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EL EJÉRCITO COLOMBIANO ABATE A ALFONSO CANO, LÍDER DE LAS FARC. por Armando Neira.

EL EJÉRCITO COLOMBIANO ABATE A ALFONSO CANO, LÍDER DE LAS FARC

Armando Neira. Desdeabajo www.desdeabjo.info

Alfonso Cano, líder máximo de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el grupo guerrillero más antiguo de Latinoamérica, fue abatido por el Ejército colombiano el viernes por la tarde. Con su baja, la cúpula de la organización insurrecta queda descabezada: Pedro Antonio Marín, alias Tirofijo o Manuel Marulanda, falleció de muerte natural en la profundidad de la selva, y Jorge Briceño, Mono Jojoy, también fue abatido en un bombardeo a su guarida.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha pedido a las FARC: “desmovilícense”; de lo contrario, como hemos comprobado, terminarán o en una cárcel o en la tumba”, al anunciar que la muerte de Alfonso Cano es el golpe más contundente a esta guerrilla en su historia.

Con la muerte de Cano las FARC sufren un severo golpe militar y pierden a su pilar ideológico. En la larga historia de esta organización marxista -casi medio siglo- solo tres hombres han logrado imponer con su pensamiento un liderazgo de hierro: Jacobo Arenas, Tirofijo y Alfonso Cano. Ahora no está ninguno de ellos y los analistas militares consideran que las FARC se asoman a un horizonte de quiebra.

Cano fue ultimado en la zona rural de Suárez, en el sureño departamento del Cauca. Las primeras informaciones dicen que fue gravemente herido en un bombardeo en el que también cayó su compañera sentimental. Esta acción se habría producido por la tarde. Cano fue recogido por varios miembros de su escolta e inició una fuga que finalmente se frustró

“Las tropas del Ejército iniciaron su búsqueda y después de varias horas lo alcanzaron, hubo un fuerte cruce de disparos y le dieron muerte”, le dijo a EL PAÍS una fuente del Ministerio de Defensa. Sin embargo, el Gobierno anunció que dará más detalles próximamente. Los combates seguían y era probable que se capturase o fulminase a otros integrantes de esta guerrilla, que en la actualidad tiene unos 10.000 guerrilleros.

“Uno no puede decir que sea el fin del fin porque en un grupo tan grande pueden quedar reductos que insistan en la vía militar. Sin embargo, sus posibilidades de maniobra ahora son mínimas. La única salida es seguir el ejemplo de ETA y renunciar a las armas”, dijo el ex presidente Andrés Pastrana, quien conoció de cerca a Cano cuando gobierno y guerrilla realizaron los fracasados diálogos de paz del Caguán, una década atrás.

El nombre real de Cano era Guillermo León Sáenz Vargas. Nació en un hogar de clase media en Bogotá en 1948. Le encantaba jugar al fútbol en las calles de la ciudad, actividad que alternaba con sus actividades políticas.

Cuando era joven entró a estudiar antropología y derecho en la Universidad Nacional, la más reputada del país y donde por aquel entonces se respiraban los aires frescos de la revolución cubana. Entonces entró a Juventudes Comunistas (JUCO), el espacio de formación de los nuevos cuadros del Partido Comunista. Aquí se fue integrando en las corrientes izquierdistas de la lucha armada.

En Bogotá fue detenido por repartir propaganda clandestina invitado a la insurrección. Tras seis meses de cárcel decidió enrolarse en las FARC y abandonó sus estudios, a punto de terminar. En la organización armada fue nombrado jefe de la comisión de Finanzas del Estado Mayor Central de la Organización. Era el año 1978.

En una guerrilla altamente formada por campesinos iletrados, él se destacó por su oratoria y coherencia en su discurso. Jacobo Arenas y Tirofijo lo invitaron a su mesa y le cedieron el honor de representarlos en las actividades más sensibles para las FARC, como los diálogos de paz.

Durante el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), las conversaciones de 1991 en Caracas, y Tlaxcala (México) en 1992, su figura se destacó. Sin embargo, como las negociaciones fracasaron se ganó la fama de débil dentro de un grupo que privilegiaba sin duda al más hábil disparando, secuestrando o lanzando bombas.

Sin embargo, tras la muerte de Arenas, Tirofijo lo siguió arropando como su alumno predilecto, incluso por encima de Jojoy, que había hecho grandes méritos militares, al punto de tener al país en jaque. En 1999 las FARC tenían presencia en los 32 departamentos de Colombia y en todos los foros internacionales la sentencia apocalíptica de que Colombia era un país inviable se escuchaba cada vez con más frecuencia.

El presidente Pastrana apostó por los diálogos en el Caguán (1999-2002), donde Cano volvió a emerger como el líder de las FARC. Por entonces se permitió la licencia de anunciar frente a las cámaras de televisión el lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, cuya dirección asumió en el 2001, una opción política clandestina de izquierda para intentar abordar el poder en caso de que las conversaciones fracasaran, como en efecto ocurrió.

Al morir Tirofjio se preveía una disputa interna con Jojoy, pero este advirtió a sus seguidores de que el jefe era Cano. En septiembre de 2010, Jojoy, cabecilla de la infraestructura militar y de tráfico de drogas de la guerrilla, fue muerto en un bombardeo y Cano prosiguió su lucha, que terminó este viernes. El futuro de las FARC, ahora sí, es incierto. El Gobierno, satisfecho, anunció ayer que el país respira desde ahora un aire más tranquilo.

Por Armando Neira Bogotá 5 NOV 2011 – 08:15 CET
GOLPE LETAL AL GRUPO ARMADO

Con la muerte del máximo jefe de las FARC, Guillermo León Sáenz, alias “Alfonso Cano”, la guerrilla colombiana afronta un camino incierto que la puede exponer a una caída de la moral de la tropa y a una oleada de deserciones.

Desde 2008, las Fuerzas Armadas Revolucionas de Colombia (FARC) han perdido a su fundador y líder histórico, “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofjo”, por una supuesta afección cardíaca; a su portavoz internacional, alias “Raúl Reyes”, en un bombardeo a un campamento en Ecuador; al que fuera su jefe militar, alias “Mono Jojoy”, en otro operativo militar; y a “Iván Ríos”, asesinado por otro guerrillero.

Todos ellos eran miembros del Secretariado del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) e integraban las filas de la guerrilla más antigua de América y la mayor de Colombia desde hacía treinta años.

“Las personas más duras de las FARC hasta la muerte del ‘Mono Jojoy’ podían tener un reemplazo pues estaba ‘Cano’. Pero en esta ocasión les va a tomar dos o tres semanas fijar un sustituto y corren un riesgo de fractura y de una desbandada muy grande”, observó el politólogo Fernando Giraldo.

Según Giraldo, profesor de la Universidad Javeriana de Bogotá, la muerte de Guillermo León Sáenz, nombre real de “Alfonso Cano”, puede tener un efecto desmoralizador en las filas de la guerrilla, hasta el punto de que pueda “incrementar la deserción”.

“Es un golpe muy duro a la entraña de las FARC, y va a minar la moral de los integrantes (de la guerrilla)”, coincidió el defensor del Pueblo colombiano, Vólmar Pérez, al anunciar que desde ese organismo se propiciarán “los espacios para quienes quieran regresar a sociedad”.

Además, vio claro que con la pérdida de otros históricos se “ha destruido el mito de la invulnerabilidad del jefe de las FARC” y por eso, sólo les queda “encontrar caminos para buscar un camino de paz con el Gobierno nacional”.

Para el expresidente Andrés Pastrana (1998-2002), quien durante su Gobierno buscó un acuerdo con el grupo guerrillero que le llevó incluso a la desmilitarización de un área de 43.000 kilómetros cuadrados en el sur del país, las FARC tendrán que pensar en la desmovilización.

Pastrana propuso que la guerrilla colombiana siga el ejemplo de la banda terrorista ETA, que el pasado 20 de octubre anunció el cese definitivo de la actividad armada que pone fin a 43 años de violencia en España.

La incertidumbre llega de la mano de los posibles candidatos sucesores: Timoleón Jiménez, alias “Timochenko”; Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”; y Milton de Jesús Toncel, alias “Joaquín Gómez”, de quienes -según Giraldo- no se conoce su paradero exacto.

“Quien asuma el mando debe ser una persona cercana a la zona donde cayó Cano, que es la zona del Cauca y del Tolima, que es donde está más consolidada la presencia de las FARC”, opinó el analista político al resaltar que un aspirante al mando que venga de otro lugar “no va a hacer una buena conducción del orden militar”.

Sin embargo, según Ariel Avila, coordinador del Observatorio del conflicto de la Fundación Nuevo Arco Iris, la sucesión se la disputan “Timochenko” e “Iván Márquez”.

Según Avila, mientras el primero sería el siguiente en la lista de sucesión, al tratarse del miembro más antiguo del mando central, “al parecer van a nombrar a ‘Iván Márquez'”, que aunque se unió a las filas subversivas un poco más tarde tiene un perfil político más afín al del desaparecido “Cano”.

“‘Timochenko’ representa a esa estructura campesina, colona y marginada de las FARC, que en su día se asoció con la imagen del “Mono Jojoy”.

Por su parte, los ex secuestrados y familiares de cautivos por las FARC consideraron que la muerte de “Cano” es una señal de que se acerca el fin de la guerrilla.

“Es el final de una historia muy grande en la vida de la guerrilla, y parece que ese final esta acompañando a los dirigentes de las FARC”, señaló la excongresista liberal Consuelo González Perdomo, quien pasó casi ocho años secuestrada y fue liberada en enero de 2008 junto a la excandidata a la Vicepresidencia, Clara Rojas.

En términos similares se expresó, también a Caracol Radio, Sigrifredo López, el único superviviente de un grupo de doce diputados del departamento del Valle del Cauca que fueron hechos cautivos en 2002, ataque que el mismo “Alfonso Cano” planeó como ideólogo.

Según López, la muerte de “Alfonso Cano” “no es el fin de las FARC, pero si empieza su etapa terminal” en la que tratarán de fortalecerse antes de negociar su rendición.
 

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