Nos estamos acostumbrando a la sistemática y cotidiana muerte provocada por la violencia del Estado o por la violencia contra el ciudadano, esta banalización se está interiorizando en la conciencia colectiva, como conciencia pasiva que lo justifica o lo asume todo, hasta lo inverosímil, con susto y si no es así, lo asume con buena dosis de indiferencia.
Es evidente que los resultados del viaje presidencial son limitadísimos, no sobrepasan el plano de las intenciones, pues el petróleo sigue empeñado, los plazos e intereses de la deuda con China son los mismos que contrató el correísmo, no lograron atraer un solo centavo de los inversionistas y la apertura comercial está por verse.
Las contramarchas del Estado o del gobierno se forman desde el poder hegemónico. Las estructuras organizativas de las cuales dependen son las estatales. El Estado tiene un ejército de funcionarios. De ahí que bajo los lineamientos de la presidencia se puedan movilizar miles con la sola disposición del presidente. Son personas que dependen del salario y se movilizan con consentimiento o bajo amenazas. También engrosan estas filas la familia, amigos, el público de las redes clientelares, empresas públicas o privadas que apoyan a los gobiernos, además de la sociedad civil.
Nuestros medallistas olímpicos Jefferson, Richard, Neisi y Tamara tienen en común la lucha constante contra la miseria y las dificultades económicas, superada con disciplina, pasión y estrategias de vida dignas de emulación por jóvenes y adultos
La relación trabajo-capital, según Marx, está marcada por las variaciones en la composición orgánica de capital, según la cual: a mayor desarrollo del capital constante (medios de producción) mayor constricción del capital variable (fuerza de trabajo). En la medida en que el permanente y acelerado desarrollo tecnológico es algo inherente al capitalismo, la variación de la composición orgánica de capital siempre potencia al capital constante frente al debilitamiento del capital variable, lo que conduce a la sistemática y cada vez más ensanchada crisis de desempleo estructural.
Anteriores a la presencia inca, las culturas de las nacionalidades indígenas en Ecuador ya contaban con largos procesos de desarrollo. Aún ahora se pueden entrever ciertos códigos lingüísticos y culturales propios.
Este documento presenta un análisis desde el punto de vista económico, del proyecto de la Reforma al Código Orgánico Montetario y Financiero o la mal llamada “Ley para la Defensa de la Dolarización”, enviado por el actual gobierno a la Asamblea Nacional, con el carácter de económico urgente, considerado prioritario dentro del Acuerdo de Facilidad Ampliada suscrito con el Fondo Monetario Internacional, FMI, cuya aprobación por parte de la Asamblea constituye una condición que el país debe cumplir, previo al desembolso de una de las cuotas del préstamo concedido por dicha entidad.
El denominado “progresismo latinoamericano”, que se alimentó de algunas fracciones de los partidos de izquierda, pero también de corrientes populistas e incluso de políticos de derecha y empresarios que apuntan a un proyecto supuestamente innovador (que en teoría espera superar el neoliberalismo, o al menos desmarcarse de EE.UU. y abrir nuevos mercados en China y otros polos de desarrollo económico), se ha afincado de manera más clara sobre todo en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina, en cada país con su respectivo matiz.
El peor escenario para Rafael Correa y su delfín Andrés Arauz, así como para el banquero Guillermo Lasso, es tener que enfrentarse al candidato de Pachakutik, Yaku Pérez (o, a Xavier Hervas, si hubiera sido el caso) en segunda vuelta por la presidencia. Prepararon todo un tinglado mediático para hacernos creer, en base a dos exit poll, con conflicto de intereses, que la final sería entre Lasso y Arauz. Y hubo analistas políticos “serios” que se prestaron para ello.
Esa estructura psíquica que determina por quien voto -ejercicio de la esperanza- está condicionada y amenazada por lo que nos gusta llamar en el grupo de investigación y docencia que encabezo, el virus del AIDS MENTAL: Autoengaño, Ignorancia, Desmesura y Soberbia, cuatro componentes de nuestra alma que asechan constantemente nuestras decisiones. Por ello mismo, siempre recomendamos una vacuna diaria ante tal desvarío de la naturaleza humana, con el procedimiento TEERPHA.
La gestión de los seis grandes desastres naturales que ha debido afrontar el país en las últimas décadas, le ha costado aproximadamente 136.000 millones de dólares, una cifra extramadamente alta para una economía pequeña como la del Ecuador, ésta cifra es superior al PIB de 2019. Con ese dinero se habrían podido construir 747 hospitales públicos. La mala gestión de riesgos desde los Ejecutivos nacional, provincial y cantonales, a lo largo de nuestra historia, han dejado pérdidas humanas y económicas.
En general, es notable la poca cobertura en Ecuador, y especialmente antes de las elecciones, de los principales medios de comunicación sobre sus vecinos inmediatos. Colombia, por ejemplo, ha sido aniquilada en una de las guerras más sangrientas en la historia de la humanidad durante más de 65 años, como es bien sabido. Lo que es menos conocido es que esta guerra, que se ha reavivado desde la rescisión unilateral del acuerdo de protección por parte del gobierno de Ivan Duque en agosto de 2018, está claramente relacionada con el modelo de desarrollo que los terratenientes conservadores, las élites empresariales y los políticos mafiosos están impulsando bajo la consigna de, supuestamente, no tener alternativa.
Entre el 2015 y 2018, la Fiscalía reportó un aproximado de 42.953 personas como desaparecidas . Esta cifra equivale a la población total de cantones como Naranjito, Baba, Tosagua, Pedro Moncayo o Santiago de Píllaro. Hay tanta gente desaparecida en Ecuador como la población de una de las ciudades señaladas.
El 2020 mostró de lo que son capaces las élites empresariales para mantener sus privilegios, depredando las vidas de miles de personas sin límite alguno. La reconfiguración de un régimen de desigualdades, que antecede a este año se implementó, se institucionalizó y legitimó a través de la captura de las decisiones públicas: la verdadera pandemia. Dicho proceso involucra a una serie de actores, prácticas y redes que constituyen el “neoliberalismo a la ecuatoriana”.
La larga tradición del muralismo latinoamericano renueva su fuerza en distintos rincones de Quito. Y lo hace, como tantas otras veces, en momentos en que la agitación social y las injusticias reclaman una expresión directa y accesible. Según ha escrito Jacques Rancière, en tales circunstancias las imágenes del arte contribuyen “a diseñar configuraciones nuevas de lo visible, de lo decible y de lo pensable y, por eso mismo, un paisaje nuevo de lo posible”.