En octubre del 2019, el movimiento indígena, junto a sectores populares y barriales, estudiantes, mujeres y población subempleada, logró detener la eliminación del subsidio a los combustibles, el Decreto 883 fue la punta de lanza del acuerdo firmado por el gobierno de Moreno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La acumulación del capital históricamente se ha basado en la violencia. Las guerras (de invasión, esclavización, comerciales, de despojo) son un constituyente originario del capitalismo que reordenan las fuerzas sociales. El reordenamiento geopolítico del mundo recompone la acumulación del capital hacia los centros.
La pésima gestión epidemiológica y la falta de ética, caracterizan nuestra realidad pandémica, epidémica y endémica. Lideramos casos de muertos e infectados por habitantes y sin embargo el centro de la crisis pasa de la rapacidad política a la podredumbre moral.
Estamos ante una sociedad anómica, raquítica, desinstitucionalizada y violentada, atrapada entre el miedo a una pandemia y el terror creciente a un mañana de hambre, pobreza y miseria.
Detrás del sector de la salud hay negocios gigantescos. La mercantilización de la medicina es una de las principales fuentes de ingresos corporativos a nivel mundial. En otras palabras, es uno de los pilares del capitalismo.
Yo, que tengo la misma edad que Don Diego Oquendo, les tengo dicho a los verdugos de mis hijos: si ven que desvarío constantemente, si quedo en ridículo tres veces por semana y antes que cante el gallo; por dios, ya no me dejen hablar cualquier cosa, quítenme la computadora, bloquéenme el facebook y el twitter. Hay que envejecer con dignidad.
El gobierno de Lenín Moreno sigue reciclando a miles de parásitos que antes fueron correístas, profesos neoliberales, conservadores y hasta populistas. Allí se camuflan aquellas sanguijuelas que se prostituyen ante cualquier gobierno por altos cargos burocráticos, pero también pasan de agache los delincuentes que amasaron fortunas con coimas, diezmos y sobreprecios.
La crisis del coronavirus es mayúscula. Configura, sin duda alguna, la mayor prueba para la sociedad humana globalizada. Y para Ecuador, un pequeño país colgado de la Cordillera de los Andes, el reto resulta descomunal.
Aunque tarde, la justicia llegó. Después de una década de autoritarismo, despilfarro económico y corrupción institucionalizada, la sentencia de los jueces de la Corte Nacional determinó la culpabilidad del expresidente Rafael Correa, el exvicepresidente Jorge Glas y otros dieciséis procesados por su participación en el caso Arroz Verde.
Ocho años para el expresidente Rafael Correa, el ex vicepresidente Jorge Glas y sus secuaces se lee en los titulares. Sin embargo en esa sentencia no figura Lenin Moreno. El Tribunal Penal de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador los halló culpables de cohecho.
250 profesionales de la salud que serán trasladados en los próximos días sin mayor protección al epicentro de la guerra que el país libra en contra de un enemigo invisible que se expande geométricamente, el coronavirus o covid-19.
Artículo que vincula las deficientes prácticas políticas del Estado colombiano en general, con los posibles que podría ocasionar la expansión del covid-19 en todo el territorio de ese país.
Al inicio de esta semana comenzaron las audiencias de juicio por los casos de sobornos que involucran a Rafael Correa y 20 procesados más. La acusación de cohecho, formulada por la Fiscalía, se fundamenta en pruebas de coimas que superarían los $7,7 millones hechas por compañías privadas para financiar campañas electorales, sabatinas y festines de Alianza País.