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jueves, mayo 2, 2024

VERDE CONTRA ROJO. por Tomas Rodríguez león

 
Fruta que madura verde, se pone amarga y se pierde
Refrán español

 

Cuando en 1963 Manuel Agustín Aguirre y Telmo Hidalgo forman el Partido Socialista Revolucionario (PSRE) y responden así a la derechización del partido socialista, su preocupación no es legal sino ideológica. Jamás  se inscribió al PSRE como fuerza legal,  no obstante, el PSRE será un referente de acción revolucionaria para la juventud y cuando anciano, Manuel Agustín será autoridad para la JSRE  y para toda  la juvenil  izquierda revolucionaria.

 
EL MIR  en sus  cuatro décadas nunca pensó en legalizarse para existir como organización revolucionaria  propulsora del pensamiento marxista, y cuando hoy cuatro bandidos expulsados hace 30 años pretenden darle un contenido  de legalidad y subordinación al poder,  eso no es existencia sino muerte. La legalidad para los revolucionarios puede significar limitaciones, es un juego en cancha ajena y nunca es garantía de existencia.
 
Cuando se pretende eliminar a la que fuera la principal fuerza legal de izquierda, la real intención es deslegitimar a la izquierda y secuestrar el imaginario de la revolución desde una visión falsa y monopólica. Ya se quiso hundir a la izquierda legal en el tema de las firmas de reinscripción y  ahora sin fuerza ni pretexto contra un Pachakutik fortalecido electoralmente, los  odios legalistas  apuntan contra el MPD. El calculo del gobierno se estrella. Este partido tiene mas militancia que cualquier otro, tiene con que  resistir, o reinscribirse con otra denominación o con la misma y es seguro que jamás  sucumbirá  a las ganas de quienes quisieran verlo  sin vida.
 
El fastidio contra el MPD fue fundacional en la  llamada revolución ciudadana, hecho poco advertido por la dirigencia del partido que  decidió de entrada  apoyar con lealtad y  el suceso o proceso que les es hoy malhadado. Basta recordar los discursos contra los tirapiedras y las advertencias contra las movilizaciones de los maestros para comprender que el MPD y la UNE siempre estuvieron en la mira. Ha sido un odio activo y con saña. La prisión contra Marcelo Rivera, la prisión de los chicos de Luluncoto, el encarcelamiento a los estudiantes del técnico, a los militantes de Cotopaxi o la rabiosa persecución a Mery Zamora, presentan un cuadro perverso que supera en mucho a la acción de la derecha vieja y sus gobiernos.
 
Hay que decirlo, la represión al MPD no se reduce a una emocional conducta del gobierno, es parte de una metodología del poder con dos perspectivas: la una, reposicionar monopilicamente a una “nueva izquierda oficial”, y por ello es urgente además reprimir o dividir al Pachakutik, y la otra, consolidar el eje desmovilizador con una estrategia antisubversiva en los mismos términos de la guerra de baja intensidad, reactualizando la tesis de  sabotaje y terrorismo para referirse a la izquierda. El MPD asimilando desde su experiencia un comportamiento democrático a elegido la inmolación y el martirio con valentía, no ha corrido ni se ha acomodado al exilio y dando la cara a la represión a ingresado cantando consignas revolucionarias a las mazmorras del estado.
 
Imperativa es la autocritica en la izquierda en general, y en el MPD PCMLE  en particular, para que la  resistencia dé paso a la iniciativa de flujo. La falta de un discurso democrático y plural con una práctica que lo soporte, es algo que debe sopesarse. El vanguardismo que alejo su espacio al de otros sectores de izquierda también, Cuando se  cuestiona la falta de democracia es de reflexionar como la izquierda ha manejado las  discrepancias internas y en sus organizaciones.
 
Otro elemento a considerar es la pérdida de juventud en las aspiraciones. Aflora ya una apariencia más política y  menos revolucionaria, cosa de viejos.  Con la caída del muro de Berlín, la izquierda no ha podido contrarrestar el discurso de que la revolución y el comunismo son cosas viejas y del pasado. Siendo la convivencia y la libertad sentires de la juventud, tanto como la política formal y el poder  mañas de dominación,  muchos  cuadros revolucionarios sucumbieron a su cronología vital e hicieron que sus partidos  dejen de luchar contra el poder y luchen por ser  poder, dejando en el olvido el tema  de la libertad. Un factor poco alentador en la juventud, siempre  de esencia libertaria, anti autoritaria y acrática.
 
Si el MPD se extingue por obra y gracia del nuevo anticomunismo gobernante, que la izquierda abomine al poder con una nueva oferta, mas amplia, mas libre y que las generaciones de militantes enriquecidos con la experiencia de un partido movilizador y democrático encabecen un nuevo momento de acción legal, semi legal o clandestino. Y si el MPD sobrevive que este sea, mas popular, mas popular , mas democrático y mas movimiento.
lalineadefuego
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PENSAMIENTO CRÍTICO
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