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viernes, mayo 3, 2024

VENEZUELA: ” EL RUMBO DEBE SER REALMENTE ANTICAPITALISTA Y SOCIALISTA”

Entrevista con miembros de la Coordinación Nacional de Marea Socialista (corriente de militantes del PSUV y de la revolución bolivariana), Gonzalo Gómez, fundador de Aporrea.org ( www.aporrea.org ), Stalin Pérez, Juan García y Zuleika Matamoros.

 

Franck Gaudichaud: Según su punto de vista, ¿cuáles son los puntos esenciales de esta victoria electoral de Hugo Chávez, por qué destacar la importancia de este resultado y cuales serán su impacto regional en América Latina?

Gonzalo Gómez: Con estos resultados electorales, en primer lugar, hay que decir que ganó Chávez y con él ganó el pueblo. Con la reelección de Chávez sigue abierto el proceso revolucionario en Venezuela y se mantiene la oportunidad de seguir avanzando en las transformaciones sociales y políticas que han distinguido a la revolución bolivariana.

Juan García: Sí, efectivamente, hay que decir que en estas elecciones del 7 de octubre en Venezuela, la burguesía y imperialismo no lograron truncar la revolución bolivariana. El país continúa en una línea de relativa independencia respecto a la dominación imperialista. La burguesía no consigue aún el espacio para reimplantar sus políticas neoliberales y su control directo del Estado, que le fue arrebatado por el proceso revolucionario.

Gonzalo Gómez: Respecto a tu pregunta sobre el impacto regional… La correlación de fuerzas en América Latina sigue siendo favorable a la revolución y a la llamada “integración” regional, con el triunfo de Chávez. La opción intervencionista del imperialismo queda debilitada y postergada, lo cual da preferencia a otras estrategias que están tratando de utilizar para neutralizar a la revolución bolivariana en el escenario geopolítico latinoamericano.

Zuleika Méndez: Pero, aunque empezamos el análisis por reconocer la significación del triunfo de Chávez, también hay que reconocer la amenaza creciente de la derecha. En estas elecciones hubo una diferencia a favor de Chávez de más de un 11 %, lo que es muy importante, pero no podemos pasar por alto la observación de que, en comparación con elecciones anteriores, como la del 2006, el chavismo retrocede en el porcentaje de votantes y en la distancia respecto a la derecha.

Juan García: Claro, Zuleika tiene razón y sobre esto estamos queriendo llamar la atención en el debate que viene a partir de los resultados electorales. En 2006 Chávez obtuvo casi el 63 % de los votos y el candidato de la derecha casi el 37 %. La brecha a favor de Chávez fue del 26 %. En estas elecciones del 7 de octubre de 2012, Chávez obtuvo algo menos del 56 % y Capriles un poco más del 44 %; por consiguiente, la brecha se acortó, por debajo del 12 %.

En términos absolutos, de número de votos, Chávez consiguió unos 800 mil votos más que en las elecciones de 2006 y la derecha conquistó 2 millones 200 mil votos más que en la última elección presidencial, con un padrón electoral de más de 3 millones de electores nuevos (son cifras aproximadas que tenemos a partir de los boletines que han sido emitidos hasta el momento).

El chavismo ganó en 22 de los 24 estados y la derecha perdió la mayoría en varios de los estados en los que detenta el poder regional, pero a la vez se fortaleció en muchas de las grandes ciudades y creció mucho en porcentaje y número global de votos.

Stalin Pérez Borges: Por eso el llamado de atención sobre el peligro que marca esta tendencia. Si el comportamiento electoral siguiese la misma tendencia que se observó el 7 de octubre, habría un riesgo muy serio de que el próximo candidato presidencial bolivariano (Chávez o cualquiera que lo relevase) pudiera perder la presidencia; la derecha tendría gran posibilidad de ganar.

Incluso, esta posibilidad podría plantearse con riesgo similar, a mitad del período si la oposición burguesa activase un referendo revocatorio, como lo hizo en el año 2004.

Por eso es que, aunque celebramos la victoria, decimos que hay un problema, porque Chávez ganó retrocediendo y la derecha perdió avanzando. Y esto ocurrió con la más baja abstención que se haya producido en todas las elecciones nacionales. Se aprecia, por consiguiente, un desgaste electoral de Chávez.

FG: Pero antes de ir a las causas, a las posibles razones que puedan explicar el resultado, me gustaría que hablásemos un poco sobre cuáles eran las grandes líneas del programa del candidato del PSUV para esta campaña.

Gonzalo Gómez: Chávez presentó un programa con cinco objetivos históricos. Por una parte hubo un mensaje de campaña que buscó el empalme emocional, la vinculación afectiva de Chávez con el pueblo. Para ello utilizó la consigna: “Chávez corazón de la patria”. Pero esa consigna, más allá del impacto psicológico que se le pudiese atribuir, no tenía en sí una definición ideológica de izquierda y hasta hubiese podido ser tomada por el contrincante de la derecha, Capriles Radonski; que por supuesto no representaba eso, porque carece de la resonancia afectiva que tiene Chávez en la población y su imagen no está asociada al sentido de patria, soberanía e independencia, que es lo que Chávez quiso expresar. Los objetivos esbozados en la propuesta programática en realidad se discutieron muy poco y la campaña se centró más, sobre todo en las últimas semanas, en denunciar la amenaza que suponía el programa-paquetazo neoliberal de Capriles y su coalición de derecha (MUD) para las conquistas sociales, económicas, políticas, democráticas y de independencia nacional obtenidas en 14 años de la revolución bolivariana.

Juan García: Tú sabes que este pueblo, quedó marcado, históricamente, por la reacción que tuvo en el año 1989 contra el intento de imponerle un paquete neoliberal de medidas fondomonetaristas; la revuelta del 27 de febrero, que dio inicio a este período revolucionario que aún estamos viviendo, en el que emergió la figura de Chávez y el proceso constituyente que se dio tras su llegada al poder en el año 1998. Por eso, la denuncia de las intenciones de Capriles de volver con esas políticas es de un efecto muy importante. Ahí, el “fantasma del comunismo” que la derecha siempre usó para atemorizar a los pueblos con el arrebato de las propiedades personales, se volvió en su contra, porque esta vez Capriles encarnaba la amenaza de que al pueblo venezolano le fueran quitadas las conquistas acumuladas con el mandato de Chávez, en materia de salud, educación, dotación de vivienda, pensiones, reducción de la pobreza, etc.

FG: ¿Cuál es el balance (critico) de los últimos meses de campana electoral en cuanto a la acción de tres actores esenciales: el gobierno; el PSUV; el movimiento popular?

Zuleika Matamoros: Si empezamos por el movimiento popular, éste fue desplazado por el PSUV y por el aparato gubernamental. El Gran Polo Patriótico, que generó gran expectativa y fue visto como una oportunidad de insuflarle gran entusiasmo a la campaña, como espacio de participación de las bases y de los sujetos sociales del proceso, se desinfló por el secuestro de sus iniciativas políticas bajo la imposición de líneas del PSUV y la maquinaria electoral. Es lamentable, porque en las elecciones del 2006 la participación de base fue mucho más vigorosa y rindió mejores resultados. La campaña electoral se condujo de manera bastante burocrática y esa es una fuente de daño político. Pero el PSUV no estuvo a la altura, no fue el verdadero motor de la campaña, debido al empeño de la burocracia en matar las iniciativas de base y la autonomía de los movimientos. Los factores más importantes fueron el propio Chávez que se echó la campaña sobre los hombros en las semanas finales, y la participación espontánea del pueblo consciente de la amenaza de la derecha, a pesar del entusiasmo restado por malestares y malas experiencias generadas por la burocratización del proceso.

FG: ¿Cómo analizar la campaña de H. Capriles, sus logros en términos de construcción de una oposición unificada para la presidencial, su capacidad real de movilización masiva mas allá del espacio « duro » de la derecha (y de la oligarquía) y su resultado electoral en Caracas y en el interior?

Stalin Pérez Borges: Con el auspicio del imperialismo, por supuesto, la derecha tuvo éxito, desde que realizó las primarias, en su unificación, independientemente de roces y fracturas de menor importancia que se produjeron. Desde sus propios objetivos tuvo una campaña bastante exitosa y supo golpear en el ánimo de sectores descontentos del pueblo, que a pesar de beneficios que puedan haber obtenido, resienten el maltrato de la burocracia gubernamental en instituciones y empresas del Estado, así como la falta de consecuencia y la ineficiencia en el abordaje de problemas sustanciales que no se resuelven en el capitalismo. Por primera vez en muchos años (en realidad desde el golpe de Estado de 2002), la derecha logró volver a movilizarse en el centro y oeste de Caracas (las zonas Chavistas y populares) y tuvo una muy concurrida concentración de unas ciento cincuenta mil personas en la Av. Bolívar de la capital. Sólo que la reacción popular chavista el 4 de octubre multiplicó por cinco o por seis la concentración llamada por la derecha y colmó varias avenidas al mismo tiempo. Pero es indudable que la derecha ha venido permeando poco a poco en los sectores populares y sobre todo en la llamada clase media, entre aquellos que no están satisfechos y le atribuyen a Chávez la falta de éxito en el manejo de problemas agobiantes como el de la seguridad frente a la delincuencia.

FG: Después de esta victoria electoral, se abre un nuevo periodo de 6 años de gobierno: ¿cuáles serán las características de este gobierno?, ¿y cómo enfrentará grandes problemas como la burocracia, el clientelismo, la ineficacia estatal, la inseguridad, los cuales han sido reconocidos públicamente por el presidente?

Gonzalo Gómez: De seguir la tendencia que se observó, de crecimiento electoral de la derecha, y ante la incertidumbre que genera la posibilidad de que la derecha ya no se enfrente a Chávez en las próximas elecciones, no está de más advertir la posibilidad de que pudiese ocurrir lo sucedido a los sandinistas en los años 80, cuando retornó la burguesía al poder. Si no se avanza en las medidas anticapitalistas y sigue la burocratización; si no se genera una dirección colectiva, obrera y popular del proceso revolucionario; si continúa la extrema dependencia del liderazgo de Chávez… el desgaste podría ser irreversible. Por eso Marea está planteando que hay que impulsar a fondo el ejercicio de la contraloría social y la genuina participación democrática para enfrentar al burocratismo; decimos que es necesario que Chávez abra un espacio de consulta permanente a las organizaciones de la clase trabajadora, el campesinado, los organismos del poder popular y los movimientos sociales del proceso, para compartir el diseño y aprobación de las políticas. Necesitamos como un relanzamiento de la experiencia constituyente, en torno al nuevo programa planteado por Chávez en estas elecciones y el concurso de los sujetos sociales del proceso en el ejercicio de la gobernabilidad revolucionaria. Es con los movimientos que hay que identificar las prioridades y las medidas a aplicar.

FG: El presidente se ha visto fragilizado por su enfermedad y, al mismo tiempo, estuvo muy presente en las últimas semanas de campaña. Igualmente, no cabe duda que su liderazgo carismático y popular ha sido fundamental para esta victoria: ¿podrá existir un “chavismo sin Chávez”?

Juan García: Sin Chávez como factor aglutinante y sin la construcción de una dirección colectiva surgida del seno del pueblo organizado, creemos que el “chavismo” caería en la dispersión y la confusión. Por eso estamos planteando que hay que darle forma a un nuevo gobierno con real participación de las expresiones del movimiento popular y las organizaciones de la clase trabajadora.

FG: ¿Cómo se avizoran ahora las elecciones locales y regionales de diciembre?

Zuleika Matamoros: Hay quienes hablan de un efecto de “arrastre” del triunfo de Chávez el 7 de octubre. Pero creemos que la designación a dedo de los candidatos a las gobernaciones, en contra del sentir e incluso ignorando el rechazo popular expreso de algunos nombres, no va a contribuir a revertir la tendencia que se viene expresando con el crecimiento de la derecha. Hay el riesgo real de perder gobiernos regionales y que la derecha obtenga una correlación de fuerzas todavía más favorable.

FG: A mediano y largo plazo, ¿cuáles son las perspectivas para el proceso bolivariano y las posiciones que se enfrentan en el espacio político del bolivarismo en cuanto a profundizar -o no- las conquistas del proceso y superar sus tensiones y contradicciones? ¿Cuáles son las posiciones defendidas por su corriente, Marea Socialista?

Gonzalo Gómez: Cada vez se habla más de la necesidad de una corriente de izquierda radical en el proceso revolucionario venezolano. Mientras que el gobierno últimamente viene hablando de que se necesita una “derecha responsable” con la cual dialogar y ponerse de acuerdo, nosotros y buena parte de la vanguardia, opinamos que lo que hace falta es una izquierda revolucionaria consecuente, para orientar y hacer presión para un cambio de rumbo y para la adopción de políticas que nos conduzcan a completar la ruptura con el capitalismo, que nos lleven a superar el esquema de “economía mixta” y nos permita el tránsito hacia el socialismo, que ha desacelerado su construcción, al tiempo que la burocracia traba la solución de los más importantes problemas, tanto urgente como estructurales.

FG: Y para terminar: ¿en qué están las experiencias de participación popular como la experiencia de control obrero (en Sidor) y de poder popular en barrios (como los consejos comunales) y comunas? Se habla mucho de socialismo de siglo XXI pero la campaña se centró en eslóganes muchos « emocionales » o generales como « Chávez, corazón de la patria »: en qué esta el llamado a construir el “socialismo del siglo XXI”, mas allá de la retórica?

Stalin Pérez: Como tú mismo te has percatado, prima la retórica sobre la consecuencia política. En el caso del control obrero, reconocemos que Chávez abrió una oportunidad de hacer el ensayo, a partir de una lucha previa que dieron los trabajadores; pero la conducta de la burocracia estatal sofoca y pervierte las experiencias. Por supuesto que el reto es nuestro en cuanto a superar eso escollos con capacidad de lucha y consciencia revolucionaria. En el caso del poder popular, con los consejos comunales y comunas, aunque esto es muy progresivo, se mantiene limitado a la escala local y los nacientes organismos también deben sortear la burocratización, la cooptación por el Estado y las relaciones clientelares, mientras que no hay una decidida política que les permita pasar de los asuntos barriales a un verdadero involucramiento en el ejercicio del gobierno dentro de su alcance territorial y en los asuntos nacionales. Por eso hablamos de que Chávez debe llamar, y nosotros debemos exigirlo, a que lo que se ha construido como poder popular y los movimientos sociales tengan expresión en la configuración del gobierno de Chávez y en las políticas que se vayan a dictar, en estrecha consulta con el pueblo. El rumbo debe ser realmente anticapitalista y socialista y la vía debe ser la real instrumentación del poder de los trabajadores y el pueblo.

Fuente: Revista Inprecor – www.orta.dynalias.org/inprecor/ – noviembre de 2012 – Traducción de Viento Sur (www.vientosur.info/spip/spip.php?article7478)

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1 COMENTARIO

  1. Soy argentina, y veo que hay coincidencias en cuanto a las limitaciones del populismo bolivariano en los gobiernos que dicen sustentarlo. En los hechos estos gobiernos resultan una amalgama de socialismo de Estado (con la consecuente buracratización el clientelismo, la corrupción, centralismo del poder en el presidente) que se combina con resabios neoliberales. En el caso argentino: “capitalismo de amigos” que se puede constatar en la creación de monopolios de medios de comunicación por su importancia para la propaganda: capitales privados que compran canales de TV, productoras de programas, y que además se diversifican con otras ramas de producción. Por ejemplo la concesión del juego, los casinos y tragamonedas (slots) de todo el país.
    Sindicatos que no representan a los trabajadores sino al gobierno….y en cuanto al concepto de democracia toman como modelo los regímenes árabes como Egipto y Libia, cuyos dictadores tienen un promedio de 30 años en el poder, con un historial de represión a los “enemigos” internos (entendiendo por enemigos a quienes no pertenecen al partido gobernante) en Libia Khadafi hizo toda una “limpieza”.
    A todo ésto quiso poner fin la “primavera árabe”, con resultados que estamos viendo.
    Es un tema arduo, en síntesis esos “socialismos del siglo XXI” son como un guiso de liebre sin liebre.
    ¿Se puese esperar que el populismo cambie, o que tan sólo que escuche las críticas de la izquierda? ¿O en realidad deberíamos crear un polo propio, a partir del reconocimiento de que el proyecto original de Marx es imposible, pero tomando aspectos genuinos, como por ej. la representacón de rivindicaciones sociales justas, propuestas desde las bases. Recuperación de tierras de comunidades nativas, hoy saqueadas por los empresarios sojeros…No a la minería contaminante… y muchos ETC que habría que discutir.

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