El pragmatismo político del capitalismo es el autoritarismo, en su culmen el fascismo. No hay un solo caso que registre la historia sobre el neoliberalismo aplicado sin violencia estatal y comunicacional.
En Latinoamérica y el mundo se apresan y atemorizan líderes indígenas, sindicales, estudiantes, mujeres, campesinos, trabajadores, campesinos, docentes, comunidades, pueblos que se oponen a las medidas neoliberales.
Los medios de comunicación de la burguesía y progubernamentales forman un cerco mediático que filtran los sucesos a la población, pero el discurso dominante ha sido fracturado, en estos tiempos, por las redes sociales. Ahora la fuerza pública usa inhibidores de internet, limita los contenidos y crea ejércitos de trolls.
Los gobiernos se victimizan; ocultan los muertos, heridos y la represión que causan. El Estado continúa vejando a la resistencia sin fin.
Las corporaciones mediáticas denigran al movimiento popular y sus organizaciones. Cuentan lo que le conviene al gobierno y al poder miles de veces; se benefician de millones de dólares en pautaje publicitario y cadenas. En estos medios, los discursos que enfrentan al neoliberalismo aparecen de modo esporádico.
El gobierno, la derecha y los medios se habitúan a generar discursos racistas y xenofóbicos como instrumentos de terror. No falta el “Pan y circo”: eventos deportivos, festivos, dibujos (¡Bob esponja!), caricaturas para distraer la atención.
El gobierno despliega sus ministerios, gobernaciones, alcaldías, prefecturas, asambleístas y decenas de miles de funcionarios con los mensajes: “quitar los subsidios es bueno”, los “policías y militares son amigos”, “la minería nos sacará de la pobreza”, “la deuda es impagable, pero hacemos obras”, “protesta criminal”.
A nivel internacional se atan ideológicamente la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y los gobiernos neoliberales encabezados por Estados Unidos. Si algún gobierno entra en problemas se crean instantáneamente adhesiones. Los gastos en campaña y publicidad internacional son incuantificables.
Estos regímenes premian con estímulos económicos y recompensas a los policías, militares, medios, periodistas y funcionarios por seguir órdenes, sean las que sean.
Por último, cuando los gobiernos tienen serios conflictos sociales inventan novelas conspirativas y cacerías de brujas para desarticular cualquier fuerza que resista al sistema.
Sin embargo, esta vez, en Latinoamérica la continuidad de la estrategia neoliberal ha sido alterada por la lucha social…
*Abogado, licenciado en Filosofía y magíster en Sociología. Actualmente, docente de la Universidad de Cuenca.
Ud. se inventa novelas, aqui si hubo una conspiración aupada por los dirigentes indígenas correistas; una prueba clarísima son los incendios en la Contraloría y la declaración de Jaime Vargas de que va a crear un ejercito paralelo.