Natalia Sierra
25 marzo 2025
El 13 de abril de este año, el pueblo ecuatoriano elige presidente de la República por el periodo 2025-2029. Esta elección es decisiva para el futuro del Ecuador pese a que en el marco del anticapitalismo lo que diferencia a la candidata Luisa González (RC) del candidato-presidente Daniel Noboa (ADN) no es una gran diferencia, sino una pequeña diferencia. Una distinción que, sin embargo, hoy puede generar efectos radicales en la realidad social del Ecuador. Esta diferencia no es algo sustancial sino una brecha formal que estructura relaciones de poder. No se trata de que Luisa sea de izquierda, -dicho sea de paso, la izquierda de origen revolucionario no tiene en mente la transformación radical vía estado burgués- y Noboa de derecha, no estamos frente a la contradicción política derecha-izquierda. Quizás estamos frente a la contradicción liberalismo keynesiano-necroliberalismo.
La diferencia que separa a Noboa de Luisa es la que separa el desorden del necrofascismo del orden político institucional burgués. La diferencia ideológica entre Luisa y Noboa, progresismo vs. necroliberalismo, oculta un conflicto más profundo, no entre Luisa y Noboa, sino entre la oligarquía necrofascista y la burguesía autoritaria, no la lucha de clases, sino la lucha entre la supervivencia del Estado burgués y la muerte de la sociedad. Sería bueno estar ante la muerte del Estado burgués siempre y cuando la izquierda tuviera la propuesta para hacer el camino hacia el otro mundo posible, pero no la tiene, lamentablemente perdimos esa batalla, al menos por ahora.
Digamos, que los dos candidatos a la presidencia del Ecuador son casi idénticos, como la Coca Cola y la Pepsi, se distinguen por una pequeña nada que, sin embargo, en este momento es decisiva para la existencia del país. Recuerdo cuando los inmigrantes decidieron no consumir Coca Cola porque era la marca de gaseosa que apoyó la política antinmigrante de Donal Trump y se cambiaron a Pepsi. Ese cambio insignificante en la realidad material de las bebidas se volvió gigante en la identidad simbólica-política que, en ese momento de la lucha, movilizó a la población y golpeó a la empresa trumpista. El significado político de estas elecciones no existe por sí mismo, surge en la relación entre Luisa González y Daniel Noboa. Luisa no se distingue por su esencia política progresista sino por su oposición frente al necrofascismo de Noboa, en este contexto histórico específico y no en un abstracto histórico. No nos encontramos en un paréntesis histórico como el que abre una revolución, nos encontramos en una continuidad histórica del capitalismo que da dos opciones:
1. La vía de la desaparición, tortura, asesinato e incineración de la sociedad ecuatoriana, como ocurrió con los cuatro niños de las Malvinas y otros jóvenes desaparecidos en esta guerra.
2. La vía de intentar recomponer los tejidos sociales de la resistencia y la lucha hacia la construcción de otro mundo donde la guerra y la muerte no sea un destino fatal.
La opción del nulo, la que he militado y actuado, es la que rechaza el sistema de la democracia electoral como tal, pues considera que a través de ella no hay decisiones estructurales que puedan transformar el orden social hegemónico. El nulo ideológico no tiene que ver con la particularidad de los candidatos, ni siquiera de los proyectos que ellos proponen, tiene que ver con el sistema como tal. El nulo ideológico es un enorme NO al orden burgués, no, un no a un proyecto dentro del orden burgués, menos un no a un individuo. El nulo ideológico tampoco es un recurso que los partidos de la izquierda electoral utilizan cuando no logran los votos necesarios para acceder a la administración del Estado, menos cuando no logran hacer alianzas con el progresismo.
En este marco, el nulo ideológico para que sea una decisión consciente implica que trabajemos militantemente para desmotar el orden político burgués, al tiempo que trabajamos la revolución transformadora de ese orden o la autonomía de construcción de otro orden. En este momento no se ha caminado ninguna de las dos posibilidades, la izquierda radical no ha hecho su trabajo o no ha podido hacerlo, sea lo que fuere, no tenemos en rigor nada real y viable que proponer para frenar el necrofascismo que avanza por Ecuador, no tenemos nada que proponer para frenar la violencia del capital criminal, no tenemos nada que ofrecer a esos miles de jóvenes que están siendo sacrificados en esta infame guerra contra las drogas.
Cuando el nulo ideológico no abre otro camino para transformar esta sociedad, en la búsqueda de mejores condiciones de vida para los pueblos, se convierte en un privilegio de aquellos sectores políticos que no están atrapados entre la vida y la muerte, aquellos sectores que por gozar de un conjunto de condiciones económicas y sociales no están luchando por sobrevivir, no tienen el miedo cotidiano de no regresar a casa, de que sus hijos no regresen a casa porque fueron asesinados en un conflicto entre grupos criminales, o porque fueron desaparecidos por militares en una guerra contra los sectores más empobrecidos y racializados del Ecuador. El capitalismo avanzado en su inexorable marcha violenta que convirtió al nulo ideológico en un privilegio de clases. Cuando uno no está constantemente con una bala en la cabeza, es posible querer que las contradicciones se agudicen para que estalle la lucha de clases, aunque no hay ningún proyecto que recoja ese estallido. En este momento, todos esos principios ideológicos en abstracto se convirtieron en un privilegio, porque lamentablemente en este paisito no hay ningún proyecto alternativo al progresismo.
Elijo a Luisa González por lo que es políticamente y por lo que ese ser político representa en este contexto histórico, no por lo que la izquierda revolucionaria cree que debe ser la administración del Estado burgués. Primero, la izquierda revolucionaria no es una izquierda electoral, su proyecto de transformación no pasa por reformas estatales, eso lo hace bien la socialdemocracia o el liberalismo keynesiano. Segundo, la izquierda autonomista no cree en el Estado, su proyecto no pasa por tomarlo ni por vía revolucionaria, aún menos electoral; cree en la construcción de otro mundo desde abajo, desde las autonomías de los pueblos. Sea la izquierda revolucionaria o sea la izquierda autonomista, siempre tendrá que luchar contra cualquier gobierno para desplegar su proyecto, y para exigir avanzar en derechos dentro del marco del capitalismo. El proyecto progresista no es el proyecto de la izquierda, es, en este específico contexto criminal y salvaje del capitalismo, la única opción para los sectores sociales que están siendo asesinados por la violencia directa y por la violencia indirecta debido a la destrucción de la política social mínima. Así, que, yo no voto por Luisa porque coincida con su identidad política, voto por Luisa porque no tengo nada que ofrecer políticamente que pueda de manera real y efectiva detener el poder de muerte.
Voto por Luisa porque creo que la fidelidad a mis principios políticos es hoy una vanidad que no me puedo permitir, porque sin tener nada que ofrecer, ni a mí misma, sostenerme en esos principios que hoy son abstractos es un egoísmo que no me puedo perdonar. Voto por Luisa porque quiero que se haga justicia a los 4 niños de la Malvinas y a todos los otros jóvenes asesinados por el Estado y por el capital criminal. No le pido nada más allá de lo que creo que ella y su gobierno pueden hacer, es decir, dar un dar un respiro a este pueblo lanzado a la muerte. Si me equivoco lo reconoceré con responsabilidad, como hoy reconozco no haber entendido que la derecha que vino después del progresismo no es neoliberal sino necroliberal.
Finalmente, solo decir que he luchado toda mi vida por la dignidad de los seres humanos y no humanos y eso lo seguiré haciendo siempre.
“Voto por Luisa porque quiero que se haga justicia a los 4 niños de la Malvinas y a todos los otros jóvenes asesinados por el Estado y por el capital criminal”.
La articulista esta contra el capitalismo “burgués” y prefiere a Luisa representante de la lumpen oligarquía delincuencial aliada del crimen organizado. Ademas Luisa desdolariza y pauperiza y nos conducirá a una situación similar a Venezuela donde el sueldo básico es de 6 dólares al mes. Hasta la miseria siempre.
Parece Jose que no has leído con atención; además de que tus slogans delatan la posición desde la cual enuncias tu discurso, el contenido completo de Natalia está poniendo de manifiesto la situación actual de nuestro país, en la cual la política del gobierno de Noboa es arrogarnos a la muerte en pro de su beneficio económico y el de su familia, sin importarle en absoluto la vida de ninguna persona en el Ecuador.
Menciona además que esta situación ha convertido la opción del voto nulo ideológico en una suerte de privilegio de las pocas personas a las que la violencia aún no las ha impactado en las múltiples formas en la que convive con nosotros hoy en día, por lo cual incluso el pensar en un proyecto de izquierdas radicales o autónomas, requiere de un espacio de tiempo en el que al menos se respete la vida, para de esta manera poder organizar una sociedad de origen popular y combativo.
Me parece que te haría muy bien leer el artículo completo para que aumentes tu perspectiva y no desinformes sobre su real contenido.
¡Hasta la Victoria Siempre! ¡Venceremos!
Hasta la miseria siempre con Luisa.
Me parece que el artículo de Natalia es muy decidor en estos momentos en los cuales nos han dado a escoger entre el sobrevivir en medio del interminable temor, y la fatídica muerte, tanto física como simbólica.
Posicionarnos desde nuestro espacio de enunciación implica el leer el contexto en el cual nos encontramos; como se dice muy claramente en el artículo, hasta para poder organizar un proyecto popular y combativo, es necesario garantizar lo más elemental: la vida.
En medio de un escenario real de muerte, desapariciones y extorciones, que se presenta muchísimo más grave que un escenario ficticio en el cual nuestros ingresos se vean reducidos, es necesario posicionarnos en contra de quienes están utilizando nuestras vidas y las de nuestro entorno, como una moneda de cambio, con el único fin de enriquecer sus fortunas y las de su círculo íntimo.
La verdad es siempre revolucionaria, y si desde la izquierda radical y autónoma es necesario plantear que se debe poner un freno al necroliberalismo, mediante un mecanismo de la democracia burguesa como son las elecciones, esa postura es válida ya que no busca como fin último una victoria electoral, si no el generar espacios populares de construcción social, para así lograr remplazar a la organización estatal. Pero para eso, requerimos estar vivos.
Saludo lo expresado en este texto por Natalia y confío en que la vida logrará abrirse paso entre toda la oscuridad y la muerte que nos asechan hasta el momento.
¡Hasta la victoria siempre!, ¡Venceremos!
NO existe “necroliberalismo”, hasta la miseria siempre con Luisa.
Luisa Gonzalez y su grupo narcodelincuencial busca mantenerse en el poder por 20 o 30 años, por consiguiente “el generar espacios populares de construcción social, para así lograr remplazar a la organización estatal” seria imposible y el grado de pauperizacion que se tendría con su gobierno desdolaraizador no es un espacio para “estar vivos”. Hasta la miseria siempre con Luisa.
Después del debate lo que queda claro es que estamos frente a la sapada de Rana René y el Sapo, tomar partido en este contexto, es como pensar que el ratón va encargarse de cuidar y restaurar el queso.
No es de izquierda la RC dice la articulista, y en eso estamos de acuerdo, pero entonces es necesario lanzar un proyecto acorde para la izquierda, para solucionar los problemas, si no estamos de acuerdo con la socialdemocracia ni con el liberalismo keynesiano, entonces ¿cual sería la estructura productiva?, ¿regresamos a un aparato productivo controlado por el estado para que los más vivarachos sean los que aprovechan?, o creemos tener una sociedad consciente que, como buena gente ayudará al necesitado.
Es hora de buscar alternativas para la solución de los problemas ….. hay quienes hablan de un post capitalismo
Muy interesante y adecuada interpretación de la situación en la que se encuentra nuestro país, efectivamente para quienes anhelamos verdaderos cambios estructurales, la única opción es Luisa González. Y no porque esos cambios vayan a ser concretados por González, sino porque su gobierno significará un freno al poder absoluto del narcotráfico, encabezado por un novel y criminal capo que ahora tiene el título de presidente.
Lo que sería importante, creo yo, es abrir el debate sobre porqué la alternativa revolucionaria en el Ecuador es marginal, y más importante aún, cómo hacer para concretar o llevar a la práctica el que hacer del gran maestro.
El progresismo será el acomodo de quienes nos decíamos de izquierda revolucionaria?
“Alternativa revolucionaria” como en Cuba? Hasta la miseria siempre.
Coincido en el analisis de los 2 Candidatos finalistas o mejor dicho de los 2 sectores de la clase dominante que se disputan el gobierno en estás elecciones, ambos son derecha en sus diferentes variantes, ambos profundizarán la crisis y la dependencia, un sector con torpeza,autoritarismo y prepotencia y el otro con demagogia y populismo.
Ambos son letales para los ecuatorianos,por eso creo que el voto nulo es una alternativa válida del pueblo rebelde,que mantiene vivas sus aspiraciones de construir una nueva sociedad sobre las ruinas de este sistema caducó.q