Quito, 23 de julio de 2020.- La política que ha implementado el gobierno de Lenín Moreno nos devuelve al pasado mientras otras naciones del mundo han desestimado la agenda neoliberal. Según el consultor y estratega político, Decio Machado, el Ecuador está cerca de convertirse en un “Estado Fallido”, en quiebra económicamente y sin futuro social. La visión es pesimista.
Decio Machado, estamos en una situación muy grave respecto a la salud y las consecuencias económicas que la crisis de covid-19 ha provocado, pero al mismo tiempo tenemos un gobierno que parece determinado a hacer todo lo posible para profundizar la crisis económica con despidos masivos y reduciendo el Estado a su mínima expresión. No sé si es por ignorancia o el deseo ciego de imponer una ideología, pero parece obstinado con meter al país en una tremenda crisis económica y social, quizás la más profunda en la historia republicana.
Totalmente de acuerdo, yo creo que la situación es así, e incluso se podría decir que estamos en una situación contra cíclica comparado con la situación mundial. Hasta los gobiernos de perfil conservador, como son los de Gran Bretaña, Alemania Francia, han desestimado la agenda más neoliberal – las políticas de desmantelamiento del Estado, entendiendo que la situación ya no es la misma. Hoy lo que se necesita es mayor cobertura social para la gente, sobre todo porque lo que estamos viviendo es el principio de un nuevo ciclo. El mundo post-covid no será igual a lo que conocimos anteriormente y realmente creo que estas agendas neoliberales están quedando en este momento en un segundo término debido a la pandemia, y no tienen el protagonismo de antes. Basta ver como gobiernos conservadores como el de Angela Merkel en Alemania, Boris Johnson en Gran Bretaña o Macron de Francia están priorizando en este momento agendas de reforzamiento de la cobertura en salud por parte del Estado y servicios públicos en general. Sin embargo, el gobierno ecuatoriano sigue en una realidad que ni siquiera se corresponde con lo que pasa a nivel mundial. Estamos ante un gobierno brutalmente insensible y esto esrealmente grave.
Me pregunto: ¿Por qué estamos en esta situación? ¿Se debe a ignorancia o hay algo más siniestro en juego?
Creo que hay una agenda gubernamental urgida por implementar lógicas que podríamos definir como ‘Doctrina de Shock’. Durante estos tres años se implementó una política de volver al pasado pre-década correista. Y, en este sentido, tengo la sensación de que hay urgencia de aplicar una política económica muy determinada, que beneficia a unos sectores muy específicos de la economía nacional, ligados a poderes fácticos del mundo del capital nacional e internacional y que operan en la economía del Ecuador. En medio de esa urgencia, ha surgido la pandemia y se han hecho los sordos frente a la situación que estamos viviendo en este momento.
¿Por ejemplo?
Este posicionamiento de que no hay vuelta atrás con respecto al achicamiento del Estado, su capacidad de protección social, privatización de empresas públicas o deterioro de los servicios sociales, es la misma que se visualiza cuando se nos dice que no hay como volver al confinamiento en Quito pese a que ni siquiera el COE nacional discute respecto al incremento de manera escandalosa del impacto del virus, priorizando una supuesta agenda económica -la cual no existe- sobre la vida de la población. Estamos ante un modelo de política mezquina y esto es gravísimo. Esta lógica política dejará una situación tremendamente delicada tanto social como económica para el Ecuador. Si las instituciones de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) hablan de que la economía mundial se va a demorar cinco años en recuperarse, puede que al Ecuador lleve el doble o incluso algo más.
Los medios no hablan de lo que viene y esconden la gravedad de la situación de las políticas neoliberales del gobierno que junto al virus nos meten en un desastre de proporciones nunca antes vistas. Hablan de una caída del 6% de la economía ecuatoriana, pero se menciona el 12% en países ricos como el Reino Unido y hasta el 10% en España y Francia. Personalmente, creo que el Ecuador tendrá una reducción entre 15 y 20% del PIB.
Bueno, yo creo que el impacto de la crisis tanto desde su perspectiva cuantitativa como cualitativa está aun por verse. Tenemos todavía unos meses por delante antes de llegar al fin de año, pero es posible que nos encontremos con una contracción de entre catorce y 17 mil millones de dólares, y dado que la economía (PIB) de Ecuador es de alrededor de cien mil millones, estamos hablando de una contracción de entre 14% y 17%. Estas cifras están manejando unos economistas a nivel internacional, lo cual es un disparate para un país de la fragilidad económica del Ecuador. Sería entre el doble y el triple del impacto ocurrido por el salvataje bancario del 1999-2000. Es una coyuntura insólita y deja unas condiciones muy complicadas para quien vaya a gobernar este país durante los próximos años. Desde mi punto de vista la estabilidad política y social es cosa del pasado.
“Tengo la sensación de que hay urgencia de aplicar una política económica muy determinada, que beneficia a unos sectores muy específicos de la economía nacional, ligados a poderes fácticos del mundo del capital nacional e internacional y que operan en la economía del Ecuador”.
— Decio Machado
¿Quién va a querer asumir la responsabilidad gobernar a este país en una situación de bancarrota, con la economía mundial como está, con una tremenda pobreza y posiblemente problemas de hambre?
¿Te acuerdas que en el tiempo de la presidencia de George Bush en Estados Unidos se impulsó el términocalificativo de “Estado Fallido” para definir a determinados Estados? Bueno, yo creo que el Ecuador está al borde de la condición de ‘Estado Fallido’, tal como fue conceptualizado este término por los gringos en aquel tiempo. El término tiene implicaciones económicas pero también sociales. Descrédito del sistema democrático, de las instituciones públicas, de las autoridades gubernamentales y, en el ámbito económico, una situación de quiebra del Estado. Esto generará complicaciones sociales e inestabilidad política en Ecuador, es tan solo cuestión de tiempo.
Un Estado fallido…
Por eso la urgencia actual de renegociar los préstamos con los chinos, cosa que se debía haber hecho hace ya algún tiempo. El Estado ya no tiene recursos ni para pagar los salarios de los servidores públicos. Vivimos una situación caótica a la que denominan eufemísticamente organización de las cuentas públicas. En estos tres años y medio, el Gobierno ha sido incapaz de trazar una hoja de ruta para la economía del país, con independencia de posiciones ideológicas, hablamos de una ineficiencia llevada a su máxima expresión. Ahora hablan de la necesidad de una “economía asistida” para usar un término técnico, es decir dependiente de los fondos de los multilaterales para subsistir durante los próximos años. Y, en este contexto, ni siquiera hay una estrategia para dinamizar el mercado interno. No hay nada. Y, ahí es donde creo yo, que la coyuntura y lo que vendrá después se convierte en algo dramático.
La coyuntura y el futuro me asusta a mí, no hay otra forma de decirlo. Actualmente, hay discusiones sobre la necesidad de que las instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ayuden a países como el Ecuador que están o estarán en la nada. ¿Ves algún movimiento en el escenario internacional al respecto?
Yo creo que el Ecuador va a recibir importantes fondos de internacionales, tal vez menor de lo que el gobierno inicialmente espera, pero a final de cuentas creo que sí va a recibir ayuda financiera importante. Hay que tener presente es uno de los países más afectados por el covid-19 y donde peor se gestionó la atención derivada de dicha pandemia: Ecuador es uno de los países con las cifras más altas de muertos por encima de la medio mundial. Algunos informes de universidades internacionales, como el John Hopkins University, incluso están calificando al Ecuador, junto con Irán, como los países que peor han manejado la crisis. ¿Qué significa? Bueno, que posiblemente haya fondos de los multilaterales que vienen hacia Ecuador, pero no serán todos los fondos necesarios que el Ecuador necesita. Hay que tener en cuenta que el país tiene problemas de calificación internacional para recibir esos fondos. En Washington, hace unas pocas semanas, discutían sobre la repartición de fondos para países de la región, y había países como Perú, Colombia a los que se asignaron fondos importantes, mientras Ecuador no entró en el reparto por esta falta de calificación a la que hago referencia. Ahí tiene mucho que ver los problemas de corrupción institucional generalizada existentes en el país.
Me preocupa el papel de los medios. Están todos felices criticando a Correa, a Bucaram, a la corrupción pero no hay espacio para voces que discrepan con el gobierno, que evalúen el impacto de las políticas neoliberales y cómo vamos a reactivar la economía sobre todo a nivel local.
Si, ciertamente existe información sobre Ecuador en medios internacionales pese a que es un país pequeño y de no gran interés a nivel económico y geopolítico. Lastimosamente el posicionamiento mediático del Ecuador es un mal posicionamiento, con frecuentes titulares derivados de escándalos de corrupción e inestabilidad política.
El único lugar donde se puede encontrar información y debate real sobre los impactos y la reactivación está en las redes.
Por otro lado, a nivel nacional llevamos tres años y pico viviendo un pacto entre poder mediático, político y económico que ha hecho que en efecto las voces críticas de la política gubernamental no tengan eco en los grandes mass media. Ahora entramos en precampaña electoral y en las lógicas de distanciamiento social que vivimos, los medios tomarán partido por actores políticos, se inclinarán por candidaturas determinadas. Digamos que una herramienta de conflicto electoral serán medios contra medios… Pero en el ámbito del disciplinamiento social no creo que veamos cambios sustantivos en el actuar de los medios convencionales. Ya Foucault nos advertía que el poder no impone sino que normaliza, y a lo que asistiremos será al intento de normalizar el disciplinamiento social post-pandemia: mecanismos tecnológicos de rastreo, control de movimientos, seguimiento de conductas, control sobre las redes sociales… Para todo ello, los medios seguirán siendo amigos del poder más allá de quien lo detente. Posiblemente nos encontremos con un retroceso en la calidad de la democracia en todos los países a nivel mundial y, en el caso del Ecuador -donde ya vivimos una democracia deficitaria- esto se verá aun más agudizado.
“Si las instituciones de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) hablan de que la economía mundial se va a demorar cinco años en recuperarse, puede que al Ecuador lleve el doble o incluso algo más”.
— Decio Machado
Bueno, desde mi punto de vista, salvo entrar en dictadura plena, será difícil bajar más la calidad de la democracia en el Ecuador. Entonces la pregunta clave es: ¿qué hacer frente a la situación que nos acecha? ¿Hay esperanzas?
Yo creo que en lo que vamos del siglo XXI, es decir en estos últimos veinte años, lo que marca la diferencia entre el siglo actual y el anterior es una cuestión: el divorcio entre sociedad e institucionalidad, la gente por un lado y la estructura del sistema democrático liberal por otro. La política tradicional, el sistema de representación y la democracia formalista en el siglo XXI ha hecho aguas. Los sucesos políticos más interesantes del siglo XXI han sido sucesos donde la institucionalidad no tiene rol alguno: me refiero a las primaveras árabes, los chalecos amarillos, el 15M, los Occupy Wall St., Occupy Londres, la protestas en Hong Kong… Estos son fenómenos muy horizontales en donde la gente busca mecanismos de articulación que ya no son las viejas estructuras partidarias ni el voto en urnas. En Ecuador vimos algo de esto en Octubre pero veremos más…, formamos parte del mundo y es posible que en los próximos años asistamos a una reconstrucción de la política de una forma diferente a la que hemos visto hasta ahora. Estamos gramscianamente hablado ante lo nuevo que no termina de nacer y lo viejo que no termina de morir. Es cuestión de tiempo.
¿Y mientras tanto?
Pues efectivamente el problema es cuánto tarda esto y qué efectividad va a tener, y no tengo una bola de cristal para contestarte. A corto plazo incluso te diría que tengo una visión pesimista respecto a nuestro futuro inmediato. La situación en la que queda el país nos mete en una crisis estructural que posiblemente nos lleve una década superarla. Si me permites la broma, como ya no se puede caer más bajo con un poco de suerte veremos el efecto rebote…
“Llevamos tres años y pico viviendo un pacto entre poder mediático, político y económico que ha hecho que en efecto las voces críticas de la política gubernamental no tengan eco en los grandes mass media”.
— Decio Machado