Por Gerard Coffey y Ela Zambrano
Quito, 19 de octubre de 2020.- Un año después del estallido, La Línea de Fuego conversó con el pensador Alejandro Moreno sobre las significaciones de octubre de 2019 en contraposición con la agenda neoliberal del gobierno de Lenín Moreno, la pandemia y las repercusiones que se expresan en la papeleta electoral.
Alejandro Moreano es uno de los mayores exponentes de la tradición crítica ecuatoriana. Infatigable pensador en torno a la historia política y cultural del país, la emergencia de la modernidad, la idea de emancipación y la crítica al poder, la creación literaria en Ecuador y América Latina.
Alejandro, a un año exacto del estallido de 2019, ¿Sigues considerando que Octubre fue un rechazo al neoliberalismo?
Tiene muchas facetas lo de Octubre, creo que hay que hacer la metáfora de la gota que derramó el vaso. En la historia social del siglo XX vas a encontrar que el Mayo de 1969 en Francia se inició porque las autoridades universitarias decidieron separar en diferentes edificios a los internos hombres y mujeres. Una situación como esa encendió la chispa y generó una huelga general gigantesca.
En Chile, el motivo es pequeño para los meses de protesta, acá fue más importante porque era un alza que iba a perjudicar al pueblo ecuatoriano, esos motivos –que parecen pequeños– provocan estallidos que no tienen una dirección política concentrada o no se expresan en una fuerza política, eso hace que terminen perdiéndose un poco. Finalmente, todos estos procesos en Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia –con el “paro no para”–, no detuvieron al neoliberalismo. Creo que a escala mundial el neoliberalismo, en la pandemia, va a reconstituir sus fuerzas con una notita al margen de que se va a preocupar por la salud. La política del capital no va a cambiar si no hay una rebelión generalizada a escala mundial.
En el caso del Ecuador, en seis meses de pandemia, se dio una consolidación drástica y violenta del neoliberalismo. Es tal la agenda neoliberal que ahora tenemos como ministro de Economía a Mauricio Pozo, la expresión máxima de la política de las corporaciones, de la embajada yanqui.
¿Cómo se engarza esta consolidación del neoliberalismo en América Latina con la disputa geopolítica entre EE.UU. y China?
Es un problema terriblemente complejo. Evidentemente China gobierna con un capitalismo de Estado, mientras los sectores de extrema derecha se están refugiando en viejos nacionalismos con tintes fascistas, de alguna manera. Las empresas globalizadoras se están identificando con China que representa lo que los EE.UU. simbolizaba después de la segunda guerra mundial, es decir lo más avanzado del capitalismo mundial. El imperialismo yanqui ha derivado en formas coloniales y semicoloniales, China es la potencia neocolonial. Un cambio de hegemonía genera tensiones siempre muy grandes.
A mí me parece que hay un recrudecimiento de la influencia de EE.UU. en América Latina. No quieren dejar que los gobiernos socialdemócratas sigan en la región porque le estan dando el mercado a los chinos y los EE.UU. están determinados en no permitir eso.
Es evidente que EE.UU. ha consolidado las relaciones de una manera violenta, lo de Bolivia es un claro ejemplo. Las políticas de Bolsonario, Duque, Moreno, Añez apuntan hacia allá. En medio de esto, todos dicen que si gana Joe Biden, el único cambio será con Cuba, pero mantendrá la misma política frente a los demás procesos. El conflicto entre Trump y Biden no importa, más peso tiene quien comanda los intereses de los EE.UU. en su política exterior. A los EE.UU. ya no les interesa ser simpáticos, hacer bien las cosas, están interesados en gobernar por el miedo, por la violencia. Chomsky inclusive habla de una eventual guerra civil en los EE.UU., –aunque parece absurdo. La situación mundial es alarmante.
Lo interesante es que con esta pandemia el neoliberalismo se ha desprestigiado a escala mundial, la condena a la privatización de los servicios de salud es evidente. De ahí creer que va a surgir una conciencia, es una locura.
¿A los de a pie, qué opciones nos quedan para la resistencia?
Una cosa que está permitiendo la reacción es que el contagio de covid_19 al aire libre es menor. Guardando la distancia física, están creciendo las protestas. No de la magnitud de Octubre del año pasado, pero la resistencia va a volver a expresarse. El problema es la dirección política de eso. Las comunas y las organizaciones barriales han crecido en peso y en significación, va a ser inevitable que se desarrollen y vayan encontrando su cause, van a ser un confluente importante de este proceso.
La presencia de los jóvenes es súper importante en las manifestaciones
Una de las cosas interesantes es que en estos años ha crecido el nivel de matriculación escolar, pero esos jóvenes que salen del bachillerato y la universidad al mundo laboral no encuentran trabajo, eso explica su presencia con tanta fuerza y violencia.
Los movimientos feministas y de trabajadores también están presentes…
La lucha de las mujeres es mundial es otro elemento que confluyó en ese proceso, aunque ahora por todas las dificultades que supone la pandemia se ve disminuido, pero está presente. Los trabajadores han aumentado en el mundo, no es cierto que el proletariado se acabó. China y la India tienen mil millones de trabajadores. La lucha de los trabajadores ha crecido. Las huelgas más grandes de los trabajadores se registran ahora en la India.
Estos movimientos a simple vista parecen atomizados, ¿es posible que puedan hacer que sus agendas confluyan para obligar a los gobernantes a conversar?
El problema es la izquierda, me angustia un poco que no se ve posibilidades de unificación de la izquierda a escala internacional. Los procesos siempre empiezan así, aislados, fragmentarios y se van modificando en el camino, habrá que ver qué pasa en las elecciones en Bolivia, con la constituyente en Chile, con las elecciones acá en el Ecuador, qué expectativas políticas se abren con esos procesos.
¿El movimiento indígena podría jugar ese papel de articulador?
De hecho lo jugó en Octubre. Lo significativo de Octubre de hace un año fue que el movimiento indígena movilizó a las fuerzas de otros sectores: en la Costa, por ejemplo, eran increíbles los gritos: “Quito aguanta, Manta se levanta”, “Quito aguanta, Esmeraldas se levanta”, se extendieron por todo el país, y se modificaron significativamente, el Ecuador plurinacional se evidenció en el paro de Octubre.
Lamentablemente, yo sí creo que hubo confusión en el proceso ¡Pudo haber confluido en el derrocamiento de Moreno! Debieron llevar a un levantamiento social mucho más grande, una cosa que no hizo el movimiento indígena, que no hizo la movilización, fue convocar una movilización nacional.
En Chile lo hicieron y se reunieron dos millones de personas en la plaza Italia, aquí habrían confluido unas 300 o 400 mil personas en Quito. Yo creo que en la dirección del movimiento no estableció puentes con el conjunto de la sociedad, con el movimiento de los trabajadores que está muy débil en el caso del Ecuador.
Dices que no hubo una gran la articulación nacional, pero ¿es culpa del movimiento indígena o culpa de un racismo que todavía existe en grandes sectores que no están dispuestos a aceptar el liderazgo de los indios?
Yo creo que si analizas el desarrollo de este país, te darás cuenta del enorme cambio que se produjo Octubre, frente al racismo, al rechazo o a la distancia de otros sectores respecto al movimiento indígena; en Octubre se rompieron mucho esas barreras, se sumaron amplios sectores a la lucha. Sé que el movimiento indígena estaba medio desconcertado en el proceso, sin saber mucho que salida dar, hasta que encontraron la opción de negociar con el Gobierno públicamente, fue una acción inteligente.
Lo que ocurrió en Chile después nos plantea cosas más amplias, yo creo que el racismo se ha fortalecido en ciertos sectores en el Ecuador, pero se ha debilitado en otros. La extrema violencia racista se exacerbó en algunas tendencias, personas, o reuniones que hacían en el norte de Quito o Guayaquil para ponerle las plumas al dirigente indígena. No obstante, creo que en el conjunto del país se modificó enormemente y eso se verá en la candidatura de Yaku Pérez, va a tener un 15% o 20% del total de la votación.
Entonces, si hay una modificación sustancial del reconocimiento de la gente al movimiento indígena, eso se expresó en levantamientos parciales en todo el país, se pudo centrar en una gran marcha nacional, pero ya no ocurrió.
El movimiento indígena debió llevar a un levantamiento social mucho más grande, una cosa que no hizo el movimiento indígena, que no hizo la movilización, fue convocar a una movilización nacional.
–Alejandro Moreano
¿Las elecciones restan la urgencia que mucha gente sintió para ir a la calle y gritar, es decir, canaliza de alguna manera el descontento? ¿Crees que esa presión social sigue siendo un diablo en botella esperando ser liberado?
Yo he percibido que hay una movilización más allá de la cuestión electoral con los trabajadores que han sido despedidos, con los estudiantes universitarios que se sienten golpeados ferozmente, con los profesores universitarios que están perdiendo sus plazas de trabajo, hay una serie de luchas parciales que se han ido desarrollando y se están manifestando, no sé si esto traiga más fuerza sobre la cuestión electoral habría que ver.
En realidad es ver si en el contexto electoral habría posibilidades de una explosión parecida a lo que vimos en Octubre Rojo o si lo electoral le va a quitar algo de fuerza
Difícil respuesta, yo esperaría que no pero es posible que le quite fuerza, sobre todo porque la conducción de Pachakutik es medio lamentable o sea Pachakutik actúa por su lado y ha dejado abandonada a la Conaie, pienso que Leonidas Iza era una figura más significativa en el sentido de aglutinar a las fuerzas populares. De todas maneras, Yaku Pérez es lo más avanzado de la papeleta electoral y hay que apoyar a lo más avanzado. Si hubieramos tenido una candidatura indígena como la de Luis Macas, tendríamos un liderazgo mucho más profundo y más coherente con el movimiento indígena.
Siento que ahora mismo el movimiento indígena está lleno de contradicciones, cómo se entiende que Luis Macas, líder indígena histórico, haya participado junto a Trujillo en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio. La misma Diana Atamaint, ex asambleísta por Pachakutik, en el Consejo Nacional Electoral. ¿Con quién están?
Me parece que el Lucho Macas ha tenido una trayectoria brillante, cometió un error al entrar en ese consejo con Julio César Trujillo, pero su liderazgo en las movilizaciones de Octubre fue fundamental, permitió resolver pugnas internas, completamente integrado a la Conaie. La carrera global de Luis Macas se mantiene en su gran intensidad. Pero claro sí hay que pensar en otras figuras como Salvador Quispe, Lourdes Tibán, y los asambleísta de ahora de Pachakutik que inclusive votaron contra el derecho al aborto. Es evidente que en un movimiento de tal magnitud habrán estas situaciones permanentemente, por eso es necesario armar una estructura de base poderosa.
Alejandro, al movimiento indígena le critican mucho la negociación que hizo con Moreno, que pusieron fin a una gran movilización y no consiguieron nada.
La negociación en sí era discutible, ahora los dirigentes indígenas dicen que el derrocamiento de Moreno tampoco resolvía los problemas, son opiniones distintas. En la negociación, Leonidas Iza lo hizo muy bien, el movimiento indígena logró derrotar la medida y esa fue su victoria, pero no se logró un programa político. Yo pienso que con el derrocamiento de Moreno hubiéramos tenido condiciones para un proceso de base mucho más extendido en el país.
Por eso un levantamiento de esa envergadura ahora es muy poco probable, simplemente porque vamos a tener, en pocos meses, un nuevo Presidente, sea quien sea.
El problema es que el Gobierno de Moreno ha significado la traición más abyecta contra el pueblo, más espantosa, más vergonzosa, el peor gobierno de la historia como le dicen algunos. No sé si hemos sido testigos del viraje de un cobarde o un traidor o un agente encubierto porque traicionar tanto a lo que él mismo opinaba, lo de Assange ha sido una de las cosas más miserables que pudo haberse realizado.
Ahora yo sí creo que el correísmo es terrible pero el anticorreísmo también. El anticorreísmo ha sido manejado tan hábilmente por la derecha para provocar reacciones absurdas como el apoyo a la consulta de Moreno (4 de febrero de 2018). El anticorreísmo es tan ciego que acabaron de acusarme de correísta simplemente porque yo le dije a un tipo que no se podía culpar a Correa de la traición de Moreno, porque evidentemente fue un viraje tenaz.
El anticorreísmo ha sido manejado con gran habilidad para impedir un proceso conjunto, la acusación a Correa de infiltrado en el levantamiento indígena también tenía esa intención. Es tiempo de que las cosas maduren y vayan por otro camino.
¿En un supuesto escenario de una segunda vuelta de Lasso – Arauz, o Lasso –Yaku que deberían hacer los movimientos progresistas y de izquierda?
Yo tengo una tesis y es que hay que estar con lo que está más hacia la izquierda del proceso.
¿El voto será contra Lasso?
Indudablemente el voto será contra Lasso, un triunfo de Lasso sería terrible, porque entraría con mucha fuerza, además ha logrado unificar a la derecha. Hoy día la candidatura de Lasso es una de las más fuertes que ha tenido la derecha en la historia de este país, significaría un retroceso brutal en muchos derechos, aunque me dicen que Isidro Romero está creciendo.
Isidro Romero tiene un trabajo de base súper fuerte, podría sorprender como lo hizo Jorge Yunda.
Que sería peor que Lasso, porque Lasso está muy desprestigiado, en cambio este Isidro Romero sería el triunfo de la derecha con apoyo popular.
Una especie de Bucaram…
Bucaram en gran medida ganó por el Barcelona. Hay que tener esperanza, me lamento por muchas cosas que ocurren, pero yo sí soy de los que creen que la humanidad va a buscar lo mejor para sí en su perspectiva vital. Tengo confianza en las grandes luchas que la humanidad ha desarrollado, han sido extraordinarias, hay que pensar que tenemos que seguir avanzando.
“El anticorreísmo ha sido manejado con gran habilidad para impedir un proceso conjunto, la acusación a Correa de infiltrado en el levantamiento indígena también tenía esa intención. Es tiempo de que las cosas maduren y vayan por otro camino”.
–Alejandro Moreano
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