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CARTA DEL PhD CARLOS LARREA MALDONADO: (“he sido obligado a renunciar bajo presión)

13 noviembre 2013

En las aulas de la Universidad Central han enseñado investigadores de la talla de Manuel Agustín Aguirre, Agustín Cueva, Fernando Velasco, Alejandro Moreano, Plutarco Naranjo y Alberto Larrea.
Esta tradición de independencia académica, creatividad, pensamiento crítico y alta calidad intelectual puede estar amenazada.

He sido profesor de la Universidad Central por 38 años, principalmente en las asignaturas de análisis matemático,estadística, ecuaciones diferenciales y problemas socio-económicos en Ingeniería con dedicación a medio tiempo y recientemente a tiempo parcial.Durante mi carrera académica he publicado 15 libros y más de 85 artículos científicos en revistas especializadas, principalmente en temas de sustentabilidad, inequidad social y desarrollo.

Como resultado de mi trabajo académico he participado activamente y presentado ponencias en numerosos seminarios internacionales de investigación. Con mucha sorpresa he constatado que las autoridades de la Universidad Central, lejos de facilitar y promover la difusión de mis estudios han mantenido durante el último año una política consistente de obstrucción a mi participación en eventos académicos internacionales, llegando incluso a imponerme sanciones administrativas. Ante mi insistencia, no solamente mis pedidos de participación en eventos internacionales han sido negados, sino que he sido obligado a renunciar bajo presión, en clara violación de mis derechos académicos y laborales. Ninguna de mis cartas enviadas a las autoridades, pidiendo una política de investigación acorde con la naturaleza de la Universidad, ha sido respondida.

He recibido apoyo de juristas tan prestigiosos como Julio César Trujillo y Ramiro Avila, y agradezco también la invalorable ayuda de Manuel Salgado, Presidente de la Asociación de Profesores de Economía.

La promoción, discusión y difusión de la investigación científica son deberes esenciales de la Universidad, como lo establecen claramente la Constitución, la Ley Orgánica de Educación Superior y los reglamentos de personal académico. Afortunadamente, existen varias universidades ecuatorianas que se han destacado por su trayectoria de investigación científica.

Ninguna política académica universitaria alcanzará resultados adecuados sin articular docencia, investigación crítica y difusión del pensamiento. Los controles administrativos aislados impuestos en la Universidad Central, confinan las funciones académicas a una docencia acrítica y desvinculada de la realidad, olvidando la función central de la Universidad como expresión del pensamiento crítico.

Los caminos de la excelencia académica no pasan por la aplicación miope y aislada de medidas administrativas, que alejan a la universidad ecuatoriana de su principal razón constitutiva, como expresión de la conciencia nacional. Sin una Universidad crítica e independiente, con capacidad robusta de investigación y una visión estratégica del futuro, el país difícilmente avanzará hacia la mejora sustentable de la calidad de vida para todos los ecuatorianos.

(PhD Carlos Larrea investigador cientìfico de la iniciativa Yasunì ITT)

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