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¿REVOLUCIÓN? ¿QUIÉN DICE? por Sebastián Endara

¿REVOLUCIÓN? ¿QUIÉN DICE?

13 agosto, 2012

Sebastián Endara

Así reza un graffiti callejero, y como dice un amigo, es inspirador cuando las paredes hablan. Es que este pensamiento nos invita a reflexionar si realmente se está dando una revolución en nuestro país. Naturalmente habría que partir preguntando, ¿Qué se entiende por revolución? Nos parece que esta pregunta revela un hecho interesante; que en el horizonte político, la discusión se ha desplazado al lado izquierdo.

Esta cuestión en sí misma constituye un elemento crítico para el desarrollo de nuestro futuro, pues la forma de su resolución, determinará la vigencia o la supresión de intereses ligados a la justicia social. Sin embargo, que el debate se haya desplazado a la izquierda podría significar que o bien la derecha está asumiendo nuevas formas de combate a los discursos populares suscitados en su propia cancha, o bien la izquierda con sus intereses fundamentales y sus disputas fundacionales, está marcando la agenda de nuestra actividad política. Aclarar la disputa de sentidos dentro del significado de la REVOLUCIÓN, no es solo un ocioso ejercicio semiótico, pues visibiliza las tendencias -mayoritariamente ocultas o inconscientes-, de los diferentes actores sociales, que por ignorancia explícita o por mala fe, -quién sabe-, se dicen de izquierda, cuando en realidad, a la luz de sus prácticas, no lo son, lo cual introduce en este análisis, otra cuestión a responder, ¿qué es la izquierda en la actualidad?

A riesgo de equivocarnos, no podemos no intentar al menos una interpretación sesgada e inconclusa sobre la revolución, y lo único que se espera es que por lo menos se incite a reflexiones más profundas sobre el tema. Si revolución es entendida como la racionalización del Estado para que actúe positivistamente dentro de una lógica capitalista que le determina en sus prioridades y en sus metodologías, a pesar de su supuesta orientación social y su inclinación por los menos favorecidos, con el fin de ordenar jerárquicamente a la sociedad, la revolución no llega a ser sino un dispositivo para generar nuevas formas de acatamiento a un estado de cosas que en la práctica conllevan desigualdad, privilegio de unos cuantos, explotación del ser humano y de la naturaleza.

Nada más lejano al Buen Vivir. Por otro lado, si la revolución es entendida como la concreción de una situación de libertad e igualdad, la supresión de la desigualdad económica en la garantía firme de la diversidad, la gestión de lo público implicaría la creciente necesidad de la acción ciudadana comprometida, la democracia directa, el fomento de estructuras que no impliquen “privilegios” y más bien robustezcan la organización popular, la economía solidaria y la implementación ética y coherente con los principios que impulsan el cambio social.

 

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PENSAMIENTO CRÍTICO
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1 COMENTARIO

  1. Nada mal como un intento de iniciar una definición de “revolución”. Sería interesante que considere también el tratamiento que se debe dar a las fuentes macro de ingresos en el sistema económico, el problema de la distribución de la riqueza y no solo de la redistribución, la identificación de los verdaderos beneficiarios de las obras que también pueden ser utilizadas por los sectores poblacionales, etc., para comprender la orientación que necesariamente requiere ese sentimiento, más que palabra, de la revolución

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