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sábado, abril 27, 2024

De la educación a distancia a la educación virtual

Por Andrés Gómez*

El coronavirus alteró la forma en la que veíamos la educación. Debido al confinamiento, las instituciones en todos sus niveles se han visto obligadas a implementar la educación virtual. Un golpe muy fuerte tanto para padres, estudiantes, profesores y autoridades porque el Ecuador no estaba listo y tampoco tenía el interés de incursionar en estas nuevas modalidades de educación.

En este artículo intento dar una claridad a lo que hoy consideramos un grave problema. Existen muchas denuncias de que la educación virtual no cumplirá con las demandas de todos los estudiantes, se cuestiona la dificultad de acceder al Internet o a un medio tecnológico. Para aportar al debate pongo en consideración no solo el acceso al Internet, sino cuál es el marco legal para poder exigir que muchos jóvenes no se queden sin su derecho a estudiar.

En los años setenta, en el Ecuador se impartirá la educación a distancia a través  de las escuelas radiofónicas, pero es en 1976 cuando la Universidad Técnica Particular de Loja abre la modalidad abierta más conocida como a distancia, en su primer semestre con esta modalidad registró 1.273 alumnos inscritos y matriculados, pero al siguiente año esta cantidad bajo a 656 alumnos, debido a que la metodologías de trabajo, las experiencias propias del sistema no permitieron aprobar a todos los que se matricularon por primera vez y se sumó el desprestigio que desplegaron otras universidades presenciales desconfiando de la calidad de esta modalidad de estudios[1].

No podemos hablar mucho sobre la educación virtual en el Ecuador, como estudiante universitario puedo asegurar que las experiencias son escasas, esto por una combinación fatal:  las instituciones de educación superior no tienen las condiciones tecnológicas necesarias y la demanda de educación mediada por la tecnología es muy baja. Apenas, en 1999 se desarrollaron programas académicos aplicando la tecnología, a tal punto que en el 2002 ya el Ecuador contaba con ofertas de formación continua y algunas carreras de pregrado, todas en línea, pero con programas muy limitados.

Los escasos presupuestos en la educación han afectado en la inversión en tecnología para avanzar hacia una educación virtual. Solo una pregunta: ¿Tenemos Internet en las universidades? Sí , pero es de muy baja calidad y las plataformas virtuales siempre terminan colapsando. En la otra orilla está la cultura de la gente, cuál es el porcentaje que considera efectiva a la educación virtual, eso implica conocer las ventajas de una educación con tiempo y espacios totalmente autónomos. La educación virtual sí puede dar la oportunidad a muchas personas de adquirir un desarrollo profesional. Si las personas no le apuestan y no motivan a las autoridades a implementar una educación en línea con más ofertas académicas y con mejor calidad, seguiremos encerrados en la burbuja de que solo lo presencial vale.

Otro factor de análisis es alto costo y la calidad del servicio del Internet, un ejemplo es CNT, una empresa estatal que no logra cumplir con un servicio de calidad con la mayoría de usuarios, al igual que otras empresas privadas, por eso es importante que en el contexto actual el Estado fije como política pública fije sola tarifa de Internet, además se requiere, sin duda, ampliar la cobertura a zonas donde todavía no llega el servicio de Internet.

La Constitución en su artículo 343 determina:

Art. 343.- El sistema nacional de educación tendrá como finalidad el desarrollo de capacidades y potencialidades individuales y colectivas de la población, que posibiliten el aprendizaje, y la generación y utilización de conocimientos, técnicas, saberes, artes y cultura. El sistema tendrá como centro al sujeto que aprende, y funcionará de manera flexible y dinámica, incluyente, eficaz y eficiente.

¿En qué condiciones nos sorprendió la pandemia?

1) Condiciones limitadas de acceso al Internet y falta de medios tecnológicos especialmente en zonas rurales. En cuanto al uso de TICS en la zona rural en el último estudio del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), realizado en 2017, solo el 16.6 % de hogares rurales cuenta con acceso a Internet fijo, comparado a la media a nivel país que es del 37.2%, eso evidencia una brecha del 20.6% para la zona rural [2]. Añade que el 59.9% de las familias en el área urbana usa Internet desde su hogar, mientras que en la zona rural solo 36.8% usa Internet pero desde infocentros. Aunque hubo una reducción de 9.9 puntos, desde el 2012 al 2017, con personas consideradas analfabetas tecnológicas en el hogar que pasó de un 15. 1% a 6.9% en la zona urbana, en la rural las cifras fueron de un 35.6% a un 22%[3]. Esta información nos muestra una dificultad de la que no se habla: ¿en qué condiciones están los padres y las madres que deben apoyar en la enseñanza a su hijo y en el uso de las TICS fuera de las zonas urbanas? No resulta tan fácil con un porcentaje muy alto de analfabetismo digital.

2) La ubicación geográfica de localidades y comunidades pequeñas perjudica en la dotación de servicios básicos como luz y agua potable, peor pensar con acceso a Internet. Un ejemplo es el caso de la escuela Rosa Herlinda Martilla, único plantel fiscal del recinto Pajonal, cantón Daule. Cuenta con 138 alumnos y la gran mayoría de ellos vive muy lejos, incluso a 14 km de distancia de la escuela. Con mucha dificultad conseguirán señal y si la tienen no es de calidad.

Estos dos factores pueden ser solucionados parcialmente por el proyecto EDUCA, inaugurado en 2013, proyecto educativo que se transmite a nivel nacional mediante el sistema radial. Tal ha sido su aceptación que según el  Centro de Investigación Cuantitativa para el Desarrollo Social y Económico, en un estudio de 2015, evidenció que el programa contaba con una audiencia de 20 mil hogares.

Hoy es el momento para que el Estado impulse y le dé fuerza a estos mecanismos de comunicación masiva que faciliten la difusión de los contenidos educativos, acción que debe estar acompañada de herramientas de enseñanza que ayuden y complementen  el trabajo del docente. La prioridad debe ser el nivel escolar primario.

La sociedad ha empezado a comprender que la educación en modalidad virtual o mediada por tecnología puede ser una oportunidad. El Estado debe garantizar el presupuesto para salud y  educación, crear alianzas académicas para aprovechar la infraestructura, experiencias y conocimientos. Es necesario crear una agenda de conectividad para mejorar la educación. Finalmente, debe haber el compromiso en cada estudiante de valorar el espacio que cada uno ocupa, solo así cumpliremos con el anhelo de toda sociedad de tener educación gratuita y de calidad.

Un 22% de la población en zonas rurales es considerada analfabeta tecnológica (INEC-2017).


*Andrés Gómez es estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Central.


La Línea de FuegoReferencias:

[1]Torres Juan, Diagnostico de la Educación Superior Virtual en el Ecuador, Febrero 2002, UTPL.

[2] El universo. Así se comportaron los ecuatorianos en internet en 2019. Diciembre del 2019.

[3] Tecnologías de la información y comunicaciones (TIC’S) 2016. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos INEC

 

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