Las movilizaciones globales de Octubre de 2019 se dirigieron contra las crisis cíclicas del capitalismo y las crisis inducidas por los gobiernos, las que han generado pobreza en la población e incrementado la riqueza de los capitalistas mundiales. La efervescencia mundial se formó contra los planes de la deuda, la esclavitud asalariada y no asalariada, el neoliberalismo privatizador, la precarización, la generación de la miseria y el neocolonialismo. En tiempos de pandemia y crisis total, los más ricos han acrecentado su capital por miles de millones de dólares.
En Latinoamérica, los levantamientos de Octubre contradijeron al neoliberalismo como modelo y generaron un nuevo ciclo político que rebasó las ideas del socialdemocratismo populista conectado con el neoliberalismo. Las movilizaciones trajeron nuevas formas revolucionarias de expresión y democracia para los pueblos, algunas ocultas a primera vista. Ante esto, la élite del poder se moderniza y mezcla discursivamente para extender su hegemonía. Ecuador, Chile, Haití, Colombia, Francia, Hong Kong se convirtieron en paradigmas mundiales de la protesta social. La movilización multitudinaria se constituyó en el arma más temida por la burguesía internacional. En Bolivia, la movilización contra Evo Morales fue aprovechada por EE.UU. y la derecha más recalcitrante y conservadora para alcanzar el poder. Las movilizaciones latinoamericanas impulsaron cambios en el comportamiento político, cultural y discursivo de modo decisivo.
En Ecuador, el Levantamiento de Octubre se concentró contra la decadencia del morenismo-correísmo, el pacto político burgués y el autoritarismo estatal. El paquetazo de Octubre de 2019 (el Decreto 883) movilizó al torrente de las fuerzas populares excluidas y postergadas, cuyo actor principal fue el movimiento indígena, que protagonizó la toma de Quito y varias ciudades del país, junto a jóvenes, mujeres, trabajadores, campesinos, estudiantes, formando un gran campo popular. En el Levantamiento de Octubre las redes sociales fueron la herramienta propicia de la comunicación de las propias masas, aunque también fueron intervenidas. Para enfrentar al pueblo levantado, la oligarquía, la burguesía, la derecha tradicional, algunos socialistas de palabra y las cadenas mediáticas se consolidaron en un solo bloque con el gobierno. De modo similar, ahora se han agrupado por la candidatura de Lasso.
Las acciones del Gobierno del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, lo clasifican históricamente como uno de los gobiernos más sanguinarios. Los ecuatorianos sufrieron 14 pérdidas humanas y amputaciones oculares por la brutalidad policial, sin respuesta judicial alguna. Moreno y su Ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, movilizaron maquinaria de guerra por las calles de Quito; Moreno y la Ministra de Gobierno, María Paula Romo, urdieron planes de ataque y contrainsurgencia. Varias comunidades populares e indígenas fueron invadidas con carros antimotines. Las inmediaciones de la Casa de la Cultura y las Universidades de Quito se constituyeron en casas de acogida, y también en campos de batalla policial por iniciativa gubernamental. La mayoría de la población no soportó más y se levantó, los cacerolazos, de goteos, pasaron a tormentas. Los soldados empezaron a unirse a la gente movilizada. Moreno estuvo al filo de la caída; el error estratégico de las fuerzas del Levantamiento de Octubre fue no derribarlo y orillar al correísmo. El gobierno se recuperó y empezó la persecución.
Las asambleas y parlamentos de los pueblos, que se organizaron en todo el territorio ecuatoriano, formaron las semillas de un espíritu de agitación política y organización popular. El Levantamiento de Octubre también expresó la resistencia y democracia por fuera del Estado, como cooperación popular y lucha antisistema. La estrategia estatal enfrió los sucesos y lo electoral institucionalizó la resistencia. El panóptico pandémico se constituyó en un aparato político de control, encierro y espionaje para impedir la movilización ante los recortes, paquetazos y robos descarados.
Octubre de 2019 cambió la perspectiva social mundial. Los Levantamientos de Octubre continúan con su presencia en la formación social de la resistencia, concentran las luchas contra el neocolonialismo, el racismo, el patriarcalismo, la pobreza y la explotación de clase; una pesada estructura de dominación y que ahora se despliega en el capitalismo pandémico. Los pueblos rugen: ¡Octubre Volverá! El cambio fue epistémico y empezó un cambio ontológico. Se quedó grabado en el corazón y en el pensamiento de millones la posibilidad histórica de la transformación social, tal como sucediera en otro Octubre, un punto coincidencial en el tiempo, cuando tembló el mundo capitalista.
“Los ecuatorianos sufrieron 14 pérdidas humanas y amputaciones oculares por la brutalidad policial, sin respuesta judicial alguna”.
*Jaime Chuchuca Serrano es abogado, licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, licenciado en Ciencias de la Educación en Filosofía, Sociología y Economía. Investigador social y docente en Sociología. Doctorando en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional del Cuyo.