Por Ileana Almeida *
Las primeras veces que los huaorani llegaban a Puyo causaban asombro: ¡Ya llegan! -se pasaba la voz- y la gente salía a las calles para contemplarlos y fotografiarse con ellos. Impresionaban por su belleza corporal, la desnudez, las largas cabelleras negras hasta la media espalda. Iban a Unión Base a reuniones políticas de la Confeniae.