Maria Ines Rivadeneira*
04 diciembre 2024
La lucha anti extractivista se ha vuelto la razón de ser de muchos colectivos y organizaciones que buscan mantener sus bosques en pie, sus culturas y formas de vida viables, y sobrevivir en dignidad, libres de violencias. En Ecuador, desde hace más de una década, esta lucha es liderada por las mujeres indígenas. Desde el corazón de la Amazonía, las Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva demandan acciones urgentes para detener a los extractivismos y tener vidas dignas libres de violencias. Esta lucha se inspira en una forma de organización que nace en el 2013 con la primera marcha de mujeres y se basa en los cuidados comunes, prácticas de sanación e incidencia política.
En la investigación “Cuidados comunes en territorios en disputa: haciendo autonomía, transformando la justicia” que realizo con el apoyo del Observatorio DESCA de Barcelona (Derechos sociales y justicia ecológica), indago sobre las formas de organización y estrategias que se emplean para cuidar de las cuidadoras de la Amazonía. En este análisis encontré que pese a escenarios adversos y formas de violencia cada vez más crueles, las mujeres han desarrollado estrategias emancipadoras de cuidado colectivo, mediante las cuales construyen formas alternativas de autonomía y justicia.
Los cuerpos-territorio enfrentan una disputa permanente bajo una cultura edificada sobre una lógica de la dominación, sometimiento e inferioridad de las mujeres, como lo señalan autoras latinoamericanas como Rita Segato, Yolanda López, María Lugones, y Esmeralda Ortíz, entre otras. De los datos recabados, se da cuenta que en los cuerpos-territorios en la Amazonía ecuatoriana se reproduce una violencia estructural basada en la naturalización de la explotación y opresión, misma que aparece como un dispositivo político-cultural de dominación. Los cuerpos territorios son, de este modo, espacios físicos y simbólicos que son colonizados, explotados y violentados por la acumulación del capital; sin embargo, también son lugares de producción de conocimiento y acción política como dan cuenta las mujeres amazónicas.
La Amazonía ecuatoriana, otrora un santuario de biodiversidad y cultura ancestral, hoy clama por ayuda, pues se acerca peligrosamente a un punto de no retorno ecológico por la alarmante pérdida de su cobertura vegetal y biodiversidad. Desde la época de la colonia, la región ha sido saqueada por recursos como la quina y el caucho, dejando tras de sí ecosistemas devastados y comunidades indígenas despojadas. El llamado “boom petrolero” de la década de 1970, lejos de traer progreso, acentuó las desigualdades y la violencia. Se trata, como en su día señaló Alberto Acosta, de una auténtica “maldición de la abundancia”. Hoy, la Amazonía enfrenta una nueva ola de depredación basada en la deforestación por la expansión de la agricultura y ganadería, la minería que destruye todo a su paso, el tráfico de especies, y el crimen organizado.
La promesa de desarrollo, además de incompatible con los límites biofísicos, se ha convertido en una farsa que arroja a las comunidades locales a las consecuencias de un modelo económico que prioriza las ganancias a corto plazo sobre la salud de las personas y el bosque. La mujeres amazónicas exigen se reconozca que la Amazonía no es solo un depósito de recursos naturales, sino su hogar, ríos vivos y un reservorio de culturas y sabidurías milenarias que merecen ser protegidas, cuidadas y reconocidas.
De acuerdo con la investigación, estas formas de explotación y dinámicas de poder se pueden llamar “cautiverios”, pues son aquellos procesos que privan de la libertad e independencia a las mujeres, dejándolas sin posibilidad de decidir sobre hechos fundamentales de sus vidas y territorios como señala Marcela Lagarde. Las mujeres, bajo el dominio de hombres, instituciones y organizaciones en un contexto de explotación y desprotección, son sometidas por un sistema que las violenta a ellas y a sus territorios como un solo cuerpo. Nos hablan de un doble desafío de explotación y dominación; hacia afuera con el mundo exterior blanco-mestizo que limita sus oportunidades de vida y acceso a bienes y servicios, incluyendo el de justicia; y otro hacia adentro con el mundo indígena, lo comunitario, familiar donde se reproducen desigualdades y violencias que también limitan sus posibilidades de vivir una vida en libertad.
Como resultado de esta investigación de cerca de 10 años y más de 100 entrevistas, talleres, espacios de diálogo y acompañamiento, se identificaron varias estrategias políticas y prácticas que las mujeres han desarrollado en lo cotidiano. Con base en la manifestación de sus deseos, anhelos y sentires colectivos se plantean 3 agrupaciones de estrategias, mismas que son consideradas fundamentales para transformar el sistema de injusticias en la Amazonía: a) la repartición justa y equitativa de recursos, responsabilidades y beneficios; b) la necesidad de procesos propios de sanación y reconocimiento y; c) la generación de sistemas de cuidados comunes en la praxis de la justicia.
Este trabajo es un llamado a construir un diálogo sensible y respetuoso que nos permita conocer, valorar y aprender de las estrategias y prácticas de cuidados comunes y autonomías colectivas en territorios que están en permanente disputa. Es hora de reconocer el invaluable trabajo de las mujeres Amazónicas y apoyar sus luchas, pues al cuidar de la Amazonía, estas mujeres también nos están cuidando. No podemos permitir que sus cuerpos-territorios sigan siendo saqueados. Debemos convocarnos a acciones urgentes para cuidar de la Amazonía y a quienes la cuidan.
* Investigadora en derechos humanos y ecología política. Ha trabajado para la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados -ACNUR, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD, fue directora de cooperación internacional en el Ministerio de Inclusión Social, autoridad nacional en derechos de los pueblos indígenas en Ciencia y Educación Superior, asesora del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador, y responsable de incidencia en la Red Internacional de Forestería Análoga (RIFA). Sus áreas de especialización son la justicia climática feminista, la autodeterminación de los pueblos indígenas y los derechos humanos en la gobernanza medioambiental.
Ines es actualmente Gerente de Políticas y Gobernanza de WWF Ecuador, Líder de Políticas de WWF América Latina y el Caribe