Voló. Dejó firmado un papel en donde comunicaba que se nos va. Tres meses, dice. Que lo han invitado de alguna Universidad a dictar charlas sobre cómo tener un mejor pueblo sin tener un mejor texto o algo así. Ese viajecito huele a fuga por donde se lo mire. Pero como fue y es protegido de la fiscal, se nos fue Don Lenín. Y seguro no volverá, se quedará a aprender inglés motivacional. Se paseará impunemente por las calles del país del norte, y con una copa de más, cantará en voz alta: “no volveré, te lo juro por dios que me mira…”.
Se nos voló el presidente más destextuado que hemos tenido desde que la patria es patria. Y muéranse de la envidia ecuatorianos: el ex presidente dice que brindará algunas conferencias en el instituto interamericano para la democracia. ¿Algunas conferencias? Pero si nunca pudo pronunciar una frase completa cuando era presi y vice. Su cerebro sufre un shock de alta intensidad -el único frijolito que tiene salta como canguil- cada que quiere decir buenos días compatriotas. Su primera conferencia se titulará: “Cómo ser un demócrata cabal sin tener idea de democracia”.
Pero, para que vean que tuvieron un súper presidente, y para que se hinchen de orgullo al recordarlo, también se va a reunir con algunos intelectuales en la Universidad de la Florida. ¿A qué? Él jura que lo vincularán a ese centro académico. ¿Cómo docente? No. ¿Cómo investigador? No. ¿Como asesor de temas de interés social y científico? No. Según lo que se sabe. Va a ser sujeto de estudio minucioso por parte de los estudiantes. Todos se preguntan: ¿Cómo un ser con cero inteligencia pudo sobrevivir cuatro años como primer mandatario?
En la carta no lo dice, pero lo más seguro es que se encontrará con una tal María Paula y recordarán bellos momentos de su mandato. Se reirán a carcajadas de cómo salieron impunes de lo que sus enemigos conocen como el peor gobierno del que se tenga memoria. Ella, agradecida por su gobierno, empujará la silla de ruedas por las calles gringas. Y ahora, juntos, a dúo cantarán en plena lluvia: “…más allá del mar habrá un lugar, donde el sol cada mañana brille más. Es ligero equipaje para tan largo viaje; las penas me salen del corazón”.
Hasta pronto, Lenín. Cuídate. Siempre te recordaremos con inmensa alegría y soñaremos en que, ojalá, algún día seamos merecedores de ser el pueblo que mereces. Ah, y no dejes de mandarnos saludos por twitter.
En la carta no lo dice, pero lo más seguro es que se encontrará con una tal María Paula y recordarán bellos momentos de su mandato.
Ud. tiene razon, Lenin Moreno jamas debio aceptar la candidatura a presidente y tampoco a vicepresidente, tiene serios problemas de salud que tambien afectan su mente. Pero quien lo selecciono? Y quien contribuyo a su eleccion? Pues seguramente el tambien seguramente considerado por Ud. porque nunca he visto una critica de parte suya al “mejor presidente de la Historia”, el inefable, el innombrable Rafael Correone.