Nació en un barrio humilde el 23noviembre de 1962 en Caracas. En su juventud tocaba el bajo y la guitarra en un grupo de Rock, alternaba así, arte de contestación y militancia revolucionaria perteneciendo a un movimiento marxista maoísta. La pobreza, luego lo obliga a dejar sus estudios para acceder al mundo del trabajo como conductor en el Metro de Caracas. El merito de Nicolás Maduro como el de todo joven de izquierda cuando se hace obrero; ser líder de su clase, llegó a dirigir su sindicato.
Con el antecedente de Ignacio Lula da Silva, Nicolás llega al poder siendo el segundo obrero sin formación académica en asumir tal cargo, un autentico izquierdista de origen y de clase. Escuchar el discurso de la posesión de Nicolás Maduro fue como remontarse a los ya casi perdidos referentes de lirismo revolucionario, incluso parecía una arenga tirapiedras de los años 70: frescura de juventud no ida, ternura poética, sinceridad ideológica, entereza moral, lealtad indescifrable, humildad de obrero. Era a no dudarlo, un discurso contra el poder “esta banda presidencial no me pertenece yo hubiese sido feliz siendo el conductor de mi comandante Chávez” De acuerdo a los parámetros que maneja el discurso del poder en Ecuador , ni Lula, ni Maduro son meritocraticamente acreedores a nada, no califican, solo deben ser obreros, y si se quedan sin empleo, pueden aspirar a recibir el bono. ¡Así es la meritocracia!
Meritocracia “gobierno de quienes lo merecen” se explica en sus constructores por la formación académica. Este ultraderechista concepto , desestimado hasta por la burguesía liberal, es la antípoda de democracia “gobierno del pueblo” pues meritocracia no sería democracia sino expresión de aristocracia. El poder económico o político define a los mejores partiendo de la descalificación (selección inversa) en esencia una calificación auto generada para manejarse en el poder con un constructo selectivo: el más fuerte, el más culto, el que tiene don de mando, el que recibió mejor formación etc. Los gobernantes mismos per se asumen que son delegados de designios divinos o de inspiraciones “populares” la voz del merito gestando otras meritocracias; de raza, genero, inteligencia, clase, apellido…
La revolución meritocratica ha creado un esplendido Club de la Unión con evaluadores estrictos que no se dejan evaluar sino en encuestas y urnas, el resultado al momento es una excluyente y exclusiva selección de los hijos de la burguesía y sus partidos; ex social cristianos, ex socialdemócratas, ex gutierristas, que impiden eso sí, a toda costa, que dirigentes marxistas, dirigentes obreros o militantes de izquierda ingresen al círculo… no vaya a ser que cualquier Lula o Nicolás Maduro se les infiltre
Necesitan “meritos” los poderosos para el oficio de perdonar y castigar, el imperialismo cuando bombardea pueblos lo hace con una concepción de meritos, los asesinados se lo merecían. Y en las colonias los resabiados también merecen la persecución y la cárcel, como otros se merecen la inclusión en los banquetes si bajan la cerviz, adulan o hacen sentir a rabiar los sonidos de estentóreos aplausos. El mérito no es una nivelación sino una diferenciación, un ejercicio de subordinación, una inequidad de derecha ultramontana. Lenin, líder de un partido profundamente intelectual, lanzó la consigna revolucionaria de cada cuatro obreros bolcheviques un solo intelectual en la representación y toma de decisiones. Nada saben, de estas conclusiones leninistas quienes nos gobiernan
Nicolás Maduro, una prueba de oro de la clase obrera, ya tiene el apoyo de su pueblo y de todos los pueblos el mundo. Los dirigentes obreros saben hacerlo bien, lo demostró Lula. Es simple, los obreros cultos y con conciencia de clase pueden manejar la fábrica, quien esto, no lo entiende, no es de izquierda y no ha comprendió que los intereses de las clases dominantes requieren del ejercicio de selección o meritocracia, para dominar desde cuerpos represivos simbólicos (en este caso) en los que, los subalternos deben aceptar a los sabios para que los gobiernen
La cruda verdad de Venezuela ¿o parodia?
Más info aquí:
http://internacomercio.wordpress.com/2013/03/11/la-cruda-verdad-del-gobierno-venezolano-parodia/
Naturalmente una reflexion de primer orden. Pero la aversión al inteligentualismo y la meritocracia no nos debe llevar a la aversión al conocimiento formal. Cuanto tiempo no le dedico el presidente chávez al problema de la corrupción. En la mayoría de los paises que han salido de ese flajelo esto ha pasado por establecer un estricto control meritocrático. El mejor funcionario es aquel con probados meritos de formación, experiencia y compromiso. A veces se asignan los cargos publicos por compromiso con las elites, por clientelismo, en detrimento de quienes tienen las cualidades idoneas para profesionalizar el ejercicio de la gestión publica. Y los meritos que realmente valen se ganan trabajando duro. Necesitamos médicos, no brujos ni rezanderos. Necesitamos profesores, no sólo cuenta chistes. Los retos de construir el socialismo Chavez mismo lo entendio fundando una nueva universidad popular. El reto esta en darle a esta las condiciones para generar una investigación popular, revolucionaria, participativa y de alta calidad.
Quienes aún creen que el poder solo se circunscribe a la politica formal estan muy equivocados. Los pueblos originarios de los Andes plantean por eso tres formas más de descolonización además de la del poder. La del saber, que esta en manos de la elite cultural con ancestros coloniales que3 ha utilizado en saber formal para reproducir su capital económico; La del ser, que establece los marcos de subordinación entre hombres y mujeres, niños y ancianos, gente de cerros y gente del valle, negros-indigenas y blancos, flacos y gordos etc. Camarada además esta la descolonización de la naturaleza, renunciar a la dependencia de la economía extractiva, cambiar de modelo, ser autosustentables, salvar nuestro planeta! Para todo eso necesitamos una revolución del conocimiento. He ahí la grandeza de Chávez en comprometerse con dotar al país de una infraestructura de ciencia y tecnología, para revitalizar la agricultura e industrializar el país. Pensar en grande, conviertiendo a Venezuela en un país potencia.
Para eso necesitamos el pensamiento, artes, cultura, levantar la cabeza, mirar al firmamento. Para pensar hay que interactuar, crear grupos de investigación, adelantar pesquisas, evaluar la calidad y cientificidad de los resultados. No resignarse a la embriaguéz del poder formal sino utilizarlo para descolonizar la sociedad. No es una tarea nada facil, menos cuando se limita el acceso a quienes vienen de cuna popular, los campesinos, los indigenas, nuestros obreros con experiencia práctica. Ninguna aversión por la meritocracia nos puede cegar nuestra ambición de elevar nuestras calidades. Para vivir bien. Eso para que sea significativo necesita ser gestado en socialismo, del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, en defensa de la sobernía sobre los conocimientos ancestrales y aquellos por descubrir y en estricto compromiso con el respeto a la madre tierra.
Todo eso requiere liderazgos, así como existen los liderazgos en un consejo comunal o de fabrica, o un comité de tierras, tambien necesitamos de los mismos en el mundo del conocimiento universitario. Necesitamos académicos comprometidos con la descolonizacion. Nosotros escojemos si mantenemos el sistema universitario como al momento, con universidades publicas para ricos como la Simón Bolívar o universidades publicas para pobres como la Bolivariana. Hay que ir mas allá de los enunciados. El pueblo ya tiene derecho a educación publica a todos los niveles, ahora se trata de elevar sus calidades, de darle un caracter dignificante. Incrementar el numero de profesores por clase, que baje a niveles por debajo de quince estudiantes por profesor en la primaria, y en la secundaria. Pero con profesores bien formados. No es un problema estético, ni de números, es un problema pedagógico, de priorodades para desarrollar la autoestima, sin caer en petulancias.
Cuba jamás habria logrado soportar medio siglo de bloqueo sin un pueblo bien educado, desarrollando ramales de conocimiento a nivel mundial en farmacología, medicina, adaptación de maquinarias, agricultura tropical, etc. Es mucho lo que podemos avanzar uniendo las dos naciones. Sin una autonomía científica y tecnica estamos llendo al suicidio todos. Al gobierno revolucionario le espera un gran reto el liderar una agresiva avanzada para estimular la innovación y el pensamiento crítico, ambos basados en una investigación seria y exaustiva de nuestras sociedades y nuestras realidades. De lo contrario estaremos a merced de las potencias tecnológicas, que como sabemos nos compran el petroloeo y nos venden tecnologías limpias. Esa inversion es imperativo romperla. Tardará muchos años. Empezemos ya!
Estimado amigo agradezco sus comentarios. No se trata en efecto de hacer apologia de la mediocridad sino de reconocer donde estan los meritos. Lo que expongo en el ensayo es la relacion entre politica y ciencia con el sentido utilitario del poder que ademas es simpre mediocre. El hecho practico es que nuestro gobierno confunde adhesion al poder con meritocracia y que en la sopciedad burguesa la seleccion se genera desde un Darwinismo social que exluye otras formas de saberes para simpore entenderselas con los “sabios” de la burguesia y de los sometidos al estado.
Por lo demas yo mismo tengo una trayectoria academcia amplia con tres maestrias y muchois post grados..prefiero simpre llamarme ciudadano y me firmo como ciudadano y por supuesto soy un excluido del poder…por otra parte pongo de relieve a Maduro Y Lula porque magnifican los otros meritos que la burguesia ni ve ni cuenta
1o. El conocimiento no es sólo aquél que nos viene de la cultura judeo-cristiana. Claro que la ciencia occidental, con todos sus logros ha aportado enormemente al progreso de la especie. También, sin embargo, la ha degradado. Sobre todo, ahora, atenta contra la subsistencia del homo sapiens. Y eso ocurre porque está al servicio del poder económico: el capitalismo, con todas las aberraciones de su decadencia. Por eso, la invocación a la tecnología debe manejarse con pinzas, pues esa tecnología, entre otras cosas, va de la mano con el extractivismo, tan defendido por el gobierno nacional. 2o. El conocimiento ancestral de los pueblos originarios debe rescatarse, profundizarse. Y no despreciarse con calificativos peyorativos. Ahora mismo, la práctica está demostrando que, por ejemplo, en el campo médico, los tratamientos naturales salvan vidas del cáncer, las mismas que son segadas con los tratamientos occidentales ortodoxos. Y, pasado a otro asunto, la propia meritocracia oficial se ve manchada, pues por mérito se entiende, muchas de las veces, la obsecuencia y el adulo. Lenini dijo algo adicional: El socialismo es: poder popular más electrificación. Actualizando, diríamos: poder popular más tecnología. Y esa tecnología se ve controlada, con el humanismo revolucionario. Lamentablemente, por acá, no se ve, para nada, el poder popular.