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viernes, mayo 3, 2024

¿DESAROLLISMO O SUBDESARROLLISMO? Por Tomas Rodríguez León

Se reanuda el debate entre liberalismo y Estado socio-protector, ahora contextualizado en elaboraciones teóricas que revitalizan concepciones entre defensores del desarrollismo e intelectuales  resistentes al mal desarrollo, estos últimos o cifran denuncias apocalípticas u ofertan un primitivismo que no termina de ser alternativa.

La economía de mercado  tiene lugar bajo el socialismo. No debemos temer adoptar los avanzados métodos de gestión [empresaria] que se aplican en los países capitalistas. La esencia del socialismo es la liberación y el desarrollo de los sistemas productivos”. Deng Xiaoping

Los movimientos antiglobalizadores, la resistencia ecológica y los etnonacionalismos  a un lado de la palestra y en el otro el desarrollismo  imperialista con sus guerras, en competencia con el megadesarrolismo chino. Los movimientos de resistencia y la China están amparados discretamente en dos versiones anticapitalista no coincidentes: el eco marxismo y el positivismo desarrollista marxista.

Que el marxismo promueve modelos de desarrollo es debate superado. La experiencia socialista del este europeo no tenía los actuales eco discursos y en su macro economía  cifraba  expectativas de crecimiento al margen de las relaciones de mercado y de  la dimensión oferta demanda,  esto  limitó su versión de desarrollo. El  neo-desarrollismo marxista prioriza la expansión de la demanda omitiendo la moral precedente  y luego  hasta  disimulando los impactos ambientales. Su búsqueda; equilibrar las variables macroeconómicas  con las aspiraciones de consumo   y  creación de confort a la población, superando vía regulación los desajustes que genera la acumulación.

La producción-consumo, visto en el neo desarrollismo chino, es un mecanismo de expansión de la producción con efectos de redistribución del ingreso, hecho posible porque el Estado no abandona su rol de protector social y ambiental. El Estado crea (el monopolio ideológico del partido comunista es imperativo) centralidad  planificadora  frente a la eventualidad del caos.  También se da la priorización del mercado interno que genera un círculo virtuoso  de incrementos del poder adquisitivo y expansión de la producción. Nace un modelo de crecimiento con inclusión social  que los países capitalistas  no realizan, no lo quieren ni lo pueden realizar desde su concepción liberal.

Los mercados capitalistas metropolitanos solo realizan exportación de capitales no  productivos, migración de valores especulativos y promueven importación de materias primas y  exportación de mercancías hacia mercados deprimidos pero bastos, pero no están interesados en el desarrollo autónomo e interdependiente de  la periferia.

El capitalismo liberal y neo liberal vive  la perpetuación de  contradicciones (enfermedad del verdugo) por deliberada subordinación del  subdesarrollo, que se activa disfuncionalmente  en  desigualdad de condiciones en el mercado mundial. El capital metropolitano concentra para sí,  el modelo y no concibe su extensión a la periferia. La ilusión  industrialista cepalina está descartada, mientras el esquema monopólico, tecnológico, productivo y financiero  continúe…y continúa

Los liberales viejos y nuevos  creen que  con la derrota del bloque soviético se   garantizó la eternización del gobierno del capital internacional,  sin considerar la complejidad  de la teoría económica de Marx y las otras interpretaciones que reestablecieron  la teoría  marxista como modelo de desarrollo.  Los marxistas deprimidos  de las colonias,  a su vez, consideraron que el subdesarrollo es efecto natural del capitalismo en sus términos de intercambio, correcta definición con débil  y pasiva respuesta, la misma que si no derivo en  ambientalismo militante,  promovió alianzas pseudo desarrollistas con burguesías nacionales subalternas, socias menores cómodas del gran capital internacional.

La teoría de la dependencia auspiciada por el eje soviético, apuntaló  nacionalismos y sembró   utopías de independencia y liberación nacional con sueños de desarrollo. Así, la independencia superaría el  subdesarrollo. La globalización con el “libre-comercio” realidad del capital internacional afirmo la tendencia de subordinación y este fenómeno  no encontró luces, más allá de clásica contestación prospectiva. La versión triunfante de desarrollo se fortaleció con la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y se tradujo de inmediato en  la incapacidad histórica del sistema para  promover desarrollo integral global creando a lo más un “neodesarrollismo”  hegemónico con poco debate intelectual, solo con el modelo de China se reanuda el debate.  El capitalismo  es también interesado en ofertar “desarrollo del subdesarrollo”; secularización dependiente o folklorizacion  de la economía.

El marxismo universalista antropológico no se abstrae de los fenómenos singulares, identidades o particularidades, por lo tanto es universal que reconoce lo diverso. Cuando esto no se ha sostenido surge una versión superada de totalitarismo a-histórico. Lo pluridiverso es respetable en tanto tenga marco filosófico universal, pues sin este contexto pasa de quimera abstracta  a tributación emergente  del universo excluyente del capital o  en el mejor de los casos,  utopía marginal.

Desde el marxismo, lo universal  o  “unidad en la diversidad” se sostiene en denominadores  “comunes”, coherente con lo comunista,  y el tema del  “desarrollo” será  una constante pues sin  la fundamentación económica su ideología es nada. El desarrollo  en este enfoque, no se restringe al factor económico, pero es base esencial de toda su elaboración.

Las crisis ambientales, sociales, políticas, éticas, culturales, son crisis de desarrollo y efecto de su mala praxis. Las alternativas en resistencia están muy en la retaguardia y muchos mensajes apocalípticos deben ser revisados. El mal desarrollo  pronosticado por Karl Marx cuestiona bien el concepto desarrollo desde un enfoque que cuestiona la explotación del trabajo y  la plusvalía. Por falta de evidencias,  la respuesta a lo colonial corre el riesgo de ser una secular aunque necesaria reacción  contestaría que no evitara que el desarrollo malo o bueno suceda.

Para recomponer la idea de desarrollo no son suficientes los postulados ambientalistas, porque la instalada lógica  de desarrollo es depredadora,  niega a las colonias su emancipación económica  y porque no está en disposición de universalizar buen desarrollo, ni  mucho menos  protección global al planeta. Los países metrópolis  apartan  el enfoque de  protección  en tanto una izquierda eco desarrollista  aun no emerge en la periferia

Descartar  total o parcialmente el análisis  de Marx asumiendo miradas cósmicas culturales que son más estilos de vida que modelos de desarrollo  son edificaciones positivas que no alcanzan a ser alternativas universales al modelo imperialista. En el espectro de sistemas filosóficos las posturas ácratas tampoco alcanzan ni  en teoría ni en la práctica a consolidar un modelo de desarrollo, pero su valor ético libertario es esencial para corregir las maldades socialistas. Bien dijo Marcuse que todo marxista es un anarquista esencial. En los hechos aunque no nos guste el modelo de acumulación de China  se oferta como el único modelo alternativo vigente y el paradigma del marxismo de Deng será paradigma hasta que sea sustituido por algo mejor.

 

 

 

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