Por Redacción La Línea de Fuego
En las últimas semanas, la ministra de Gobierno, María Paula Romo, ha dado entrevistas en espacios de la denominada prensa rosa, la Revista Mariela, Expresiones y otra en TC Televisión. Fruto de esa nueva estrategia posó con una camiseta cuyo estampado corresponde a una acuarela de un rostro de mujer con un ojo oculto, lastimado. Esa portada generó la reacción de quienes sufrieron la represión de octubre y de quienes se solidarizan con sus víctimas.
Natalia Sierra, socióloga y académica de la PUCE, analiza el discurso y el contexto de esa portada, justamente cuando Romo cumple dos años al frente del Ministerio de Gobierno.
Natalia.- Hace una semana se conoció la foto de una portada de la revista de prensa rosa Mariela en la que posa la ministra de gobierno, María Paula Romo, con una camiseta cuyo estampado corresponde a una acuarela y hay un rostro con un ojo oculto, lastimado. ¿Qué sensaciones te generó esa fotografía?
Bueno… primero pensé que era un meme, que era una fotografía modificada que quería denunciar la agresión que el pueblo ecuatoriano sufrió en octubre de 2019, que fue dispuesta por la ministra de Gobierno, María Paula Romo. Pensé que era una denuncia.
Y, ¿después?
Cuando supe que era real, me generó mucho desconcierto. Pueden haber muchas lecturas para que la Ministra haya escogido ponerse esa camiseta y barajé algunas posibilidades: que ella se dé cuenta perfectamente y la imagen signifique a las personas que perdieron un ojo por efecto de la represión policial y no le interese. Siendo así, la convierte en una persona cínica e irrespetuosa con la sociedad.
Otra opción
Es que tenga cero empatía con el dolor de las personas y eso le convierte en una persona malvada. La otra es que no registre, que no se dé cuenta, eso es propio de los psicópatas, no diferencian entre el bien y el mal, por eso son peligrosísimos. Le gustó la camiseta, no le generó ninguna impresión y eso le convierte en una persona narcisista y frívola… en mi concepto.
¿Qué ves en la camiseta?
Yo veo octubre de 2019 (mes de fuertes movilizaciones en Quito y el país). Yo veo a una mujer sufrida, sin ojo, y veo que está en el cuerpo de una mujer frívola y cínica, que fue la responsable de eso. Me da indignación. Es una de las posibilidades o son todas: cínica, indolente, malvada, narcisista, vanidosa.
A través de las redes sociales circuló una aclaración de parte de la autora. Ella cuestiona que se haya querido “tergiversar” el significado de la obra, la cual representa la violencia de género. Su título: el silencio. ¿Se puede decir que de una obra artística hay una única y excluyente significación? ¿Lo que pinta el artista es lo que la sociedad debe entender?
—Primero quiero explicar que yo estudié Artes Plásticas, conozco el mundo de las artes plásticas. He dictado clases de estética en la PUCE. Hago esta primera aclaración para que se comprenda lo que quiero decir.
La obra no es un objeto, no es una cosa, tiene vida propia. El momento que el artista termina la obra ya no le pertenece, la obra habla sola, dependiendo quien la contemple. La obra no es denotativa, por el contrario, expresa. El artista puede haber tenido una significación, pero una vez que terminó esa obra se abre a la infinita posibilidad de significaciones que se dan luego de la contemplación. Si la obra tuviera un único mensaje sería un producto comunicacional, un boletín de prensa. Una obra es un mundo de significaciones y no hay un mensaje homogenizante. A veces los artistas no son conscientes de las emociones que remueven.
Mala combinación ministra de gobierno y la camiseta de una mujer sin un ojo. No se entendió el contexto, además, a casi un año de lo de octubre.
Quizás la obra se podría haber entendido como la artista reclama si no estaba sobre el cuerpo de la ministra. Si yo veo esa imagen en otro lado, en un mural por la calle, yo vería los debates humanos, el sufrimiento humano.
Además hay que comparar los dos rostros: la ministra sonríe, la imagen de la camiseta sufre.
En ese contexto, uno lee y significa de la manera en que le mueve a uno la emocionalidad. ¿Qué leo yo? Una persona que ha perdido el ojo por la violencia estatal. La artista no puede decir eso no quise decir yo, porque no le pertenece la capacidad significante de las personas ni tampoco la posibilidad de significación, ni la capacidad hermenéutica de la gente que la ve. A mí me llevó a la indignación. Es un rostro desgarrado por la violencia estatal porque quien lleva la camiseta es la ministra de Gobierno.
Desde una visión más inocente y entendiendo que hay una intención de humanizar a la ministra, por algo estuvo primero con Mariela y luego en la revista Expresiones (de Diario Expreso). Además, la nueva secretaria de comunicación, Caridad Vela, viene de esos espacios “light”, con todos esos antecedentes, el resultado: le eligieron el vestuario y no se dio cuenta!
Seamos inocentes… entonces los asesores de imagen están mal, no están haciendo bien su trabajo. Si yo soy un personaje público que está en el ojo del huracán, por todo lo que ha pasado, no solo por octubre, corrupción en los hospitales, entre otros. Es una figura de poder. El ministerio de gobierno es poder. Me parece que era responsable de su parte observar lo que se pone. En un personaje público, cualquier cosa, puede herir. O fue intencional o es una incapacidad de asumir la responsabilidad que tiene. ¿Podemos creer que no vio la imagen de lo que se ponía? No tiene ya ni sensibilidad estética ante una imagen fuerte.
¿Qué pasó con Romo… sin lugar a dudas la de ahora no se parece en nada a la que cuestionó desde Ruptura, que cuestionó a Correa, que se decía defensora de los derechos humanos, feminista, entre otros?
Yo no voy a ir por el lado de que es agente de la CIA… a la final en este país todos somos agentes de la CIA, según quién nos mire. Pero, yo creo que las personas no somos sustancias y somos resultado de las relaciones sociales, contextos, por lo tanto, sufrimos transformaciones. El otro con el que me relaciono, me altera. Cuando salió del gobierno de Correa salió denunciando el tema de la justicia. Yo nunca le vi que sea de izquierda. ¿Feminista? Tampoco. ¿Preocupada por los temas? Sí. Más cercana a la socialdemocracia. Le gusta el Estado. Cuando supe que iba de ministra de Gobierno, me dije: ¡mal paso!
¿Por qué?
Todo puesto alto en el Estado tiene un coste de desgaste político (las relaciones). Tiene mucho más costo político el Ministerio de Gobierno, es el de los acuerdos, el de los tejes y manejes de la política, las alianzas. Y, es el ministerio de la represión.
Octubre…
En ese mes sí vi como la relación le transformó. Una feminista, luchadora de los derechos humanos, si es que era coherente con sus principios, habría renunciado. Así de simple. Llevó adelante una de las represiones más brutales que ha vivido la población, como nunca antes hubo una cantidad de muertos. Nunca antes, en ninguna movilización, se había registrado tantos muertos y lesionados, personas que perdieron un ojo, entre esas, mujeres. Mujeres que salieron a protestar como ella decía que hay que protestar con una olla. La chica que salió en La Tola, (Jahaira Urresta), ella ni siquiera estaba en las movilizaciones. Fueron y le quitaron su ojo. Romo en Octubre tenía que haber renunciado.
Además relacionada con todos los repartos
Claro, le toca negociar los votos, los acuerdos, obviamente se va a meter en temas de corrupción, porque eso es así, incluso más allá de ella. La política es así. Cuando empezaron los tejes y manejes en plena pandemia, tenía que haber hecho lo que hizo cuando salió del gobierno de Correa. Denunciar e irse.
¿Por qué no lo hizo?
El poder es un monstruo, le gana la vanidad. Hay que cuidarse del poder y del dinero. De eso hay que correr para mantener la integridad. Ahora, Romo está acabada, políticamente la María Paula Romo está acabada. Lo que pasó con la camiseta es una evidencia de que el poder le deterioró. Eso creo yo. ¿Qué es para ella mirar una camiseta de una mujer sin ojo? Si ella no sintió nada, es la frivolidad del poder como se expresa en La Crítica de la Razón Cínica.
¿Los afectados de octubre te hicieron algún comentario?
No necesito. Yo tengo en mi vida una pérdida fruto de la violencia de Estado. Mi hermana fue asesinada durante el régimen de derecha de León Febres Cordero (PSC). Sé lo que es eso, por eso me indigné también. Te pisotean en tu dolor. Que por un momento intente ponerse en el orificio del ojo perdido de esas personas. Dejar sin ojos o sin un ojo es la violencia más perversa del poder.
¿Por qué a los ojos? La represión en Chile y Ecuador dejaron ese saldo. Lo de Chile es inverosímil, son más de 200 personas inválidas. Es aterrador.
¿Qué es peor que morir? Perder un ojo. Es un amedrentamiento, el Estado te dice: te voy a dejar inválido. Es una violencia física y simbólica.
Es una muestra de lo que te puede pasar…
Te deja discapacitado en tu mirada. Es como las mafias cuando matan y dejan una evidencia aleccionadora, para que los otros no se atrevan. Cuando te mueres, el muerto se entierra, no se ve. Una persona sin ojo circula por el mundo recordándote que cuidado te metas en revueltas, porque te va a pasar eso. Es macabro. Son ejercicios de pedagogía del poder brutales.
Los disparos fueron errores, dijo Romo.
Urresta denuncia que directamente le apuntaron a la cara. Curioso que, de repente, en Ecuador y en Chile hay personas que perdieron un ojo. No es coincidencia. Es obvio que es una estrategia de represión.
¿Cómo llegamos a este octubre de 2020?
Siento que están presionando mucho y con la pandemia más. Lo de octubre fue un estallido que no está encausado, desde la academia se conoce como violencia divina, es una explosión de rabia que no está encausada. No es posible tanta agresión, tanta violencia, tantos desempleados, tanta gente lanzada a la miseria. El peligro es que esta violencia no encuentre una articulación política y sea una violencia desatada. En medio de tanta destrucción de lo económico, de la destrucción de la vida, en medio de este desastre, se-ro-ban- la-pla-ta. Y, esta señora está implicada, más allá de lo que diga, es su gobierno… en medio del dolor de la gente se robaron más plata.
¿Cómo evaluar el silencio? Nadie del gobierno da la cara por los problemas, no responden a los trabajadores, los contratistas del Estado, las autoridades de los GAD, educadores y médicos impagos. La ministra con una camiseta que genera indignación, ni reaccionó ante las críticas. Silencio total.
Llega un momento en que la corrupción ética, económica y política de las élites les vacía de toda posibilidad de justificación y de argumento. No tienen nada que decir. Sus hechos corruptos rebasan cualquier explicación discursiva.
“Cuando te mueres, el muerto se entierra, no se ve. Una persona sin ojo circula por el mundo recordándote que cuidado te metas en revueltas, porque te va a pasar eso! Es macabro. Son ejercicios de pedagogía del poder brutales”.
*Compartimos aquí la aclaración que circuló la autora de la obra, Michelle Merizalde, sobre la camiseta, su uso y la Ministra María Paula Romo.