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sábado, abril 27, 2024

Capitalismo covid-19

Por Jaime Chuchuca Serrano*

El coronavirus, como enfermedad de control político y terror mundial, puede ser cotejado con padecimientos de mortalidad mayor y que pasan desapercibidas por la normalización y el silencio gubernamental.

Al año hay una media de 220 millones de infectados por malaria (paludismo), las muertes pueden ir de medio millón a 1 millón 200 mil personas. Lo contradictorio es que ya existe vacuna, al igual que para el dengue (700 mil muertes anuales) y aun así la voluntad política duerme plácidamente. Los principales países afectados son tropicales y subtropicales, sobre todo niños, como en África.

La tuberculosis es una de las principales causas de mortandad en el mundo. En 2018 se contagiaron 10 millones y fallecieron 1,5 millones. Para esta enfermedad hay tratamiento y vacuna. Es una enfermedad que se podría solucionar desde la administración pública, como lo han demostrado muchos países.

El cólera causado por el bacilo vibrio cholerae es denominado como la enfermedad de la pobreza, porque depende de la higiene y el suministro de agua potable. Al año se estiman 112 mil defunciones.

Los fallecimientos por enfermedades de transmisión sexual son de severidad social: la sífilis congénita causa 200.000 muertes fetales y de recién nacidos, el HIV 800 mil muertes al año.

La mayoría de estas enfermedades afectan sobre todo a los países tercermundistas, a geografías empobrecidas. El coronavirus inició en la fábrica del mundo: China, continuó por Europa y EE.UU. y llegó al Tercer Mundo. La élite se vio en peligro. Las redes mediáticas aprovecharon el sensacionalismo y los gobiernos el terror político. Los pueblos piden la condonación de las deudas y la inversión en la red de salud global colapsada para sobrevivir frente al covid-19.

El coronavirus empezó en los imperios y pone en apuros las relaciones sociales que sirven de base al capitalismo. El aislamiento quiebra los excedentes y ganancias, lo que atenta el ciclo de la plusvalía. No creo que aquí termine la historia del capital, pero sí nos orienta a mirar otros mundos posibles.

En las redes sociales se postean las primeras imágenes del regreso de los cisnes y peces a las aguas cristalinas de Venecia tras una semana de confinamiento.

“El coronavirus empezó en los imperios y pone en apuros las relaciones sociales que sirven de base al capitalismo. El aislamiento quiebra los excedentes y ganancias, lo que atenta el ciclo de la plusvalía. No creo que aquí termine la historia del capital, pero sí nos orienta a mirar otros mundos posibles”.


*Abogado, licenciado en Filosofía y magíster en Sociología. Actualmente, docente de la Universidad de Cuenca. 


La Línea de FuegoFotografía: @VeneziaPulita

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1 COMENTARIO

  1. Esta pandemia es un entrenamiento a los gobiernos autoritarios de todo el mundo, deberían mas bién hacer pruebas masivas a todos y pruebas obligatorias al personal de salud y otros que tienen más riesgo y contacto personal con la gente.

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