Cuando se sueña con una revolución feminista, se sueña también con una revolución económica, y mientras ese día llega, a fin de salir de la espiral económica en descenso dejada por la pandemia de la covid-19 es primordial que las medidas económicas que los gobiernos tomen incluyan la perspectiva de género y busquen empoderar a las niñas y mujeres. No hacerlo solo ahondará los problemas.
La violencia política hacia las mujeres en Ecuador se manifiesta en formas que van de lo sutil a lo grotesco, no conoce límites, se ha convertido en una práctica cotidiana contra todas las mujeres que deciden ejercer públicamente sus derechos civiles y políticos, y busca limitar, anular o negar su presencia en esta esfera.
Esta es la historia de un grupo de mujeres que a la luz del ejemplo de lucha de una solitaria Matilde Hidalgo, desafiaron al Estado, a las instituciones y a las personas influyentes de la época, para poner sobre el tapete de la discusión colectiva temas tabú que cuestionaban directamente a las ideas predominantes sobre la salud pública. . Este grupo de mujeres pudiera considerarse como una tribu rebelde.
La guerra por la cocaína ha causado conmoción social, ha perturbado con gravedad el orden público, ha causado calamidades familiares y públicas insubsanables, conflictos armados y territoriales; hay completa inestabilidad e inseguridad en las cárceles y en varias provincias del país; la convivencia ciudadana ha sido trastornada y el sistema de derechos humanos quebrantado.
Este año se pudo regresar a los cementerios con toda la familia, y llevar a cabo los rituales religiosos que la comunidad indígena de Otavalo prepara. Hubo una gran afluencia de personas entre las tumbas, más vivos que muertos por supuesto, y también más familias alegres de poder encontrarse y compartir. En Atuntaqui, la celebración fue más bien modesta.
Al comienzo el hombre de los Andes asoció el arco iris con algo digno de temor, lo llamaron kuychi en quechua y se pensó que se introducía en los seres humanos para causar males y zozobras. Quizás, se empezó a llamar wiphala cuando recibió forma de imagen, se la figuraba con la forma de serpiente de colores blanco, amarillo, verde, rojo y negro que salía del inframundo acuático y llegaba al cielo.
Con la novedad señor ministro, usted que es general, me cuadro desde aquí. Le enviamos un informe del estado de excepción y de todo lo que hemos hecho en este tiempo para que usted le informe al señor presidente toda la información que ahorita le estoy informando. Drogas, radares, armas y demás. En primer lugar, hay una preocupación de la tropa porque nunca se les explicó qué significa estado de excepción. Ellos piensan que eso es sacarles de turismo para que conozcan el país sin excepción alguna.
Una sociedad plurinacional, pluricultural y plurilingüística como la ecuatoriana, con una inmensa riqueza cultural dada principalmente por los pueblos ancestrales, no se merece un presidente culturalmente indigno e intelectualmente miserable. Sus declaraciones avergüenzan a toda el Abya Yala.
Yerling Aguilera, exiliada tras su participación en las revueltas nicaragüenses de 2018, ha vivido en varios puntos de Europa desde entonces, y acaba de visitar Quito para participar en la presentación del libro Desbordes. Estallidos, sujetos y porvenires en América Latina, editado por la Oficina Región Andina de la Fundación Rosa Luxemburg (FRL).
Entre enero y septiembre de 2021, el país registra 1.742 homicidios intencionales, media que se ubica 3,6 puntos por encima del promedio mundial y 14 puntos por debajo de la media regional. Según datos oficiales del ministerio de Gobierno, el 61%, de ellos han sido clasificados como de carácter “criminal”, es decir que el motivo fue el lucro por parte de los perpetradores.
Excluyente, plagado de inequidades, altamente violento, corrupto y discriminatorio, el modelo carcelario que ha dejado tres masacres en menos de un año, tiene un proceso y una génesis que exigen una mirada histórica para poder entenderse dentro de una dinámica regional.
Lo que sucede con Da igual, es que nos metemos en un mundo surreal, pero también cotidiano, o tal vez por eso surreal. Del tipo de libros que son frontera, que no son género ni forma, sino experiencia y camino por volver. Son 25 cuentos, que más allá de ser despiadados, como reza la portada, son 25 relatos, o prosas poéticas, cuentos poemas, pero que sobre todo son formas extrañas de vernos representados. Uno de esos espejos que nos persiguen hacia adentro.
Una mujer se ha perdido en su mente. Se enreda asustada, demasiado alegre y triste, entre las imágenes rotas de color pastel. Extraviada en sus profundidades delirantes se esconde de un marido desesperado que intenta encontrarla, sacarla de sus delirios, traerla a la cordura de las imágenes planas y colores fríos.
Una sociedad sometida a la crueldad del sistema de la acumulación y la ganancia ilimitada de un grupúsculo de sujetos que condenan a la miseria a millones de personas privadas de alimento, salud, educación, vivienda y trabajo, tiene un Estado que ha declarado el “estado excepción” como norma.
Las contramarchas del Estado o del gobierno se forman desde el poder hegemónico. Las estructuras organizativas de las cuales dependen son las estatales. El Estado tiene un ejército de funcionarios. De ahí que bajo los lineamientos de la presidencia se puedan movilizar miles con la sola disposición del presidente. Son personas que dependen del salario y se movilizan con consentimiento o bajo amenazas. También engrosan estas filas la familia, amigos, el público de las redes clientelares, empresas públicas o privadas que apoyan a los gobiernos, además de la sociedad civil.