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domingo, abril 28, 2024

LA MEMORIA DEL “NEOLIBERALISMO” Y LA REELECCIÓN INDEFINIDA. por Henry Llanes*

23 junio 2014

 

La teoría política da cuenta de que el poder tiene su base fundamental en la estructura económica, en la política y en la ideología, categorías definidas por el marxismo como la estructura y la superestructura del bloque histórico, en el cual, según sus teóricos, la “ideología burguesa” cumple un rol muy importante en la cohesión hegemónica del poder, a través de diversas formas. Una de las formas más importantes es por medio de la manipulación de las ideas y de la distorsión de la realidad, y eso es precisamente lo que hace el discurso de la revolución ciudadana, un discurso de conveniencia, de verdades a medias; como dice un principio bíblico “por sus frutos los conoceréis.” “Pruebas al canto”.

Un ejemplo, de tantos otros, sobre la Ley de Instituciones Financieras que se aprobó en 1994, el Presidente de la República dijo en la Asamblea Nacional lo siguiente (24 de mayo de 2014):

Hace años en este mismo espacio el Congreso de aquel entonces vio aprobar leyes que protegían a las instituciones del sistema financiero, permitían su liberación y consagraban el neoliberalismo fundamental, el capitalismo especulativo…

El 12 de mayo de 1994 en este mismo recinto el país vio aprobar la Ley General del Sistema Financiero. En la exposición de motivos de la referida ley se señalaba que uno de los grandes cambios que ha enfrentado el mundo en las última dos décadas es la liberalización de los sistemas financieros a través de la desregulación, la libre competencia…  Así se consagraba en una ley el fundamentalismo neoliberal de la flexibilización financiera, el capitalismo especulativo, la economía de casino, y la libertad, pero para el capital. Inmediatamente empezó a funcionar su libertad, la especulación cambiaria, la llegada de capitales golondrina, depósitos offshore y créditos vinculados. En este mismo recinto se preparó el salvataje bancario con los votos de la partidocracia…

La principal causa de la crisis ecuatoriana fue la desregulación financiera… Fue la incestuosa relación entre poder financiero y político en contubernio con la burocracia nacional e internacional, vinculadas al sector financiero, la que pasó el peso de la crisis al Estado y a toda la sociedad… para ello no dudaron en disminuir los controles al sistema financiero, hacer una nueva Constitución y leyes a su medida, para luego romper esa misma Constitución y leyes cuando ya no le fueron funcionales….

Sí, la libertad de pocos a cambio de la pobreza de muchos. Es la libertad de nuestras oligarquías, de aquellos que añoran, a los que quieren regresar, a los que intentan la restauración de sus abusos, de la explotación, la restauración conservadora…

La izquierda y la constitución.

“Y en esa restauración desempeña un papel radical la supuesta izquierda indigenista y ecologista que con posturas absurdas e inviables es la mayor aliada de la derecha. No me equivoqué cuando dije en 2008 que el mayor peligro para la revolución ciudadana era el indigenismo, el ecologismo y el izquierdismo infantil, pero ahora tengo que hacer una acotación, aunque en todos los casos sus postulados son absolutamente infantiles, en muchos sus motivaciones no lo son en absoluto…

…Pero aunque no lo crean, y como reproche a nuestro Gobierno, las leyes que crearon la crisis todavía están en vigencia, pero ya tenemos listo el Código Orgánico Monetario Financiero que elimina la normativa expedida durante el apogeo del neoliberalismo y la reemplaza con una nueva legislación integral y acorde con la Constitución… pero ya nos hablarán los de siempre, los del Estado controlador y nos acusarán de que les estamos quitando su libertad”.

La reelección:

“Después de una profunda reflexión y teniendo claro que algunas veces tan solo puede elegirse el mal menor, pues insisto que creo en la estabilidad de las instituciones he decidido apoyar la iniciativa. Solicitar a nuestro bloque de asambleístas, con esa gran mayoría que nos dio el pueblo ecuatoriano, que se enmiende la Constitución de la República para establecer la reelección indefinida en todos los cargos de elección popular para que sea el pueblo ecuatoriano el que con toda libertad elija la alternancia de sus dirigentes… En lo personal, mi decisión sobre una nueva candidatura la tomaré con base a la decisión que tome PAIS y las condiciones previas a las elecciones… ahora entiendo que mi vida ya no es mía…” (Diario Hoy, 25 de mayo de 2014).

Como dice el argot jurídico, a confesión de parte, relevo de prueba.

El Presidente de la República reconoce que sigue administrando el país con las leyes “neoliberales” que se crearon a inicios de los años noventa y que causaron una enorme crisis económica a la República a fines de aquella década, especialmente en el campo financiero. Es decir, en el transcurso de ocho años de gestión gubernamental, el régimen de la “revolución ciudadana” no ha cambiado dichas normas, a pesar de que controla todas las funciones del Estado. Prácticamente está en el poder el doble del período de gobierno del que estuvieron cada uno de los gobiernos en el período 1979-2006, que en muchos casos, por diversas circunstancias ni siquiera duraron cuatro años en el poder, como son los casos de los gobiernos de Jaime Roldós Aguilera, Oswaldo Hurtado, Abdalá Bucaram, Fabián Alarcón, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio. Pero además, hay que subrayar lo siguiente: estos regímenes políticos no contaron con mayorías parlamentarias para gobernar el país, ni con las prerrogativas de un presidencialismo concentrado de las que goza el actual régimen de la revolución ciudadana, ni tampoco con la opción de la reelección inmediata (a período seguido) y menos todavía con la facultad de la reelección indefinida como pretende el actual régimen.

Sobre la aprobación de la Ley de Instituciones Financieras cabe mencionar lo siguiente: es verdad, esta ley se aprobó en 1994 por la vía urgente, cuya iniciativa la lideró el gobierno del Arq. Sixto Durán Ballén y del Econ. Alberto Dahik Garzozi, principal ideólogo del “modelo de concentración económica” bajo la tesis de la apertura económica y de la exclusión del Estado en el manejo de las actividades económicas. Con esta ley se sustituyó la Ley de Bancos creada en 1925, mediante la cual se protegía al depositante y no al banquero, en cambio, con esa nueva Ley de Instituciones Financieras se desprotegió al depositante y se protegió al banquero, cuyas consecuencias de la crisis bancaria se produjeron años más tarde debido a la desregulación de las tasas de interés y del fortalecimiento de los créditos vinculados y de la banca offshore.

Pero el Presidente de la República en su discurso oficial del 24 de mayo de 2014 se olvidó de mencionar los nombres de los principales protagonistas que impulsaron y aprobaron la Ley de Instituciones Financieras y otras como la Ley Telecomunicaciones, de hidrocarburos, de las minas, de la seguridad social, etc.  Fueron parte fundamental de ese proyecto político liderado por el señor Dahik, a quien la oposición política de ese entonces lo definió como “terrorista económico”, y por un grupo de ministros de Estado que en ese entonces la opinión pública los conocía como los “halcones”, en cuyo maremágnum de poderosos intereses económicos y políticos, el señor Dahik fue enjuiciado políticamente por el Congreso Nacional y enjuiciado por la función judicial por el delito de peculado, supuestamente por el mal manejo de los fondos reservados del Estado (supuestamente porque se habría pagado con esos fondos a ciertos diputados de la República para que aprueben dichas leyes).  Curiosamente, años más tarde, quien lideró la iniciativa para que el señor Dahik sea liberado de esa acción judicial fue el actual régimen, bajo el argumento de que el ex Vicepresidente de la República era un perseguido político. Por eso, desde el inicio el actual régimen planteó un proyecto de amnistía ante la Asamblea de Montecristi, pero al no tener éxito dicha propuesta, al cabo de dos años y meses (7 de mayo de 2011) mediante una jugada maestra se reformó la Constitución de la República a través de la cual se sustituyó la prisión preventiva por la libertad condicionada[1], y una vez conseguido el objetivo, el señor Dahik regresó al Ecuador al cabo de dieciocho años de asilo político en Costa Rica. Dahik luego se presentó en dos o tres ocasiones ante el Juez, quien, al cabo de unas pocas horas lo liberó de la acción judicial. Este fue un primer resultado de la metida de mano en la justicia.

En esta nueva coyuntura política, a raíz de la pérdida electoral de Alianza País en las elecciones pasadas del 23 de febrero de 2014, el régimen quiere reformar nuevamente la Constitución de la República para perpetuarse en el poder por la vía de la reelección indefinida, por lo que al respecto cabe preguntar lo siguiente: aparte de la codicia de poder de esta nueva plutocracia que gobierna el país ¿a quiénes más beneficia la reelección indefinida? ¿acaso los beneficiarios del modelo de concentración económica que se impulsó en el país a partir del 10 de agosto de 1992?

*Asambleísta de Pichincha (A)

 

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