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viernes, mayo 3, 2024

YACHAY: ¿DE CIUDAD DEL CONOCIMIENTO A CIUDAD CHARTER? Por Aurora Donoso

Yachay, la “ciudad del conocimiento”, ha sido anunciada por el Presidente Correa como el proyecto más importante de la historia del Ecuador; sin embargo el Dr. Arturo Villavicencio[1], ex Rector del IAEN, la califica como una ficción absurda y peligrosa.

 

 ¿Qué es Yachay para el gobierno?

 “Consolidar la primera ciudad planificada del país, como un ecosistema de negocios de alta tecnología donde convive armónicamente una universidad de clase mundial, institutos públicos y privados de investigación y desarrollo tecnológico y empresas de base tecnológica que generan el cambio de la matriz productiva del Ecuador.”[2]    

Con una franqueza y sencillez que en estas épocas resulta casi extraña,  Arturo Villavicencio, aunque reconoce que hay muy poca información sobre Yachay, ha analizado este proyecto. “La idea de Yachay es que creando una universidad o centros de investigación de altísima tecnología, nosotros vamos a ser capaces de descubrir las riquezas ocultas de nuestra Amazonía o de nuestra biodiversidad y que eso lo podemos transformar, comercializar, de esta forma nos va a llevar a una economía post extractivista.  A Yachay están esperando que vengan empresas internacionales”.  

 Una de las expectativas en el proyecto Yachay es el de las ganancias por la producción de fármacos, pues hablan de grandes laboratorios farmacéuticos que se instalarían allí, sin embargo Villavicencio advierte que en el mejor de los casos, si se descubre alguna medicina puede pasar entre diez a quince años hasta que ésta sea rentable, y recalca además que “vivimos en un mundo en donde todo el negocio farmacéutico está cartelizado”.

 En cuanto a las tecnologías que se proponen desarrollar en Yachay, el académico enfatiza que “hay una visión un poco idílica en todo eso, porque se cree que estas tecnologías van a ser la solución a los problemas para la humanidad”.  Hace referencia a una cita de Yachay sobre la nanotecnología que la califica como cómica pues no encuentra relación de cómo la nanotecnología va a solucionar los problemas de escasez de vivienda, de falta de agua potable, del hambre.

 “El desarrollo de la nanotecnología podría resolver problemas en los países más pobres del mundo tan importantes como enfermedades, hambre, falta de agua potable y falta de casas [sic]. Está orientada a la microelectrónica, la informática, las comunicaciones, la logística militar [sic], la salud humana y animal y el medio ambiente” (Yachay, 2013).

 Arturo Villavicencio cree que hay que hacer tecnología, pero una tecnología que responda a las necesidades del país.  Propone que, en vez hacer una gran inversión en Yachay, 500 millones de dólares para este año, en un proyecto al que no le encuentra sentido, sería mejor fortalecer los centros de investigación de las Universidades Católica, de Loja, de la Escuela Politécnica del Litoral; para trabajar sobre problemas concretos del país.

 Varias veces el Presidente Correa le pidió encargarse del proyecto Yachay, “a mi me interesa la ciencia, tecnología y sociedad, sobre todo;  pero la primera pregunta que yo tenía era si se podía cambiar el enfoque de este proyecto.  Yo siempre pensé en una sistema de red:  fortalecer nuestras universidades, que estén interactuando con el gobierno y con las empresas nacionales e internacionales. Y me dijeron que no hay como, que esa era la idea del presidente.”

Durante su paso por el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior y el Instituto de Altos Estudios Nacionales, Villavicencio buscaba abrir espacios de debate sobre estos temas fundamentales para el país, pero no tuvo respaldo.  Tal vez por eso, insiste por todos los medios a su alcance, sobre la necesidad de promover estos debates, compartir opiniones y propuestas, entregar toda la información disponible y pedir que se la difunda ampliamente. [3]

 ¿De dónde nacen estas iniciativas “innovadoras”?

 Arturo Villavicencio advierte que el proyecto universitario de la revolución ciudadana va hacia el capitalismo académico.  Este es un modelo de las universidades que nace en los EEUU; esa visión funcional y útil del conocimiento: la universidad de las patentes, de los descubrimientos, de las invenciones con fines netamente comerciales”. 

 Resalta que los promotores de Yachay siempre ponen como ejemplo a Silicon Valley, un complejo tecnológico-industrial en California; también a Ruta 128, a lo largo de la cual se ubican industrias tecnológicas en Boston.  Así también, en la página web de Yachay se refiere a las universidades de Stanford y California como un ejemplo a imitar[4] y “la Incheon Free Economic  Zone – IFEZ – de Corea del Sur es el modelo para la construcción y desarrollo del polo científico-tecnológico en Urcuqui, Ibarra”[5].  Hay pasos concretos que vinculan Incheon con Yachay como lo demuestra el hecho de que los coreanos de IFEZ son los encargados de elaborar el plan maestro de la “ciudad del conocimiento”.

Frente a estos modelos y conociendo la realidad ecuatoriana: ¿qué papel cumpliría Yachay dentro del campo tecnológico? “Lo que me parece es que este proyecto es totalmente inviable”  dice Villavicencio. “Si es que eso llega a darse, lo que tendríamos es una suerte de ‘maquila tecnológica’ ; es decir un enclave aislado del resto del sector productivo, del resto de la sociedad, sin mayores encadenamientos productivos.  Un grupo de empresas desconectadas, que estarían en una zona económica especial, que ya está creada, que se van a beneficiar de ventajas fiscales y subvenciones; un sector mínimo de la economía vinculado a la globalización”.

 Efectivamente en el Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones, que fue aprobado en tiempo récord y sin debate, en diciembre del 2010, se establecen las “…Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDE) , como un destino aduanero, en espacios delimitados  del territorio nacional, para que se asienten nuevas inversiones..”, (TITULO IV,  Zonas Especiales de Desarrollo Económico)

Según una entrevista de la Agencia Andes, René Ramírez del Senecyt menciona que “la visión del gobierno es que Yachay genere una zona de desarrollo económico especial donde las reglas estén claras y que la inversión pública y privada sepa a qué debe atenerse”.[6]

 Finalmente, y con mucha preocupación, Arturo Villavicencio alerta que “detrás de todo esto podría haber algo más peligroso: las ciudades charter. Explica que estas ciudades son promovidas por un economista norteamericano Paul Romer[7], quién plantea que el crecimiento está dado por el conocimiento y propone como solución para los países en desarrollo las ciudades charter.  Esta iniciativa supone ceder una parte del territorio de un país a una gran empresa, patrocinada por empresas multinacionales y algún gobierno, para que éstas lo administren, con una ley propia que garantice la inversión extranjera, el ejemplo modelo es Hong Kong.  Indica que en Honduras hay grandes proyectos de ciudades charter que ya se están implementando. 

 Efectivamente en información encontrada en internet sobre las llamadas ciudades modelo en Honduras, éstas estarían ubicadas en tres Regiones Especiales de Desarrollo (RED) y han generado ya graves conflictos internos relacionados con la defensa de la soberanía territorial y con las poblaciones ancestrales que ocupan el territorio en donde se establecerían.  En el link de BBC Mundo se menciona que hasta septiembre 2012  “Honduras ha recibido US$4 millones de Corea del Sur para los trabajos iniciales de la primera ciudad modelo.  Se espera una inversión adicional de US$15 millones para la infraestructura básica…”[8].  Vale mencionar que la ciudad de Songdo en donde funciona Incheon, es también un distrito empresarial autónomo[9].  ¿No son éstas muchas coincidencias?

 


[1]              El Dr. Arturo Villavicencio es doctor en Economía Energética en la Universidad de Grenoble en Francia.  Recibió el Premio Nobel de la Paz en el año 2007 como parte del Equipo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.  En Ecuador presidió el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior – CONEA y fue Rector del Instituto de Altos Estudios Nacionales IAEN.  Actualmente es docente investigador de la Universidad Andina Simón Bolívar.

[3]              Arturo Villavicencio acaba de difundir su documento de análisis y cuestionamiento sobre la situación de las políticas de educación superior en el país. “¿HACIA DONDE VA EL PROYECTO UNIVERSITARIO DE LA REVOLUCION CIUDADANA?” Abril 2013.

[4]              www.yachay.ec/universidad-de-investigacion-cientifico-experimental/

[5]              www.yachay.ec/ciudadyachay/socios/

[6]              http://andes.info.ec/2009-2011.php/?p=123820

[9]              http://es.wikipedia.org/wiki/Ciudad_ch%C3%A1rter

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3 COMENTARIOS

  1. Otra cosa que debe tomarse en cuenta es que los ejemplos en que se modela Yachay no funcionan así, no se originaron, en la gran mayoría de casos, de ciudades o aglomeraciones creadas desde cero y por diseño.

    La teoría en que se basa Yachay es la de “cluster economies” o economías de aglomeración. Esta rama de la economía estudia cómo el aumento dramático de la productividad en ciertas regiones se da por interdependencias a nivel local: encadenamientos productivos, redes de confianza, circulación de conocimiento, branding (denominación de origen), etc., etc.

    El caso de estudio clásico aquí es la región del Veneto, en Italia. Habiendo sido una región agrícola, a partir de los ochentas se industrializó, orientando su economía a la exportación. Benetton es emblemática de este modelo: no era una fábrica centralizada, sino que dependía de cientos de pequeños proveedores, incluso de industrias familiares, y dentro de estas redes circulaba la confianza, el crédito y el conocimiento.

    Otros ejemplos se dan en áreas más tecnológicas: cientos de empresas pequeñas y medianas forman redes con centros de producción de conocimiento. El paradigma es Sylicon Valley, en San Francisco, pero este modelo es promovido alrededor del mundo a travez del fomento de microempresas geográfica y socialmente próximas a universidades líderes en tecnología: la región de Boston; la Ruta 128, en Massachusetts; New York/New Jersey; Seattle; Sao Paulo, Brasil; Touluouse, Francia; Hsinchu, Taiwan; Silicon Fen, en Cambridge, UK; Bangalore, en India; Hilversum en Holanda o Copenhague en Dinamarca.

    ¿Y qué nos dice la teoría de clusters, es decir, el estudio de estos casos y de otros más o menos exitosos? Que justo lo que se está haciendo en Yachay es lo menos indicado.

    Los casos exitosos mayormente son en los que el fomento -y no el diseño desde cero- ha sido el camino seguido. Los clusters se forman al rededor de centros de conocimiento de excelencia ya existentes y próximos a ciudades más o menos pequeñas pero vibrantes cultural, económica y demográficamente (la migración juega un papel importante).

    De acuerdo con la teoría, lo más indicado hubiera sido fomentar un cluster al rededor de Cuenca, por ejemplo, o de Loja, donde hay universidades con una tradición más o menos arraigada y una infraestructura prexistente, de la que puedan hacer uso los emprendimientos y las personas ligados a ellos.

    Yachay nace de la nada y no está ligado a nada, con el agravante de que urbaniza tierras con vocación agrícola. Ojalá salga bien, a pesar de que la experiencia de sus modelos indica que los derroteros seguidos no son los más apropiados, y no termine siendo un esperpento parecido a la ciudad de la Mitad del Mundo.

  2. Uno de los riesgos mayores que transcurren en nuestra latinoamérica de hoy, es el poder en manos de exponentes de la pequeño-burguesía, (profesional y/o intelectual), disfrazados de “izquierda socialista”. Siempre, la proyección estratégica de su ideología tienen caminos ajenos al desarrollo de lo social, enmascarando hipócritamente la falta de participación popular manipulando la prensa demagógicamente. Resulta la clase social mas perversa, por trepa y traidora a los intereses del cuerpo social a su cargo, dado que no pueden salirse de la educastracion recibida de los Sistemas creados y consolidados por el capitalismo globalizado.

  3. Si de lo que se trata es de usar las neuronas para generar bienestar individual y social, todo el territorio nacional podría pasar a ser un Yachay, de incentivar a la población para que presenten por escrito o de forma verbal los requeridos asuntos novedosos, productivos, soluciones, etc., resultado que sería difundido, adaptado para los diferentes medios de comunicación.

    De la inversión en talento humano, permanentemente surgiría ideas, propuestas e interesantes novedades compatibles con el Sumaw Kausay, tal el caso de la factibilidad de organizar unas olimpiadas mundiales en disciplinas como: nuevas fuentes de trabajo, salud, teorías, ciencia, cómicos, anticorrupción, etc.

    Una acción con grandes repercusiones como es la posibilidad de pasar a ser un país potencia, potencia en ideas, propuestas, soluciones, etc., temas propuestos por la comunidad nacional y mundial y no requiere de genios ni de enormes sumas de dinero, cualidad de la aplicación práctica de la energía libre del talento humano.

    Cualquier país puede liderar esta entrega de avanzada, una situación que estimo debe darse, más que por supervivencia, por bienestar humano y social.
    Cordiales saludos,

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