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jueves, noviembre 21, 2024

Sozapato y la historia de una biblioteca multicolor

La Línea de FuegoPor Hugo el búho*

¿O sea que fuiste a la Biblioteca Pública de la CCE? Te cuento que es una biblioteca distinta. Quienes asisten ya no deben estar “educaditos”, sentados, en silencio, con cara de ya me duermo. No. Cuentan que la Biblioteca se transformó. Nuevas ideas dinamizaron los espacios y puso a la gente que labora ahí, a divertirse mientras trabaja o viceversa. Las niñas, niños y adultos pueden tomar los libros y abrazarse con ellos. La Biblioteca cuenta con mediadores de lectura, esos “abuelos modernos” que nos transmiten con su voz y su cuerpo todas las historias que salen de la inspiración de escritores e ilustradores.

La lectura se ha convertido en una fiesta, los libros en amigos cercanos y el público en cómplice de las y los mediadores de lectura. La sala de lectura infantil se llena de estudiantes de todas las edades, maestros, madres y padres de familia. Por arte de magia aparecen libros de calidad que logran enganchar a propios y extraños. La biblioteca como un espacio de encuentro, de risas, de escucha y de mucha, mucha poesía.

-¿Y qué tiene que ver Sozapato? ¿Quién es Sozapato?

-¿Cómo? ¿No conoces a Sozapato?

-Sofía Zapata. Sozapato es su nombre artístico. ¡Ay, vos!

-Ah. ¿La señorita que es considerada una de las mejores ilustradoras jóvenes del mundo?

-Sí. Y que además es diseñadora gráfica, clown, escritora y activista. Donde pisa le aparece un premio. Así quiero ser de grande.

Sozapato en el momento de la creación colectiva. Foto: CCE

Te cuento que me contaron los que ahí cuentan historias, que fue ella quien diseñó, dirigió y apoyó en la pintada de las paredes de la Biblioteca. Se creó un gran mural con personajes de fantasía que te invitan a ser parte de ellos. Recién nomás. Si pues, no ves que las paredes blancas y vacías son para hospitales, ministerios u oficinas de profetas del éxito. Era importante darle color; y, claro, sin pensarlo dos veces, dijo: “yo quiero, yo quiero”. ¿Y no vas a creer que le hicieron caso? Propuso un trabajo colaborativo donde muchas manos se llenen de pintura y de sueños. Porque ella cree que los espacios comunitarios sanan.

Hicieron una convocatoria para que estudiantes de diseño e ilustración se sumen y también unos cuantos niños y niñas con alma de pintores. De ahí seguro saldrán los próximos Picassos y Marys Cassatt. Se dedicaron a la sala de lectura durante tres días. Los diseños de Sozapato fueron pintados por quienes se inscribieron y por los funcionarios y mediadores de la CCE. Es decir, una obra artística colectiva. Bello les quedó.

Una gráfica grupal de todos los implicados en el proyecto Bibliolabs. Foto: CCE

Hay que ir a visitar la Biblioteca de la CCE constantemente. Llevar a los guaguas, a los abuelitos o que los guaguas lleven a las mamás y papás. Es como estar dentro de una pintura que nos envuelve de colores. Para que veas que, con decisión, lo público es bueno, digno y habitable. Y como dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida, seguro grandes y chicos volverán, ahí, donde amó los libros.

-¿Y la poesía se queda?

-No. Uno la lleva consigo en su memoria y en el brillo de todo ojo juguetón.

La lectura se ha convertido en una fiesta, los libros en amigos cercanos y el público en cómplice de las y los mediadores de lectura.


 

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