RETROCESO DEL ECUADOR EN DERECHOS COLECTIVOS
Ileana Almeida*
En el gobierno de Rodrigo Borja, no se hablaba de Estado Plurinacional. Sin embargo, se comenzó a dar pasos para renovar la institucionalidad del país a partir de la consideración de que las diferencias entre ecuatorianos debían ser preservadas. Se admitió que la organización indígena, específicamente la CONAIE, ya había desarrollado categorías como la de Estado Plurinacional, nacionalidad, pueblo, que hacían referencia a la compleja situación nacional del país.
En ese entonces, el Estado otorgó grados apreciables de autonomía a la Educación Intercultural Bilingüe, a la Dirección de Salud Indígena y al Consejo de Desarrollo de los Pueblos, así como el reconocimiento de territorios ancestrales. Estos cambios permitieron que los indígenas revaluaran su situación social, sus posibilidades intelectuales, su grado de conocimiento de la realidad; en suma, se mejoró la comprensión de lo propio en el otro y del otro en lo propio.
Ahora, con una Constitución que declara que el Estado ecuatoriano tiene carácter plurinacional, todos los avances a favor de la libertad indígena retroceden, y de todas las maneras imaginables se trata de debilitar a la organización política y a las instituciones de derecho que había conseguido el movimiento indígena. De este modo, a los quichuas de la Sierra, no se les admite oficialmente ni su cultura ni su identidad; a los de la Amazonía y la Costa, además, no se les defiende de las transnacionales madereras o petroleras. Este desdén se reproduce en el Municipio de Quito. Un grupo significativo de indígenas, previo acuerdo con la CONAIE, solicitó una casa en comodato para establecer un centro educativo-cultural. Dada la alta densidad de población migrante en la zona (calle Chimborazo sobre la 24 de Mayo), se planteó la necesidad de acoger en un espacio adecuado, a los jóvenes quichuas y facilitarles el desarrollo oral y escrito de su lengua, el acceso a Internet, la revalorizar de su música, la exposición de obras artísticas, la presentación de películas, el festejo de rituales, el estudio de sus mitos ancestrales y su historia, etc. Pero, ningún funcionario municipal con poder de decisión ha tomado cartas sobre el asunto, a pesar de que es interés de toda la ciudad integrar los barrios y garantizar la seguridad ciudadana.
El presidente de la República ha anunciado que la Amazonia será una región privilegiada en el país, pero ¿cuál será el costo del “progreso” para los pueblos amazónicos? ¿Seguirán los indígenas atados a una economía que no les beneficia? ¿Seguirá el Ecuador atado a potencias extranjeras que buscan asegurar su desarrollo económico mediante la extracción de materias primas fuera de sus fronteras, soslayando los efectos ecológicos? El movimiento indígena, lleva adelante, con enorme esfuerzo, una doble lucha: por los intereses de sus comunidades, pueblos y nacionalidades, y por un Estado más justo y de real beneficio para todos los ecuatorianos.
*Filóloga