“Allí donde la vida levanta muros, la inteligencia abre una salida”.
Marcel Proust
El poder político, hay que admitirlo, tiene inteligencias: inteligencia militar, inteligencia policial y una gran cultura ¡la cultura tributaria¡ Para que estas formas intelectivas se concreten, la autoridad social y el poder gubernamental crean factores de legitimación en planos de subordinación; hacen que el público asocie lo imperativo como sumisión necesaria construyendo jerarquías en didáctica monologica. La sociedad es una gran aula en la cual el poder enseña y el resto aprende. Los gobernantes son los intelectuales, las clases subalternas deben aprender y los disidentes deben entender.
Las democracias burguesas y eso solo cuando son consecuentes, conciben “El sufragio universal” como el escenario en el cual el político aspirante a ejecutivo o legislador, permite hablar al pueblo en condición de ciudadanos con opinión. Ocurre así, un casi examen evaluatorio donde los dirigentes califican el aprendizaje de cívica y donde la ficción de voluntad se expresa como Solución. Algún fascista (en realidades todos) dijo algún día que para que la democracia sea perfecta había que acabar con los antidemocráticos e invitaba a liquidar a los comunistas y a los no adheridos a las reglas de juego. Esta inteligencia prima reaparece en forma oculta o velada en todo proceso electoral. Aun en las democracias mas avanzadas la cancha siempre será inclinada a favor de la derecha y contra la izquierda.
En el Ecuador y el mundo, la izquierda se defendió de la mala fe, con elevada autoestima candidatizando a la inteligencia. Un autentico rito de insulto contra la estulticia de las derechas. Así, los precandidatos de la Unidad Popular fueron nada menos que Salvador Allende y Pablo Neruda en Chile y en Ecuador en 1961 se presento la formula más intelectual de nuestra historia: Antonio Parra Velasco y Benjamín Carrión. La inteligencia perdió en Ecuador pero la dignidad de la izquierda creció
En otro momento la opción también intelectual de Manuel Agustín Aguirre, confeso militante de la izquierda revolucionaria, provocó la reacción hasta del reformismo político que impuso a otro intelectual pero “bebida de moderación”: René Mauge…tan moderado que de Secretario General del Partido Comunista, termino de inmediato afiliándose a la socialdemocracia cuando se cayó el muro de Berlín. La izquierda para sobrevivir se hizo pragmática y renuncio a los formatos intelectuales y se apresto a alquilar candidatos con más éxito formal y desastrosa consecuencia; es cuando a su turno le apostaron a Fredy Elhers, Lucio y Correa…con la salvedad del intelectual Diego Delgado que no recibió la votación orgánica que migro hacia los embarcados RC.
Hoy la izquierda retorna por sus fueros, es decir por la ruta de la inteligencia. Alberto Acosta brillante intelectual, recibe el peso antecedente que indica que la historia personal de inteligencia proba no es suficiente, pero también se corresponde a una historia social de la izquierda consolidada en su unidad
Tiene que pelear Alberto, contra el instinto de poder y sus maldades y tiene que confrontar la estupidez, la ignorancia, la indiferencia apática de todos los estratos. Tendrá que pelear hasta con los hábitos serviles de un segmento atrasado de las masas, pues son las propias masas quienes producen opresores, déspotas, y verdugos. ¿Y como hacerlo? ¿Será suficiente el lujo aristocrático del discurso intelectual? Si lo es, será un triunfo cualificado para los ecuatorianos que por primera vez votaríamos por el más inteligente. Una aspecto esta claro, Alberto es un hombre de principios, no desciende al albañal por su aspiración y en la tarima todos vemos al intelectual orgánico que une a la izquierda sin recurrir a la verborrea nauseabunda del populismo.
Yo votare por Alberto Acosta y Marcia Caicedo. El caso de Marcia es significativo; es la representación de la inteligencia humilde que asoma como un llamado a la conciencia de todos aquellos que de una manera u otra nos dejamos seducir por los encantos de la vanidad.
que buena reflexion sobre lo humano y lo historico de las elecciones y la izquierda
Corto pero preciso y muy oportuno, aquello del “pragmatismo” y de los “candidatos alquilados” es una buena reflexión de los errores históricos de la izquierda, que esperamos no se repitan, pues en su momento produjeron mucha confusión.
Correcto el artículo, es necesario y urgente seguir fortaleciendo la verdadera izquierda revolucionaria