionales quienes suscribieron nuevos contratos con la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), acordando el pago de un tributo sobre el valor de la producción de entre el 50 y el 85%.

La Línea de Fuego
Bolivia es un país gobernado por un partido compuesto por organizaciones sindicales y centrales agrarias indígenas, campesinas y mineras.

Al contrario del modelo neo liberal o lumpen burgués, el alza de ingresos fiscales no desestimó la necesidad de expansión económica doméstica resultado de la elevación del nivel de vida de los trabajadores y campesinos  insertados en el mercado de consumo. Este proceso enfatizó la fuerte inversión pública y un modelo de desarrollo productivo basado en la demanda interna. Un modelo que hizo incluso de los subsidios vehículos de movilidad social y generadores de acción transformadora. En el Ecuador correísta y poscorreísta, por el contrario, el modelo “pedagógico” fue hacer que el pueblo se sienta pobre enfermo y discapacitado

La pobreza es costosa sostiene Luis Arce y, por ello, el MAS combate la pobreza con trabajo y no con subsidios. El MAS considera que la mejor política social es el empleo y así en Bolivia la pobreza bajó un tercio. El peso económico de la pobreza descendió y las autoridades ahorraron una parte de los recursos construyendo un cuantioso colchón financiero que pasó de $700 millones a $20.000 millones, configurando un ahorro que le permitió amortiguar la caída de precios de las materias primas sin desatender las necesidades sociales.

Los expertos del FMI, reconocieron que la estabilidad social contribuyó al crecimiento económico de Bolivia. Pero no obstante, el FMI no quiere ni puede aplicar otra receta que no sea la suya. El modelo de Bolivia, su secreto, es casi la aplicación ortodoxa del marxismo clásico que al igual que China se despoja de toda versión populista y ve en el desarrollo máximo de las fuerzas productivas la salida a la crisis y el impulso al desarrollo. Modelo que no cree en la equidad sin desarrollo y tampoco cree en el desarrollo sin equidad y siempre está en respeto a la naturaleza.

Según datos del mismo FMI, entre 2004 y 2015, la pobreza bajó de un 63% de la población a un 39%. El salario creció 4 veces su valor nominal de base con el MAS en el gobierno. La distribución del ingreso también mejoró. Bolivia pasó de ser el país más desigual en Sudamérica a situarse en una posición promedio en la región.

Bolivia es un país gobernado por un partido compuesto por organizaciones sindicales y centrales agrarias indígenas, campesinas y mineras que han negociado con el gobierno acuerdos para evitar que se generen crisis de representación. El MAS sabe autocriticarse, el líder Felipe Quispe -crítico y alejado de Evo- y la COB casi en oposición, retornaron a la unidad en un frente sólido. A su retorno de Argentina, Evo fue recibido por la clase obrera que simbólicamente a él y a García Linera colocaron el casco protector de las minas.

El Che no se equivocó, Bolivia es el corazón de América del Sur


*Tomás Rodríguez León, máster en gerencia de salud pública, especialista en salud y educación; magíster en epidemiología. Docente universitario.


Fotografía: Fb/MAS-El Alto.

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