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¿FELIZ DÍA DEL MEDIO AMBIENTE O TRISTE “DÍA DE LAS POBLACIONES SACRIFICADAS EN NOMBRE DEL DESARROLLISMO”? por CDES

(Centro de Derechos Económicos y Sociales)

05 junio 2013

Los periódicos amanecieron negros desde el pasado sábado por el derrame ocurrido en nuestra Amazonía el último día de mayo. Hoy, 5 de junio, es el Día Mundial del Medio Ambiente y tendríamos que agregar un crespón negro al que ya tenemos por motivo de la muerte de los waorani –de la que se cumplen justo 3 meses- y de los aislados. El ambiente, tan indispensable para la supervivencia de la humanidad y, sobre todo, de quienes dependen de la caza, pesca y recolección, ha sido brutalmente agredido. Miles de barriles de petróleo, derramados irresponsablemente durante un día entero por la rotura del Sistema de Oleoducto Trans Ecuatoriano (SOTE), manchan dos de las columnas vertebrales de agua de nuestra selva – el río Napo, el río Coca y sus afluentes-, contaminando los límites de la Reserva de Biósfera del Yasuní. Tal “crudo” desastre se extiende imparable, impasible, más allá de nuestras fronteras, llegando a Perú. Cientos de kilómetros han sido afectados y su recuperación tardará muchos años. La sorpresa del derrame no es tal, pues en la historia de este oleoducto se han dado decenas y decenas de episodios de contaminación. Desde el Centro de Derechos Económicos y Sociales –CDES- y su Observatorio de Derechos Colectivos, nos preguntamos, afligidos, cuántas décadas más hacen falta para reaccionar como sociedad civil y Estado ante esta realidad perdida entre la espesura amazónica.

Y las personas. Entre la naturaleza agredida, quedan enlodadas las personas y sus Derechos. Los pobladores de las riveras se encuentran rodeados de Nada que les sustente:  ni peces, ni agua. En paralelo al paréntesis de vida que sufre la zona, desde la empresa y el Gobierno se intenta solucionar la situación, reparando y habilitando nuevamente la tubería que estuvo rota.

Pero más allá de esta triste emergencia,  el Gobierno analiza la posibilidad de acabar con la Iniciativa Yasuní-ITT, y lleva a cabo una negociación petrolera internacional para concesionar alrededor de 3 millones de hectáreas en la Amazonía Centro-Sur del país, prácticamente la única que nos queda sin explotar. Varios de los bloques a concesionarse en esta XI Ronda Petrolera, cubiertos por los bosques tropicales en mejor estado del Ecuador, limitan con territorios de Indígenas Aislados, y se teme que la presión de sus actividades comprometa aún más la supervivencia de estos vulnerados Pueblos.

Esta bipolar escena, la urgencia por resolver una catástrofe incontenible y la avidez por seguir ampliando la frontera petrolera, nos hace plantearnos seriamente la siguiente pregunta: ¿Cuándo se hará una profunda reflexión sobre la necesidad de “prevenir antes que lamentar”?

El argumento del Gobierno es que, a diferencia del pasado, la futura extracción que se dará en la Amazonía Centro-Sur, se hará de manera responsable y con una tecnología tan avanzada que sería imposible contaminación alguna: un idílico extractivismo inocuo ha sido milagrosamente inventado. Sin embargo, en el Bloque 31, territorio histórico de los Indígenas Aislados, la empresa pública Petroamazonas  utiliza esta supuesta “tecnología de punta” para causar el “menor impacto posible al ambiente” en la construcción de una carretera y una plataforma petrolera -prohibiendo el ingreso a esa parte del Parque Nacional Yasuní a cualquier persona que quiera ver la “maravilla” tecnológica ofrecida-. Prácticas similares de vetar el paso a personas en territorio público, como si de un coto privado se tratase, se dan en otras zonas del Yasuní. Por ejemplo, en el Bloque 16, donde el Estado, desde muchos años atrás, ha cedido soberanía a manos de la empresa petrolera española Repsol, o en el Bloque Tigüino, donde hace algo parecido pero con PetroBell.

Con un poco más de descaro y menos hermetismo, se manejan los Bloques 14 y 17, también ubicados en la reserva ya mencionada, donde la empresa china Petro Oriental, ha hecho muy poco para disminuir sus impactos y “convive” abiertamente con poblaciones muy empobrecidas, de indígenas y campesinos-colonos.

Justamente en el Bloque 17, pasando el límite sur del Bloque Tigüino, en un territorio de alta ocupación de indígenas aislados, Petro Oriental planea iniciar actividades, para las cuales ya ha presentado Estudios de Impacto Ambiental y se encuentra a la espera de licenciamientos.

¿Feliz día del Medio Ambiente? Hoy tal vez debería serlo de todos quienes vivimos en él, en especial, de los Tagaeri y Taromenane,  de los waorani, de los sionas, secoyas, cofanes, kichwas y campesinos- colonos afectados por todas estas décadas de actividad petrolera imprudente. Y, ahora con más razón, de los afectados por los más de 300 kilómetros de mancha de petróleo que ha dejado este último derrame del SOTE, como si fuera una triste firma garabateada a gran escala sobre la vida de las personas y la naturaleza por algún (ir)responsable. El día de todos estos atropellados, víctimas de casos donde el capital pasa por encima de los Derechos Humanos.

Reconocemos muchos avances en este Gobierno pero, cuando se trata de estos temas, son absolutamente insuficientes. Si hablamos de Revolución no podemos seguir replicando el sacrificio de las minorías más vulnerables mientras gran parte del beneficio se lo llevan las “otras minorías”, aquellas élites que más dinero siguen acumulando.

Hoy es Día Mundial del Medio Ambiente, sí. Pero, debido a los tristes acontecimientos que se suceden relacionados con la Naturaleza y los Seres Humanos que en ella habitan, debería ser el “Día de las Poblaciones Sacrificadas en Nombre del Desarrollismo”.

Fuente:  http://observatorio.cdes.org.ec/113-noticias/ultimo-minuto/428-pronunciamiento-cdes-feliz-dia-del-medio-ambiente-o-triste-dia-de-las-poblaciones-sacrificadas-en-nombre-del-desarrollismo

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